Mundial 82: El Naranjito que le supo amargo a España y dulce a Italia
- La Selección española pasó sin pena ni gloria tras dos empates, dos derrotas y una victoria
- Italia se proclamó tricampeona contra todo pronóstico en un Mundial que tuvo de todo
El triunfo de Italia en el Santiago Bernabéu puso el punto final al Mundial 82, una edición que marcó un antes y un después en la organización de futuras Copas del Mundo, tuvo incidentes impensables en la actualidad, coronó a Paoloi Rossi como mejor jugador y contempló el batacazo histórico de la Selección Española.
Tras la polémica por el sorteo celebrado a principios de 1982, el peor de toda la historia de los mundiales como recogen las crónicas de la época, el 12 de junio de 1982 comenzó a rodar el balón en un Camp Nou abarrotado para vivir la Ceremonia de Inauguración y el partido inaugural entre Bélgica y Argentina, defensora del título.
El formato de competición de la Copa del Mundo España 82 constaba de tres fases y solo fue utilizado en esa edición con una primera ronda en la que las 24 selecciones quedaron repartidas por sorteo en seis grupos de cuatro equipos. Dentro de cada grupo se enfrentarían una vez entre sí, por el sistema de todos contra todos, con dos puntos por victoria, uno por empate y ninguno por derrota.
La Selección española, decepción tras decepción
La Selección española no pudo tener un debut más decepcionante tras empatar ante Honduras en el primer partido del grupo disputado en el viejo Luis Casanova de Valencia que, unido a la victoria ante Yugoslavia y la derrota contra todo pronóstico ante Irlanda del Norte, le condenó a disputar la segunda fase frente a Inglaterra (0-0) y Alemania (2-1), punto final de su participación.
A esa segunda fase llegaron precisamente los germanos tras uno de los mayores bochornos de la historia de los Mundiales tras pactar con Austria una victoria por 1-0, resultado que clasificaba a ambos equipos. No fue la única nota desafortunada en un campeonato en el que el Brasil presentaba sus credenciales con un juego preciosista y eficaz.
Sin lugar a dudas, el capítulo que tuvo lugar en el Estadio José Zorrilla de Valladolid en el partido entre Francia y Kuwait con la anulación del cuarto tanto galo a instancias de un jeque del emirato tras negociar con el colegiado, fue el más llamativo de un Campeonato del Mundo en el que Italia comenzaba a carburar.
Italia despierta al ritmo de Paolo Rossi
Más allá de las polémicas, que hubo para todos los gustos, Brasil e Italia dejaron para la historia un memorable partido de fútbol en el Estadio de Sarrià con la aparición estelar de Paolo Rossi para desarbolar a la canarinha de Zico, Sócrates y Falcao y presentar sus credenciales al título. Aquel encuentro todavía hoy es considerado como uno de los mejores de todas las Copas del Mundo disputadas.
La azzurra se deshizo de Polonia en semifinales con un doblete de Paolo Rossi y se plantó en la final tras haber superado la primera fase por el mejor coeficiente de goles que sus rivales para doblegar a Argentina y Brasil en la segunda fase mientras Alemania daba buena cuenta de la Francia de Platini en la otra semifinal.
La celebración de Tardelli tras marcar el segundo tanto ante Alemania en la final del Bernabéu, los saltos de alegría del presidente de la República italiana Sandro Pertini en el palco del estadio y la imagen de Dino Zoff levantando el trofeo de la Copa del Mundo al cielo de Madrid son ya iconos de un fútbol que se fue, pero que sigue en la retina de muchos aficionados.