Oporto, una mina de oro... Y de títulos
- El conjunto portugués consiguió este pasado fin de semana su trigésimo título liguero
- La llegada de Jorge Nuno Pinta da Costa al club hace 40 años cambió la historia de los 'Dragoes'
La victoria del Oporto ante el Benfica, el pasado sábado, dejó una doble alegría en el club de Do Dragao. Por una parte, el orgullo de derrotar a su eterno rival, el Benfica, en el gran clásico portugués; pero, el triunfo del conjunto blanquiazul en Lisboa trajo consigo un mayor motivo de celebración: la consecución del título de Liga. Y es que, a falta de una jornada para cerrar el torneo doméstico de la regularidad, el Oporto ya puede decir que es, una vez más, campeón de Portugal, sumando su 30ª Liga.
El gran triunfo del Oporto, en un principio, no debería llamar demasiado la atención, pues cabe recordar que el equipo portista es, junto a Benfica y Sporting, uno de los conjuntos más laureados del país luso. Sin embargo, este nuevo logro refuerza a un Oporto que ve cómo, una vez más, su modelo económico y deportivo deja grandes réditos en forma de títulos. Un proyecto que cumple 40 años y que tiene nombre y apellidos: Jorge Nuno Pinto da Costa. Para conocer su historia y su triunfal modelo, conviene echar la mirada un tiempo atrás.
40 años de crecimiento económico
17 de abril de 1982. Un joven Pinto da Costa era elegido nuevo presidente del Fútbol Club Oporto. El dirigente portugués llegaba a la presidencia de un club que, por aquel entonces, vivía a la sombra del coloso Benfica, auténtico dominador del fútbol luso durante décadas. El Oporto, alejado de los títulos y la trascendencia internacional, se encomendaba a Pinto da Costa para cambiar la dinámica y acercarse al poderío de Benfica y Sporting, los equipos que, en ese momento, contaban con un mayor palmarés en el panorama futbolístico del país vecino.
Ante esa situación, Pinto da Costa decidió implantar un nuevo modelo económico y deportivo que, con el paso de los años, ha resultado ser muy beneficioso para las arcas… y las vitrinas del conjunto blanquiazul. Su idea se centraba en la apuesta por el talento joven, un talento barato y fácil de conseguir, para después tratar de obtener un importante rendimiento económico, eso sí, sin descuidar la propia parcela deportiva. La fórmula empleada era bastante sencilla: juventud, resultados… y dinero.
El primer gran ejemplo de este modelo tuvo lugar con la figura de Paulo Futre. El habilidoso extremo portugués fue contratado por Pinto da Costa en el verano de 1984, cuando un joven Futre daba sus primeros pasos con tan solo 18 años. La apuesta por el joven talento luso tuvo un efecto espectacular: tres años después de su llegada, en 1987, el Oporto alzaba su primera Copa de Europa tras derrotar al Bayern Múnich en la final de Viena con Futre como baluarte del triunfo blanquiazul. Con la copa y el Balón de Plata bajo el brazo, el portugués cambió de aires y firmó por el Atlético de Madrid, que pagó la cuantiosa suma de 415 millones de pesetas -2,5 millones de euros-, cifra más que destacada para la época. La venta de Futre fue el inicio de un camino que ha seguido el Oporto con infinidad de jugadores: Deco, Hulk, James, etc.
La lista es tan larga… como exitosa. Desde Futre, el Oporto, comandado por Pinto da Costa, ha efectuado numerosas ventas. A lo largo de estos 40 años, son varios los casos en los que el conjunto portugués ha maximizado la fórmula de rendimiento deportivo y económico. Uno de los más llamativos es el de Radamel Falcao. El delantero cafetero llegó a Do Dragao en 2009. Procedente de River, el Oporto se hizo con los servicios del colombiano por 5,5 millones de euros; dos años después, en agosto de 2011, Pinto da Costa vendió a Falcao al Atlético de Madrid por 40 millones, una suma más que considerable en el mercado de hace 10 años –de hecho, se convirtió, por aquel entonces, en el fichaje más caro de la historia del club rojiblanco- y una demostración del gran éxito económico y deportivo que supuso la trayectoria de Radamel en Portugal, donde anotó 72 goles en dos años y dejó las arcas llenas de dinero. Sin duda, un negocio redondo para un Oporto que ha repetido muchas veces esta operación.
En efecto, el último ejemplo de esta larga lista tiene un claro protagonista: Éder Militao. El central del Real Madrid fue firmado en 2018 por el conjunto portugués por una cifra cercana a los 7 millones de euros, y tan solo una temporada después, fue traspasado al club blanco por 50. El Oporto obtuvo un beneficio económico de 43 millones de euros por un defensa que ofreció buenas prestaciones durante su corta estancia en Do Dragao, dejando claro que el modelo impuesto por Pinto da Costa había dado buenos resultados… de nuevo.
A decir verdad, los nombres de Falcao, Militao, Jackson Martínez, Pepe o Danilo tienen algo en común: todos fueron traspasados a equipos de la Liga española, concretamente a Real Madrid y Atlético de Madrid. No es un hecho aislado, pues nuestra liga se ha convertido, en estos 40 años, en el principal comprador de talentos de la factoría de Oporto, dejando claro que Do Dragao era, es, y probablemente será el lugar para adquirir talento joven a raudales.
Un proyecto respaldado por los éxitos deportivos
La llegada de Pinto da Costa y su nuevo proyecto económico no solo tenía como finalidad convertir al Oporto en el club más rico de Portugal, sino poner a los ‘Dragoes’ al nivel del Benfica o, al menos, poder mirar de tú a tú a un Sporting de Portugal cuyo palmarés en los años 80 era mucho mayor que el del Oporto.
Antes de la llegada de Jorge Nuno Pinto da Costa, el Oporto solo contaba con siete ligas portuguesas en sus vitrinas. 17 menos que el Benfica en aquel momento e incluso menos que el Sporting de Portugal, más cerca de su eterno rival capitalino por entonces que de un Porto que, pese a lograr la hegemonía en el norte de Portugal, estaba lejos del éxito de los clubes lisboetas.
En la actualidad, no solo es que las tornas entre Sporting y Oporto se hayan revertido, sino que el conjunto presidido por Pinto da Costa también ha recortado diferencias con ‘las águilas’ en lo que a palmarés se refiere, contando en la actualidad con 30 ligas por las 37 del Benfica.
Pero si hay una estadística que refleja a la perfección que el Oporto se ha convertido en los últimos años en el club más dominante del país vecino, esta la encontramos en Europa.
La maldición de Béla Guttman sigue vigente 60 años más tarde. Los primeros años, hasta entrar en la década de los 80, el Benfica veía como era incapaz de alzar una Copa de Europa tal y como vaticinó el técnico húngaro. Lo que, a buen seguro, resultó más difícil de digerir, fue cuando el Oporto, que no había tenido una gran repercusión a nivel internacional, siguiendo la filosofía Pinto da Costa se convertía en el segundo equipo de Portugal en proclamarse campeón de Europa.
Sorprende la rapidez con la que el actual mandatario alcanzó el éxito con los ‘Dragoes’, ya que apenas cinco años después de su llegada, el FC Porto ya contaba una orejona entre sus vitrinas.
El éxito definitivo llegaría en el año 2004 y con el carismático José Mourinho en los banquillos. El conjunto blanquiazul demostró no ser flor de un día y, logrando el triunfo en la Liga de Campeones, igualó al Benfica como club más laureado a nivel internacional en la historia del fútbol portugués.
Comprar barato y vender caro. Un modelo que no solo demuestra ser viable a nivel económico, sino que a nivel deportivo, ha puesto al tercer equipo de Portugal en la élite del fútbol mundial.