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Mundial de balonmano 2023

El protocolo anticovid del Mundial de balonmano despierta los fantasmas del pasado 

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Mundial de balonmano 2023 | El doctor de la selección española, sobre el protocolo Covid: "No nos gustan las medidas"

Las restricciones sanitarias que ha impuesto la federación internacional de balonmano en el Mundial 2023 han causado malestar en las selecciones participantes, que temen que los positivos por Covid puedan marcar la competición como ocurrió en el Europeo del año pasado.

Entonces, en plena ola de la pandemia por la expansión de la variante omicron del coronavirus, los equipos se tuvieron que someter a controles cotidianos y se detectaron decenas de casos en las plantillas. Algunas, como la alemana, llegaron a tener al mismo tiempo una docena de positivos, lo que mermó mucho su desempeño.

Doce meses después, para este nuevo gran campeonato "todo el mundo del balonmano esperaba un protocolo mucho más laxo, en la línea de otros deportes", explica el enviado especial de RTVE al Mundial Álex Argelés, que también cubrió el Europeo 2022 en Hungría y Eslovaquia.

Idiosincrasia de este deporte, los Europeos y Mundiales (tanto masculinos como femeninos) se celebran siempre en el invierno del hemisferio norte, cuando circulan más los virus que causan infecciones respiratorias.

Los motivos de la IHF para ser tan exigente en el protocolo anti-COVID

En declaraciones a RTVE, el médico de la selección española de balonmano, el doctor Juan José Muñoz Benito, pone un poco más de contexto al campeonato y la pandemia: "La vivencia que tenemos en algunos países de Europa es diferente a otras partes del mundo. Los controles ya no están recomendados en España y no nos gustan las medidas, pero es un campeonato del mundo".

Muñoz se refiere al punto que más "ampollas ha levantado", el de los test de covid-19 y el manejo de casos. Y es que el protocolo de este Mundial de balonmano impone un aislamiento de cinco días para los jugadores que den positivo en una de dos pruebas previstas, la primera a la finalización de la primera fase y la segunda al término de la ronda principal (main round).

"Que haya que hacer una PCR antes de un campeonato puede ser razonable, pero tener que separar a un jugador duerante al menos cinco días encontrándose poco sintomático, eso contrasta con la realidad de nuestro deporte", comenta el doctor Muñoz Benito desde Cracovia.

Cuando publicó el protocolo hace un mes, la IHF emitió un comunicado en el que defendía que su "prioridad número uno" seguiría siendo mantener la salud de todas las personas implicadas en el Mundial "a cualquier precio".

Además de los test, se exige mantener la distancia social o algunas medidas de seguridad reforzarda en espacios cerrados como los medios de transporte o los vestuarios. Pero el protocolo, lógicamente, no contempla todas las situaciones y por ejemplo en el hotel que comparten las selecciones de los grupos A y F, como la española, en las zonas comunes los jugadores de distintas burbujas se pueden mezclar sin controles.

Incongruencias en el protocolo han provocado enfados en los equipos

Otro punto curioso del protocolo en este deporte de mucho contacto es que se sigue prohibiendo el apretón de manos para saludar en los partidos, lo que ha dado lugar lugar a situaciones incómodas en los prolegómenos.

La situación ha enfadado en particular a uno de los anfitriones del campeonato. "Personalmente no entiendo por qué estamos haciendo esto. En Suecia el tiempo del coronavirus ha terminado y ya no se califica como una enfermedad peligrosa para la sociedad desde el pasado mes de abril", señaló el técnico asistente de la selección sueca Michael Apelgren, citado por Efe, antes del Mundial.

Y un poco más allá fue el portero islandia Bjorgvin Gustavsson. "Las reglas del torneo son más estrictas que las leyes vigentes en los dos países organizadores, por lo que los jugadores tienen que saber que pueden salir en cualquier momento de su aislamiento o negarse a las revisiones", dijo en un mensaje que difundió en redes sociales.

El guardameta concluía que los jugadores "todavía sienten profundamente el trauma vivido con el covid en el último Europeo" y que eso les "inquieta más" que la propia enfermedad. Pero su mensaje dio también pie a comentarios negacionistas o a la amplificación de noticias falsas sobre el protocolo. Y es que como en toda gran cita, no podía faltar la desinformación, otro de los fantasmas de la pandemia.