Dominio sin gol frente a la efectividad alemana: las claves de la derrota de España
- La selección española tuvo mucha más posesión, remató el doble y embotelló a su rival, pero no logró anotar
- Las alemanas exhibieron contundencia en las áreas y, con dos remates entre los tres palos, consiguieron dos goles
La derrota de España ante Alemania en la Eurocopa 2022 volvió a demostrar que el fútbol es un juego de instantes. La selección española acaparó el control del balón, con un 66% de posesión, embotelló a la alemana durante muchas fases del encuentro y chutó a portería el doble que su rival, pero le faltó su contundencia en las áreas.
Con solo dos remates entre los tres palos, las alemanas lograron dos goles que significan la primera derrota de las españolas en 25 partidos y casi dos años, desde marzo de 2020. Y que les condena a jugarse la clasificación con Dinamarca y a un cruce en cuartos de final con Inglaterra, la anfitriona del torneo.
Buen juego sin premio
La falta de gol se ha demostrado la principal carencia de un equipo capaz de coser un fútbol muy elaborado, forzosamente coral por la baja de dos de sus principales estrellas -Jenni Hermoso y Alexia Putellas-, siempre combinativo y estético. Contra una potencia como la selección alemana, invicta frente a España, las de Jorge Vilda se instalaron en campo contrario y enlazaron con éxito 576 pases, el 84% de todos los que intentaron, mientras las alemanas se quedaron en el 65%, con 189 pases completados.
Ese dominio se tradujo un buen caudal de oportunidades: España remató una docena de veces, aunque solo tres fueron a portería. Y es que la goleada ante Finlandia en el primer partido del grupo enmascaró un problema recurrente: las españolas necesitan generar muchas ocasiones para anotar, hasta el punto que los cuatro goles de ese encuentro vinieron tras disparar nada menos que 32 veces, 13 de ellas a portería.
La estadística de goles esperados de Stats Performs indica que, por el volumen y calidad de las ocasiones generadas, España debería haber marcado 1,4 goles, pero se quedó a cero. Alemania, mientras tanto, no llega ni a un gol esperado, pero consiguió dos en un alarde de efectividad.
El primero de ellos, en concreto, fue clave para el devenir del partido: Klara Bühl aprovechó una entrega defectuosa en el área de Sandra Paños, la portera española, regateó a Irene Paredes y descerrajó un tiro raso al palo largo. A partir de ahí, las españolas siempre fueron a remolque y nunca acabaron de levantar el vuelo.
Dos equipos volcados en la presión
Las alemanas, por el contrario, se sintieron cómodas, reafirmadas en su estrategia defensiva. Intensas y agresivas, hicieron 16 faltas, por solo nueve de las españolas, y estuvieron mucho más resolutivas en los duelos individuales: ganaron 24, dos de cada tres, por once en los que las jugadoras de Jorge Vilda salieron victoriosas.
También corrieron, en conjunto, casi tres kilómetros más que las españolas, mucho más volcadas en que corriera el balón. Y en arriesgar con el balón en los pies: España intentó 40 regates, 17 de ellos con éxito, mientras que Alemania no llegó ni a la mitad, con 18 intentos y diez buenos.
Ambos equipos, en cualquier caso, trataron de sacar partido de la presión adelantada, ahogando la salida de balón del rival. Las alemanas lograron 15 recuperaciones en el último tercio del campo, de las que solo una acabó en un disparo a puerta, aunque fue el gol que abrió el marcador.
España robó 12 balones en el último tercio del campo, pero solo uno acabó en remate. Y es que las mejores ocasiones españolas llegaron en jugadas elaboradas: el mano a mano que marró Lucía García en el minuto diez, cuando ya había superado a la portera alemana, Merle Frohms, y una fantástica volea de Mariona Caldentey que obligó a Frohms a sacar la parada de la noche, mediada la segunda mitad.
Eficacia en las áreas
Caldentey se hizo omnipresente en el ataque español y, especialmente tras el gol alemán, se echó el equipo a la espalda, aunque con poca clarividencia: acumuló hasta 37 balones perdidos y, tras dejar todo en el campo, fue sustituida en el minuto 83.
Tampoco estuvo especialmente acertada Aitana Bonmatí, quizás el mayor talento de España ante la ausencia de Alexia Putellas, que apenas dejó un buen remate cruzado antes de acabar la primera parte. Muy participativa en la elaboración, estuvo poco incisiva y no generó ninguna ocasión para sus compañeras.
En ese apartado, las mejores españolas fueron Irene Guerrero, con cinco oportunidades creadas, y Sheila García, que encaró una y otra vez por el extremo derecho y logró seis regates buenos, que generaron dos ocasiones.
En Alemania, destacaron la delantera Klara Bühl y la portera Merle Frohms, principio y final de un equipo que se mostró dominador en las áreas. La primera abrió el marcador y fue un incordió constante en la presión, pese a perder 24 balones. Y la segunda mantuvo a raya los asaltos españoles en la segunda parte, sobre todo con su palomita a la volea de Caldentey. En ese vuelo se agotó la esperanza de la selección española.