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Champions | Liverpool 2-0 Villarreal

El Liverpool atisba la final de Champions tras hundir al Villarreal en Anfield

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Jordan Henderson celebra el primer gol del Liverpool ante el Villarreal en Anfield.
Jordan Henderson celebra el primer gol del Liverpool ante el Villarreal en Anfield.

Ficha técnica:

2 - Liverpool: Alisson; Alexander-Arnold (Gomez, m.81), Konaté, Van Dijk, Robertson; Thiago, Fabinho, Henderson (Kieta, m.72); Salah, Mané (Jota, m.72) y Díaz (Origi, m.80).

0 - Villarreal: Rulli; Foyth, Albiol, Torres, Estupiñán (Trigueros, m.72); Capoué, Parejo (Aurier, m.72), Coquelin (Pedraza, m.57), Lo Celso; Danjuma (Alcácer, m.86) y Chukwueze (Dia, m.72).

Goles: 1-0, m.53: Estupiñán, en propia meta. 2-0, m.55: Mané.

Árbitro: Szymon Marciniak (POL). Amonestó a Van Dijk (m.32) por parte de los locales y Estupiñán (m.47) y Lo Celso (m.62) por parte de los visitantes.

Incidencias: Partido de ida de semifinales de la Liga de Campeones disputado en el estadio Anfield ante unos 53.000 espectadores.

El Liverpool ha logrado una clara victoria ante el Villarreal (2-0) en el partido de ida de las semifinales de la Liga de Campeones disputado en Anfield con tantos de Pervis Etupiñán (p.p) y Sadio Mané, que erige a los ingleses en claros favoritos para certificar en La Cerámica su presencia en la final de París en La Cerámica el próximo martes.

Quiso el destino que el ‘Submarino Amarillo’ se hundiera en esta Champions precisamente en la ciudad de los Beatles. El equipo español sucumbió al ritmo frenético impuesto por los de Jurgen Klopp que, en un ataque de furia en la segunda mitad, dejó tocado y ¿hundido? al equipo español de cara al partido de vuelta.

Tras aguatar las embestidas del conjunto red en la primera mitad, los de Emery no pudieron contener la voracidad de un Liverpool que, con Luis Díaz junto a la pareja de la noche -Salah y Mané- dejó bien a las claras por qué es el único equipo del contiente que tiene opciones de conquistar el triplete -Premier, FA Cup y Champions-.

Dos pases largos de Thiago Alcántara y Arnold a los que no llegaron Salah ni Fabinho dejaron bien a las claras que los reds iban a intentar romper las líneas defensivas muy juntas del Villarreal, gracias a su amplio abanico de recursos sin renunciar al juego asociativo como demostró con el envío del egipcio sobre Sadio Mané en su primera gran ocasión de gol.

Bien agazapado en su muralla defensiva, el equipo español logró desinflar el ímpetu de los de Klopp a base de posicionamiento y cierre de espacios interiores, concediendo tan solo algún saque de esquina que hacía rugir a la grada de Anfield sin asustar en un primer momento al cuadro de Emery.

Si el Liverpool ensanchaba el campo con balones largos, las dos líneas de cuatro del Villarreal volvían a estrecharlo con las ayudas de Lo Celso y Coquelin a sus laterales sin que los locales encontraran la inspiración que pudiera encontrar un resquicio por donde hacer daño más allá de la conexión Salah-Mané y los disparos lejanos de Luis Díaz.

Poco a poco el Liverpool comenzó a sumar ocasiones de gol para tratar de refrendar su dominio : un reverso de Sané se marchó fuera por los pelos tras tocar en Albiol, un remate de Salah tras una asistencia de Arnold se marchó alto en los mejores momentos del equipo inglés y un chut de Thiago Alcántara que se estrelló en la escuadra derecha de Rulli al filo del descanso.

El Villarreal no dispara a puerta

El dominio de la primera mitad por parte del Liverpol se tradujo en goles en un ataque de furia de los reds nada más comenzar la segunda mitad, el primero de ellos, en una jugada desgraciada para los de Emery.

Una jugada bien conducida desde el costado izquierdo del ataque inglés llegó hasta el lado derecho con un centro de Henderson que, tras tocar en la bota de Estupiñán, superó a Rulli, que no pudo corregir el rumbo maldito del balón para los suyos (1-0) en el preludio de la vía de agua que se abrió en mitad del buque amarillo.

Dos minutos después, Mohamed Salah encontró a Sadio Mané para romper las costuras defensivas del Villarreal por el centro de la zaga con un pase sutil que el senegalés se encargó en alojar al fondo de la red de Rulli (2-0).

El Villarreal, tocado y hundido tras encajar los dos goles, se dedicó a tratar tapar una herida demasiado dolorosa, algo que consiguió sin hacer daño en la portería contraria, a la que no se asomó apenas durante todo el encuentro, algo que tendrá que corregir en La Cerámica si quiere tener opciones de soñar con la remontada.