España se va de la Eurocopa femenina con la cabeza bien alta ante 30.000 ingleses
- Las jugadoras españolas consiguieron enmudecer a los miles de seguidores ingleses del Falmer Stadium
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Aquí termina la andadura de la selección española en esta Eurocopa. Las de Vilda se marchan del torneo con un sabor amargo después de haber sido mejores que la anfitriona y de haber puesto contra las cuerdas durante 83 minutos a un equipo que no supo meterle mano a España salvo en una jugada aislada con polémica.
Anté más de 30.000 seguidores ingleses, el combinado español maniató a una selección que venía de hacer 14 goles en fase de grupos, ningun gol en contra y con un estadio rendido a sus pies. El Falmer Stadium de Brighton vibró con las suyas, pero también enmudeció cuando 'la Roja' dominó cada faceta del juego y se adelantó gracias al maravilloso tanto de Esther tras una jugada extraordinaria de Athenea.
El partido tenía todos los condicionantes para ser un choque durísimo. La previa se colmó de aficionados de las 'Lionessas' en los aledaños del estadio de 'las Gaviotas', aunque los seguidores españoles que se desplazaron hasta la ciudad costera inglesa se dejaron notar antes del encuentro y durante el mismo cuando la selección plantaba cara a la anfitriona.
Una previa con color inglés y sabor español
Antes de acudir al estadio, los aficionados de ambos equipos se desplazaron hasta la Fan Zone organizada en Brighton. Allí pudimos disfrutar de juegos con balón, murales sobre la historia del fútbol femenino y algún que otro español que quiso retar a la gravedad delante de los múltiples hinchas británicos que querían vivir una jornada festiva desde primera hora.
Unas horas antes del encuentro, nos trasladamos hasta el estadio para ver in situ la llegada de las jugadoras al lugar del choque de cuartos de final. Aunque era imposible superar en número a los locales, los simpatizantes españoles venidos desde diferentes puntos del mundo se dejaron ver por allí.
Sara y Teresa, las hermanas que tuvieron que viajar en ferri hasta Inglaterra estaban presentes en la quedada para recibir al bús y Liam Winhall, fan inglés de la selección, tampoco quiso perderse la llegada de sus futbolistas favoritas como Lola Gallardo, Leila Ouahabi o Mapi León.
Primero llegó el vehículo de las inglesas y el famoso 'It's Coming Home', himno del fútbol inglés, comenzó a resonar por todo el estadio. Los españoles vivieron el momento con respeto y esperaron pacientemente a la llegada de sus jugadoras. Los seguidores ingleses abandonaron la zona cuando Ellen White, Alessia Russo o Toone entraron al escenario y dejaron paso a los hinchas de 'Las Legendarias' para recibir con honores a un equipo que merecía otro final.
España consiguio enmudecer un estadio lleno hasta la bandera
Como no podía ser de otra manera, el Falmer Stadium estaba completamente abarrotado de 'three lions'. Los fans del conjunto inglés abarrotaron las gradas con la esperanza de ver una victoria de su selección y, por que no, un resultado holgado ante lo visto en la fase de grupos.
España no se amedrentó por el inigualable ambiente y saltó al verde del estadio de la Premier League con el ánimo de sentirse protagonista y olvidar que hasta 30.000 ingleses estaban alentando a sus futbolistas desde el primer minuto de juego.
Las Bonmatí, Patri Guijarro y Caldentey iniciaron el duelo sin ningún tipo de cobardía y empezaron a hilar jugadas que ponían los corazones británicos en un puño. Cada jugada, cada falta o cada tarjeta amarilla se celebraba o se lamentaba en un escenario maravilloso que animó y gritó desde el principio hasta el final.
Si muchos aficionados ingleses se habían acercado al estadio del Brighton a disfrutar de un partido plácido o sencillo, se habían equivocado. La enorme calidad de las españolas consiguió enmudecer a miles de británicos que empezaban a verle las orejas al lobo tras varias ocasiones claras de las nuestras.
Y si las oportunidades de gol lograron acallar el clamor inglés, el tanto español convirtió el escenario en una tumba. La delantera blanca Esther González anotaba el primer tanto del partido en el 54 tras una jugada inverosímil de Athenea mientras todo el estadio guardaba silencio a excepción de un banquillo que saltaba de alegría con Vilda a la cabeza y los familiares que se encontraban detrás del banquillo.
El seleccionador madrileño pedía calma y cabeza a sus pupilas, pero es cierto que los nervios estaban a flor de piel y el partido ganaba en intensidad a medida que avanzaban los minutos. Los aficionados venidos desde diferentes puntos de Inglaterra se impacientaban y consiguieron el premio a siete del final.
El estadio estalló de júbilo e incluso en la zona de prensa los periodistas de la selección inglesa no dudaron en celebrar la diana de Toone como si de una final se tratase viendo los minutos que quedaban para que el partido terminase. La ariete del Manchester United aprovechaba un error en el área pequeña y devolvía los gritos a un estadio que estuvo en silencio durante muchos minutos.
El enfado de Misa y la resignación española
Sin embargo, una polémica falta en el tanto inglés hizo saltar las alarmas en el banquillo español y Misa lo pagó con una caja de bebidas. La guardameta del Real Madrid no pudo sostener el tremendo enfado que llevaba y propinó una patada a un cubo que tenía a su derecha tras ver como la árbitro no revisaba una falta clara a Irene Paredes en el momento del gol.
El ambiente se relajó con la llegada de la prórroga, pero la calma iba a durar poco. Inglaterra conseguía darle la vuelta al luminoso con un zapatazo tremendo de Stanway desde fuera del área para poner la más absoluta de las locuras en la grada y entre las suplentes de Inglaterra. El cuadro local había estado a siete minutos de abandonar la competición y ahora se encontraban en semifinales.
El marcador no se movió y en los minutos finales la grada apretó todo lo que pudo para enviar el último aliento a unas jugadoras que habían obtenido la recompensa de la remontada después de verse contra las cuerdas durante muchos minutos de juego. Con el pitido final, el banquillo local salió corriendo a por sus futbolistas y la entrenadora inglesa se abrazo con su staff técnico para liberar todas las tensiones acumuladas.
En la otra cara de la moneda, las jugadoras españolas se quedaron petrificadas sobre el terreno de juego y fueron los miembros del cuerpo técnico los que se acercaron a ellas para animarlas y darles la enhorabuena por el mágnifico torneo que han completado. Vilda tampoco quiso dejar pasar la ocasión y reunió a toda la plantilla sobre el césped para agradecer su lucha y su entrega a un equipo que consiguió enmudecer a 30.000 ingleses durante más de 80 minutos.
España se va de vacío, pero siempre quedará en el recuerdo un grupo excepcional y unas jugadoras que se dejaron la vida por una camiseta que defendieron con honores en un choque que se presuponía fácil para las inglesas. La selección tiene mimbres suficientes para soñar y el Mundial 2023 celebrado en Nueva Zelanda será la siguiente oportunidad para ello.