Ancelotti ya tiene la Liga que le faltaba con el Real Madrid
- El técnico italiano llegó este verano para afrontar una temporada que parecía de transición
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El Real Madrid ya es matemáticamente campeón de LaLiga tras ganar 4-0 al RCD Espanyol. Mucho más no tenían que esperar los blancos, puesto que les bastaba tan solo un punto para cantar el 'alirón' a falta de cuatro jornadas.
Así pues, el Madrid suma su título número 35 en el torneo doméstico y centra ya su atención en la Champions League, donde el miércoles recibe al Manchester City con la obligación de apuntarse otra remontada.
En caso de no lograrla, al menos sumará un segundo título local -más la Supercopa de España- en una temporada que parecía iba a ser de transición. Con la marcha por segunda vez de Zinedine Zidane la temporada anterior y la pérdida de su otrora capitán, Sergio Ramos, arrancaba la presente con una cierta sensación de transición.
Carlo Ancelotti regresó al banquillo y la salida de Ramos, más la de Raphael Varane, se cubrió con la llegada de David Alaba. Desde los despachos, Florentino Pérez hizo dos apuestas que le salieron 'rana': la creación de la Superliga y el Superligafichaje de Kylian Mbappé.
El jarro de agua fría en ambos casos, trató el mandatario blanco de transformarlos en un compás de espera, aunque no evitó que los aficionados se quedaran con los ánimos un tanto bajos hasta que el balón comenzó a rodar en septiembre.
La no llegada de Mbappé se trató de compensar con el fichaje de Eduardo Camavinga, un medio centro francés de proyección pero con escasa experiencia en competición internacional.
Por si fuera poco, a Ancelotti le tocó gestionar un vestuario donde algunos jugadores con una temporada más de contrato suponían casi un lastre: era el caso de Isco Alarcón, Marcelo Vieira y Gareth Bale, quien había terminado su cesión en el Tottenham. A estos se unía la incógnita del belga Eden Hazard, llegado como fichaje estrella en la temporada de la pandemia y cada vez más desplazado.
Desplazado por la explosión definitiva de Vinicius Júnior, quien junto a su compatriota Rodrygo Goes y un Marco Asensio a rachas han colocado a Hazard como el cuarto extremo en el orden de rotaciones.
Rotaciones, las justas
Así las cosas, las cuentas le han salido a Ancelotti con un equipo donde se han asentado unos jugadores como indiscutibles y las variaciones han sido las justas para no desconfigurar el esquema que mejor rendimiento ha dado.
El mencionado Vinicius ha formado una sociedad goleadora con el ahora capitán, Karim Benzema, que ha firmado su mejor tarjeta de goles desde que viste la camiseta blanca, en doce años. El galo va a gol por partido sumando todas las competiciones y ya se le ve como firme candidato al Balón de Oro.
Uno que lo fue, el croata Luka Modric, también sigue siendo indiscutible a pesar de sus 36 años. Solo dos menos tiene Benzema, 32 tiene Toni Kroos, 30 el brasileño Casemiro y así otros de los que componen la 'vieja guardia' de los éxitos anteriores, la columna vertebral del proyecto ganador de Ancelotti. Tan solo el meta Courtois y Alaba entran en ese grupo de indiscutibles como 'nuevos'.
El técnico italiano ha esquivado las críticas en momentos puntuales, como en el 0-4 del Barça en el Clásico del Bernabéu, cuando el Madrid vio más reducida su ventaja. Pero el tiempo, a la par que los resultados de sus principales rivales, ha acabado dando la razón al hombre de la 'mano blanda', que suma a su palmarés personal como entrenador la Liga que le faltaba.