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Eurocopa femenina 2022 | España 1-0 Dinamarca

Miles de españoles llevan a España en volandas para seguir con vida en la Eurocopa

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Miles de españoles llevan a la selección a cuartos
Miles de españoles llevan a la selección a cuartos

La selección española continúa salvando obstáculos y creciéndose ante cualquier adversidad. Después de la derrota ante Alemania, las españolas han logrado una victoria agónica ante el combinado danés con el tanto de Marta Cardona en los instantes finales para dar la tranquilidad a un equipo que caminó sobre una nube durante todo el choque gracias a los miles de españoles que abarrotaron el estadio de Brentford.

El partido se antojaba complicado y la afición de 'la Roja' lo sabía. La necesidad imperiosa de puntuar ante las nórdicas movió a la masa social española del país británico y las gradas se llenaron de banderas rojas y amarillas y de camisetas de la selección nacional. Además, pudimos comprobar en la previa, durante el duelo y en el post partido que los seguidores del combinado español nunca se rinden y que van a morir con las botas puestas.

Si todavía hay personas que no creen en esta plantilla, tienen motivos suficientes para hacerlo. Las de Vilda se han acostumbrado a andar sobre el alambre y lo hacen a las mil maravillas. Asimismo, las futbolistas poseen un colchón justo debajo sostenido por los cientos de miles de aficionados que se agolparon en un estadio que ya conoce bien el cántico "España, España" después de disfrutar de dos partidos de las nuestras.

Los aficionados convierten Londres en una ciudad española

Las futbolistas llegaron a la capital londinense pasado el mediodía para concentrarse en un hotel cercano a Brentford. Allí descansaron y se conjuraron ante el partido más importante de la Eurocopa para las españolas con presencia de algún aficionado que se había acercado a darles ánimos a la puerta del mismo.

Mientras la plantilla al completo disfrutaba de una relativa tranquilidad a escasos metros del estadio, los españoles empezaban a moverse por la ciudad para colmar los aledaños de 'las abejas' con banderas, camisetas, rostros pintados y cánticos para alentar a las suyas.

Justo en la entrada a las gradas se podía observar a cientos de personas españolas esperando a la llegada del bus para darles el último aliento antes de sentarse en su butaca y arengar a una selección que necesitaba esta victoria como agua de mayo, o de julio. Allí también estaban varios de los familiares de las jugadoras que querían pegarse un baño de masas antes de acudir a su asiento dentro del estadio.

Los padres de Misa relataban el viaje que habían tenido que realizar desde Canarias para poder llegar hasta Inglaterra. A su madre le brillaban los ojos cuando hablaba de su hija y el padre contaba el compañerismo de Misa con el resto de sus compañeras mientras que las personas más cercanas de Lola Gallardo se divertían hablando con cualquier persona que quisiese charlar.

Entre tanto, la selección aparcaba delante de una marabunta de personas que se colocaron sobre las vallas para gritar e intentar lograr alguna foto con sus ídolas. El autobús se situó detrás del de su rival, pero la diferencia en el recibimiento fue sustancial gracias a los seguidores que calentaron el ambiente y también el ánimo de las jugadoras.

En ese mismo lugar también pudimos alegrarnos con la presencia de Sara y Teresa, las dos hermanas que se recorrieron Francia en coche y ferri para poder disfrutar de los choques ante Alemania y Dinamarca. Incluso Liam Winhall, seguidor inglés de la selección, se dejó caer por las inmediaciones del crucial duelo para saludar y recordar el apoyo hacia el combinado español.

Una victoria de miles de españoles

Ya dentro del Brentford Community Stadium el ambiente comenzó a teñirse de rojo y amarillo con los familiares al lado del banquillo y los diversos españoles que se colocaron en todas las zonas del campo, sobre todo, en el fondo norte y en la boca desde donde salieron las jugadoras al terreno de juego.

Irene Paredes conocía la sensación de jugarse la vida y reunió a sus compañeras a su alrededor para destacar la importancia de disfrutar de cada minuto con los miles de seguidores detrás, actuando de jugador número doce cuando las piernas ya no tuviesen más fuerza.

Si la primera parte murió en un respeto mutuo, los familiares de las chicas no iban a dejar que la atmósfera decayese por la falta de gol de las delanteras españolas y las pocas ocasiones que se habían visto en los primeros cuarenta y cinco minutos. El padre de Laia Aleixandri quiso verbalizarlo y tuvo tiempo para pasarse por los micrófonos de RTVE para contar el nulo nervioso que sentía la plantilla antes del partido.

El grito que vale unos cuartos de final

El estadio no dejaba de gritar y las luces de los móviles iluminaban las gradas del templo inglés. El aficionado se lo estaba pasando bien a pesar del resultado y la ola empezó a adueñarse de los más de 16.000 espectadores congregados en Brentford.

Cuando parecía que el partido agonizaba, llegó la alegría de un país. Marta Cardona ponía la tranquilidad en los corazones españoles y anotaba el tanto que hacía estallar de júbilo a todo el mundo.

En ese momento, el banquillo español sufrió un terremoto y las futbolistas levantaron los brazos para poder gritar 'por fin, estamos en cuartos'. La grada siguió por los mismos derroteros y el estadio se tranformó en una especia de Cartuja con todo el mundo en pie para aplaudir el maravilloso gol de un equipo necesitado de celebraciones.

Con el pitido final llegaron los abrazos y las sonrisas de una afición que cree en poder eliminar a la anfitriona y que está convencida de la calidad y la superioridad de una selección que ha venido a tierras británicas a llevarse el título para la península.