Paciencia, cabeza y colectivo, ingredientes de la remontada de España ante Finlandia
- Tres goles de cabeza de Paredes, Bonmatí y Lucía, y otro de penalti enderezan el rumbo de España en su debut
- El equipo se sobrepone a la destacada ausencia de Putellas con una prometedora variedad de recursos
El uso de la cabeza fue decisivo en el debut de la selección española en el inicio de la Eurocopa 2022. Literalmente fue de cabeza como se anotaron tres de los cuatro goles de la victoria ante Finlandia, el rival más débil del grupo más difícil de esta fase. También fue necesaria para armarse de paciencia ante el inesperado gol de Sälström cuando no había pasado un minuto de juego. Y, sobre todo, para gestionar las emociones acumuladas y dar un paso adelante en una concentración problemática, con casos de COVID y lesiones de última hora, en especial la del referente del equipo, una Alexia Putellas que se quedó junto a sus compañeras en la grada y a la que estas dedicaron sus goles.
Remontada a base de constancia y talento coral
España venía de una racha de 23 partidos sin perder, desde marzo de 2020. Había ganado sus últimos cuatro partidos contra Finlandia, con un balance de 14 goles a favor y solo dos en contra. Pero a los 50 segundos iba perdiendo, merced a Linda Sälström, la máxima goleadora de la selección finlandesa, a la que le bastó hacer lo que mejor sabe, definir con velocidad y oficio un pase largo tras robo en el centro del campo, filtrado entre las dos centrales españolas, no lo bastante atentas al desmarque. Un gol salido de la nada o, mejor dicho, de un borrón de Paredes y Mapi León, a punto de repetirse por segunda ocasión pocos minutos después por el hueco que dejaban en el flanco izquierdo las subidas de Leila.
Pero no hubo más. El equipo español se sacudió los nervios, se remangó y empezó a buscar la portería de Korpela y a penetrar el doble muro defensivo de las nórdicas, que se blindó con un 4-5-1. Apenas volvieron a generar peligro en todo el partido, como se ve en el gráfico anterior, con un total de 10 ataques por 62 del conjunto entrenado por Jorge Vilda.
Abriendo el campo a las bandas, con un aluvión de centros, la defensa de Finlandia, ni expeditiva ni atenta en los balones aéreos, contradecía el viejo tópico del fútbol escandinavo concediendo córner tras córner. Nueve en 25 minutos, 17 en todo el partido. Aunque el dominio tardó en ser productivo, al noveno saque de esquina vino el gol del empate con un poderoso remate de la capitana, Irene Paredes, que cabeceó sin oposición. La seleccionadora finlandesa, Anna Signeul, reconoció tras el partido la debilidad de su equipo a balón parado.
En la segunda parte, con la ventaja en el marcador, continuó el monólogo de España (68% de posesión, 90% de precisión en el pase), que se concentró en no repetir errores y controlar el ritmo del partido para asegurar el resultado por la vía de la posesión, empleando los últimos minutos en practicar con los cambios escenarios alternativos de juego pensando en el próximo partido con Alemania.
Caudal ofensivo español ante un rival amurallado
La ausencia de Alexia Putellas, dueña del Balón de Oro que la reconoce como mejor jugadora del mundo, fue cubierta por Vilda sin alardes de entrenador, con la titularidad de Irene Guerrero, aunque no pudo destacar en el encuentro, apartada del rol al que está más acostumbrada. Sin apenas ensayos de cómo sustituir a la centrocampista azulgrana ni a Jenni Hermoso, el liderazgo y el gol se repartieron entre varias jugadoras.
A ello también contribuyó el menor nivel de la selección finlandesa. A pesar de contar con algunos elementos peligrosos en el ataque, lo cierto es que después del gol y la intranquilidad de los 15 primeros minutos, Sandra Paños apenas volvió a salir en pantalla: en total, recibió cuatro remates e hizo dos paradas. Finlandia reculó alrededor de su área y sus delanteras -Sälström, Franssi, Engman- apenas eran un objeto errante alejado de la línea de juego. Por su parte, como muestra el mapa de calor del partido, España jugó casi todo el partido volcada en el campo contrario, y distribuyendo el juego por igual a izquierda y derecha.
La estadística de remates, goles y goles esperados (la probabilidad de marcar gol en función del número y calidad de los remates realizados) definen a la selección española: un equipo que necesita muchas ocasiones para hacer goles (32 remates, 14 de ellos desde fuera del área, en total 13 a puerta), pero en el que también hay muchas jugadoras diferentes capaces de anotar. En comparación, Finlandia sacó petróleo de lo poco que generó.
Paredes y León: de los fallos iniciales a estar en todas partes
España tardó en lamerse las heridas por las ausencias, y su línea de ataque, con Finlandia cerrada atrás, no tuvo el protagonismo que sí ejercieron las defensas y la segunda línea.
Irene Paredes y Mapi León, con un gol y dos asistencias, respectivamente, se resarcieron de los desajustes que le costaron a España ir por debajo en el marcador. La capitana remató a bocajarro y sin oposición un córner botado por Mariona Caldentey. Y Mapi sirvió por dos veces con su zurda para que Bonmatí y Lucía García pusieran los siguientes goles, el de la remontada y el de la tranquilidad.
Las estadísticas dan cuenta del protagonismo de las dos centrales del Barça y de la selección española: Mapi León ha sido la jugadora que más balones ha recuperado (14), que más duelos ha ganado, y también la que más veces ha tocado el balón (138, casi el 16% del total) y ha creado más ocasiones (6, empatada con Caldentey).
Aitana Bonmatí, MVP del partido
Con Patri Guijarro como pivote, aplicada en la contención del rival en el centro, Aitana Bonmatí se soltó para estar en todo lo demás. La joven y talentosa jugadora del Barça fue reconocida como la mejor jugadora del partido. Espoleó a sus compañeras tras el gol en contra, lideró al equipo, ofreció mucha movilidad para iniciar el ataque y también para concluirlo, marcando un gran tanto. Vilda le dio unos minutos de descanso al final. El aura de estrella de la selección brilla ahora sobre esta menuda centrocampista.
A priori parecía que Mariona Caldentey tendría que modificar su rol en el campo con la baja de Putellas, y la atacante ha jugado un buen partido, participativa, trabajadora, buscando espacios libres por el interior. Asistente en el córner que cabeceó a gol Paredes, y autora del último tanto desde el punto de penalti, ha sido autora de siete de los 32 remates del equipo español, aunque también ha sido la que más balones ha perdido (21).
Las bandas: Ona Batlle, carrilera total
Clave ha sido en este partido la capacidad para abrir el juego por las bandas. Leila y Ona Batlle acumularon internadas por los extremos y ocasiones que acabaron en saque de esquina. De uno de ellos llegó un gol anulado a Patri Guijarro por fuera previa.
Ambas pudieron también marcar gol: Leila en un balón que se envenenó y acabó rozando el larguero y Batlle en un uno contra uno tras jugada personal que frustró Korpela con una gran mano. Ona Batlle, autora de cinco centros y nueve recuperaciones, no dejó de aparecer en ataque y en defensa, incluso cuando Vilda la puso a jugar a banda cambiada en la segunda parte, con altas prestaciones en los dos puestos.
Sin embargo, el despliegue de las laterales en la construcción de las jugadas también deja al descubierto una vulnerabilidad que buscó y encontró Finlandia, sobre todo por la izquierda, compensada con la entrada de Sheila García en la segunda parte y el cambio de carril de Battle, y que tratarán de explotar también Alemania y Dinamarca.
Era necesario ganar en el primer partido y embolsarse los tres primeros puntos en el considerado 'grupo de la muerte' de esta Eurocopa. Hacerlo con una goleada es además un plus. España terminó con buenas sensaciones y mucho más cómoda de lo que empezó, sobreponiéndose para ser de nuevo un equipo reconocible.
Argumentos necesarios para afrontar los próximos dos partidos, en especial el del martes ante Alemania, el equipo que ha ganado ocho campeonatos de Europa, que endosó cuatro goles a Dinamarca y con más recursos que Finlandia para hacer daño a la selección española, que se ha demostrado a sí misma que, a falta de sus estrellas individuales, será el conjunto el que la hará brillar.