Gareth Bale, de príncipe de Gales a rey
- El exmadridista logra el gol del empate ante EE.UU. y entra en la historia de su país marcando el penalti que provocó
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Puede parecer solo un futbolista a tiempo parcial, puede estar desconectado medio partido, pero al final acaba apareciendo en los resúmenes como un jugador trascendental. Gareth Bale lo ha vuelto a hacer. Motivado como suele estar con su selección, ha resurgido para marcar el primer gol de Gales en una Copa del Mundo desde hace 64 años, en su debut en Qatar ante Estados Unidos (1-1)
Gareth Bale (33 años), el futbolista de las grandes citas, se ha mantenido en el fútbol profesional con el objetivo principal de llevar a Gales a un Mundial y ser protagonista de esta aventura. Ha logrado para su selección lo que otros galeses históricos, como Ryan Giggs o John Benjamin Toshack, no pudieron: liderar a Gales en un Mundial de fútbol, en el que no participaban desde 1958, edición en la que fueron eliminados por el que fue campeón, Brasil, con un gol de Pelé (0-1).
Cuando el partido se encaminaba al final, el exmadridista se cobró un penalti al recibir un pase dentro del área y usó su cuerpo para protegerse de la presión de Zimmerman, que cometió una clara e innecesaria falta. Con un fuerte zurdazo al lado derecho de la portería de Matt Turner, que rozó el balón, el delantero marcó el gol número 41 de su carrera con Gales.
De esa manera, igualó el tanto estadounidense que logró en el minuto 35 Tim Weah, el hijo de George Weah, una leyenda que ganó el Balón de Oro en 1985 pero nunca estuvo en un Mundial. "Estoy contento de haber tirado el penalti y de haber marcado, pero hubiese preferido los tres puntos", comentó Bale, que admitió que acabó el partido "cansado".
Por lo demás, fue el típico partido de Gareth Bale. El capitán y figura de Gales no estuvo entre los que más acapararon el balón. Durante todo el partido solo tocó 34 veces el balón, y solo 19 de estos toques fueron en el campo rival, el segundo titular que menos intervenciones sumó -dio menos toques que el portero, Hennessey-. Dio 23 pases, fallando 11 de ellos, y no realizó ningún regate. Además, vio una amarilla al final de la primera parte por una entrada por detrás sobre el valencianista Yunus Musah.
Es la extraña mezcolanza entre el jugador en apariencia intrascendente, que se hizo irritante en el Real Madrid, pero a la postre imprescindible. Bale hizo posible la clasificación de Gales, con tres goles en la repesca contra Austria y contra Ucrania. Es el mismo jugador que, en su actual club, Los Angeles FC, y saliendo desde el banquillo para la prórroga, marcó el gol con el que llegaron vivos a la tanda de penaltis y acabaron ganando el título de liga de la MLS.
La reacción de Gales llegó tras el descanso, después de una primera parte en la que los aficionados estadounidenses pudieron ilusionarse con la que será coanfitriona del próximo Mundial y un equipo, el más joven de los 32 de Qatar, que no carbura mal. Como resultado, los 'Dragones Rojos' terminaron la primera parte sin un solo tiro a la portería rival.
Con la entrada en la segunda parte de Kieffer Moore, que ingresó en el terreno de juego por Dan James, el partido cambió por completo. De repente, el juego de Gales tenía sentido, alguien a quien mandar balones.
El ariete del Bournemouth, un gigantón de 1,96 metros, devolvió la iniciativa a los suyos metiendo en problemas a los centrales estadounidenses. Lo bajaba todo, remataba y descargaba juego para sus compañeros. Lo raro es que no saliera como titular y el seleccionador, Robert Page, se lo tendrá que plantear para el partido del viernes ante Irán (20:00 horas).
Pese al empuje demostrado, Gales sigue sin cosechar una victoria en un Mundial (su balance es de dos empates y cuatro derrotas), pero se arma de moral para lograr ese deseado triunfo en su próximo partido. "Vamos a seguir hacia adelante, que es lo que tenemos que hacer por nuestro país", declaró el delantero en el estadio Ahmad bin Ali de Al Rayyan. Con los chispazos del intermitente Bale, Gales aún puede mantenerse encendida.