El pacto de no agresión entre vecinos se prolonga en Sevilla: las claves del España 1-1 Portugal
- El empate entre las selecciones ibéricas sigue sin romperse tras una década
- República Checa - España, en directo, domingo a las 20:45 horas en La1 y RTVE Play
El empate de la selección española ante Portugal en Sevilla (1-1) en el arranque de la UEFA Nations League dejó un mal sabor de boca al aficionado. Se esperaba más, sobre todo viendo el inicio y el gol de Morata.
Sin embargo, la Roja fue de menos a más. Hubo una desconexión que se convirtió en cortocircuito a medida que pasaban los minutos hasta el final. En el otro lado, una selección como la portuguesa, que no se descompuso y mantuvo la fe hasta el final.
Pacto de no agresión
Habló del mismo Luis Enrique en la entrevista posterior al partido para TVE, el “pacto de no agresión”. Pero lo que parece un sarcasmo no deja de tener su reflejo en datos: desde 2012, en las semifinales de la Eurocopa, el resultado que se repite entre España y Portugal es el empate.
Con el de este jueves ya son cinco partidos en los que ambas selecciones firman tablas. Aún queda un duelo en septiembre en tierras lusas para romper la racha, a favor de una u otra, o mantener el ‘embrujo’.
Morata, de ‘nueve’
El delantero de la Juventus marcó el gol de España, pero no fue solo por su gol sino también por su movilidad durante el resto del partido.
Morata abrió espacios y se ofreció continuamente para que los ataques de la Roja no fueran tan estáticos. Fue de lo mejor de la selección, junto a Gavi.
Jugó como un ‘nueve’ y esa podría ser su nota final, salvándose de la quema general.
Gavi, de ‘diez’
Curiosamente lleva el dorsal 9 a la espalda, pero no es un delantero centro. Gavi cuajó una gran actuación y fue de los más clarividentes de la selección española en el partido.
No solo fueron sus acciones en ataque, sino su capacidad de recuperación como en la anticipación que precedió al gol de Morata en la primera parte.
El público de su tierra le dedicó una gran ovación cuando fue sustituido y el equipo se resintió con su ausencia.
Sensación de descontrol
En primer lugar, hay que destacar el gran partido de Portugal y la calidad de sus jugadores. España sabía a quién se enfrentaba, pero no supo contrarrestar con suficientes armas el potencial de los lusos.
Sin Cristiano Ronaldo de salida y con una participación escasa en la segunda parte, los de Fernando Santos mostraron un carácter competitivo del que careció la Roja.
La sensación fue de descontrol, de que a España le faltó esa capacidad de mando de la que ha hecho gala en otros partidos, incluso sin resultados contundentes. A la selección española se le ha criticado la falta de gol, pero en este partido además se le escapó el dominio y la posesión no fue tan abrumadora.
Mejor Portugal en los cambios
En línea con lo anterior, los consabidos cambios funcionaron mejor en Portugal que en España. De hecho, en la Roja se puede salvar a Marcos Llorente, que entró obligado por unas molestias musculares de Gavi. Dani Olmo no aportó el desborde que acostumbra y Raúl de Tomás se nota que no tiene esa movilidad de Morata, por citar otros ejemplos.
En el conjunto luso salió Cristiano Ronaldo, pero ese acabó siendo quizá el cambio más intrascendente. Fueron cruciales las salidas de Neves en lo táctico y el oportunismo de Horta, que estuvo donde había que estar para dar a los 'tugas' el gol del empate.
De nuevo los fallos defensivos
Un partido más hay que hablar de los fallos defensivos. En línea con lo anterior, la falta de concentración del equipo se dejó ver en defensa. Pero no solo por la última línea, sino que hubo pérdidas de balón también entre los centrocampistas y delanteros.
La pareja de centrales fue la formada por Pau Torres y Diego Llorente, inédita hasta ahora. Desde que se nacionalizara por la vía rápida a Aymeric Laporte, este se había convertido en un fijo. También Eric García, a pesar de las críticas. Este jueves se libraron.
Tampoco se puede olvidar el papel de los laterales, ya que las ocasiones más claras de Portugal, incluido el gol, llegaron por las bandas desguarnecidas. Un mal partido a nivel defensivo en general.