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Eurocopa femenina 2022 | España 0-2 Alemania

España se complica la vida en el extraordinario ambiente de Brentford

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España cae ante Alemania y se juega su futuro ante Dinamarca

La selección española volvió a tropezar con su criptonita y tendrá que empatar como mínimo ante Dinamarca si quiere continuar en la Eurocopa 2022. 'La Roja' no fue capaz de perforar la portería de las alemanas y se mostró endeble en defensa en la primera mitad con errores de bulto que terminaron costando el partido.

Sin embargo, la derrota no empaña todo lo que sucedió fuera del terreno de juego. El ambiente, la atmósfera y la ilusión por el fútbol femenino continúan creciendo a pasos agigantados y se dejó ver con las más de 16.000 localidades vendidas para el segundo partido de las españolas en tierras británicas.

Una previa repleta de historias y un sin fín de emociones vividas que quedarán para la posteridad de un choque marcado por el extraordinario entorno del partido entre España y Alemania.

El crecimiento del fútbol femenino es imparable

Si todavía no lo han vivido, les invito a hacerlo. Acudir a un partido de fútbol femenino de semejante calibre significa empaparse de un ambiente espectacular. Los aledaños del estadio se llenaron de música, familias repletas de ilusión por ver a sus futbolistas favoritas y seguidores llegados desde puntos diferentes del mundo para ver durante 90 minutos a las jugadoras que consiguen arrancarles una sonrisa.

El Brentford Community Stadium se convirtió en el centro neurálgico del fútbol en un partido donde dos de las mejores selecciones del planeta se daban cita sobre el verde de las abejas. Miles de aficionados llenaron los anexos del majestuoso estadio inglés con camisetas de su país, pelucas, pinturas y todo tipo de artilugios para animar a su selección.

Tres horas antes del inicio del partido pudimos visualizar a varias familias españolas que llegaban con la mochila cargada de esperanza e ilusión por ver a sus ídolos vestidas de corto. Andalucía, Extremadura o Asturias fueron algunos de los lugares que nos encontramos fuera del estadio y que llegaban a Londres con la intención de disfrutar de una tarde inigualable.

Ilusión máxima por las jugadoras españolas

No obstante, la locura se desató cuando los autobuses de ambos combinados llegaron al estadio y comenzaron a bajar por las escalerillas del vehículo. Gritos, lágrimas y chillidos para intentar lograr un autógrafo o una foto de unas chicas que estaban a punto de jugarse el primer puesto en la Eurocopa y que finalmente tendrán que lograr un buen resultado en el último encuentro si quieren seguir con vida.

A pesar de ello, el público sabía que el marcador era algo secundario y que lo verdaderamente importante era haber podido estar a unos metros de personas que son capaces de incentivar a cualquiera que desee lograr sus metas y que son referencias para muchos niños y niñas que quieren dedicarse al fútbol y, porque no, a conseguir sus sueños.

Los familiares, orgullosos de sus futbolistas

Las gradas del coqueto estadio del Brentford comenzaron a llenarse aficionados alemanes, españoles, ingleses e italianos. Cada uno animaba a una selección, pero durante el partido se escucharon cánticos conjuntos y ánimos para dos equipos que estaban haciendo historia sobre uno de los estadios de la Premier League.

Además de los seguidores de ambos combinados, también aparecieron en escena los familiares de las futbolistas de España justo al lado del banquillo visitante. Los de Lola Gallardo aparecieron con camisetas personalizadas, los de Aitana con elásticas con su nombre y los de Leila Aleixandri con la del Manchester City.

La hermana de la ex futbolista del Atlético de Madrid atendió a RTVE para contarnos como se sentía su hermana momentos previos al comienzo del crucial choque. "Está un poco nerviosa, pero es normal con lo que se juegan en este partido", decía.

No era para menos con el ambiente que se palpaba dentro del mismo y con la infinidad de aficionados que abarrotaron un lugar que dejo de ser un campo de fútbol para convertirse en un recinto hermanado donde cada uno animaba lo suyo con respeto y educación.