España se topa con la realidad: los datos que muestran su lugar tras el Mundial de Qatar
- Tras la eliminación, los datos de posesión y remates hacen resurgir el debate sobre la selección
- El tiki-taka que encumbró a España entre 2008 y 2012 no ha vuelto a dar triunfos en los grandes torneos
La eliminación prematura en octavos de final de España, una de las favoritas al inicio del Mundial de Qatar, ha vuelto a destapar la caja de los truenos, el eterno debate sobre la identidad futbolística de la selección nacional: ¿Por qué no se superan las eliminatorias? ¿Por qué no se cumplen las expectativas y la ilusión se vuelve fiasco? ¿Somos siempre peores de lo que nos creemos? ¿Por qué la posesión y los pases no sirven para ganar? ¿Hay que enterrar definitivamente el tiki-taka?
Algo pasa con la selección española en los Mundiales. No solo en el aspecto deportivo, sino ante que eso, en el emocional, en las expectativas que suscita antes de cada torneo una selección que, para muchos dentro y fuera de España, se encuentra siempre entre las candidatas teóricas al título en cualquier competición internacional, pero para la que llegar más allá de octavos o cuartos de final es en la práctica una excepción.
El plan de la posesión no dio frutos
Desde 2004, cuando Luis Aragonés se puso al frente del combinado nacional, la selección practicó una evolución consciente desde la antigua 'furia' al 'tiki-taka', un estilo que le permitió tocar las estrellas en el histórico ciclo de 2008 a 2012, encadenando Eurocopa, Mundial y Eurocopa.
Y ha persistido en ese estilo, basado en superar a los rivales y progresar entre líneas mediante el pase, hasta ser la selección que más claramente ha usado (o abusado) de este recurso.
Si comparamos los estilos de juego de los equipos participantes en el Mundial, en función del número de pases medio que realizan en cada jugada y la velocidad en la progresión con el balón, se ve que España ha sido, con mucho, el equipo que practica un juego más elaborado, pero también más lento, una elaboración del juego a la que solo se aproximan Inglaterra y Argentina, pero estas con una orientación más vertical en su juego.
España ha masticado mucho sus jugadas, con posesiones muy largas (136 secuencias en las que se han superado los diez pases, muy por encima del resto de equipos), pero sin apostar por el recurso al juego directo nada más que como rareza.
La selección española se va de Qatar como un equipo que acumula pases sin cuento. Es, con diferencia, el equipo que más pases intenta, el que más realiza en campo rival, y también en el último tercio del campo; es decir, en las cercanías del área. También es el primero en el porcentaje de acierto en este tipo de acciones, aunque ahí ya no destaca con tanta ventaja.
Mucha preparación, poca pólvora
Pero el estilo de toque, toque y toque no ha fructificado en remates, tiros a puerta y goles. El partido ante Costa Rica fue el espejismo y la excepción. Ahí entraron siete de los ocho tiros a puerta y España generó 17 remates, pero después el rendimiento cayó partido a partido: siete remates ante Alemania (3 a puerta), seis ante Japón (3 entre los tres palos) y seis ante Marruecos (2 a puerta) en 120 minutos.
España está entre los equipos que más goles esperados ha generado (xG, la probabilidad de marcar gol en función de la calidad y claridad de los remates) y es la tercera que más goles ha anotado (claramente condicionado por el 'día bueno' ante Costa Rica). Sin embargo, es la novena selección en remates a puerta y la octava en remates totales. El 18% de sus remates terminaron en gol, pero selecciones como Ghana han sido más eficaces (convirtieron en gol el 19% de sus remates totales) e incluso Costa Rica aprovechó mejor sus tiros, con un 25%, casi al nivel de la más eficaz, Inglaterra.
Las expectativas y las predicciones no reflejadas en el campo
Un fracaso se mide también en función de las expectativas. España tiende a verse a sí misma compartiendo mesa con Brasil, Argentina, Francia, Alemania, Italia o Inglaterra, pero la nómina de sus triunfos le pone a la altura de selecciones menores.
España llegaba a este Mundial como la séptima selección del mundo, según el ránking de la FIFA. Un ránking que refleja otros chascos, porque Bélgica llegaba como segunda mejor del mundo y no fue capaz de pasar de la fase de grupos, con un único gol ante Canadá. Y por delante de España, está Italia, que no se clasificó para jugar en Catar.
España, una de las selecciones que más Mundiales ha jugado (16, contando el de Qatar), sigue estando entre las que tienen mejor historial en una clasificación histórica, aunque su rendimiento no sea de los mejores. Pero hace tiempo que España no gana en partido oficial a ninguna de esas selecciones de abolengo con las que quiere codearse. Desde que se proclamó campeona del mundo en 2010, España solo ha conseguido tres victorias en la Copa del Mundo, frente a rivales bastante inferiores: Australia en el Mundial de 2014 (0-3), cuando ya estaba eliminada; Irán (1-0) en el Mundial de Rusia y Costa Rica (7-0) en la presente edición (selección 31 en el ránking de la FIFA).
En definitiva, a falta de los partidos que faltan por jugar, España saldrá de este Mundial como 13ª selección entre las 32 participantes, por debajo de Australia (número 38 del mundo), que plantó cara a Argentina en octavos. En 16 participaciones en Mundiales, solo en seis España ha terminado entre los ocho primeros.
Los próximos desafíos, la Liga de Naciones y la Eurocopa 2024
Tras este fracaso, la selección nacional deberá recomponerse y preparase para sus próximos compromiso: la final a cuatro de la Liga de Naciones, y la fase de clasificación para la Eurocopa de 2024 en Alemania, en la que está encuadrada en el grupo A, con Escocia, Noruega, Georgia y Chipre.
El primer partido de esa fase de clasificación será frente a la Noruega de Eerling Haland, el 25 de marzo; y tres días después, el 28 de marzo, visitará a Escocia.
Antes de continuar con la clasificación para la Euro, en junio jugará la final a cuatro de la Liga de Naciones, en la que participarán la anfitriona Países Bajos, Croacia e Italia. España, subcampeona en 2021, jugará el 15 de junio la segunda semifinal, ante los italianos, una de las grandes ausentes en el Mundial de Qatar, para aspirar a jugar su segunda final de esta competición, el 18 de junio.