España mantiene su buen nivel de juego pero pasa como segunda de grupo
- El bloqueo en ataque en el tramo final le cuesta a los Hispanos su primera derrota en el Mundial
- Mundial de balonmano de Polonia y Suecia 2023, del 11 al 29 de enero en RTVE
Del partido de esta noche en el Tauron Arena de Cracovia los Hispanos sacan como conclusiones que pasan como segundos de grupo y que, pese a su buen nivel de juego, se despiden del pleno de victorias en el torneo que aún conservaban hasta hoy. Como ya se sabía, hasta mañana no conocerá su rival en cuartos, cuando Noruega y Alemania diriman en qué orden terminan ellas. La que acabe como primera se cruzará con España.
Quizá en ciertos gestos relajados entre rivales, en los nombres de algunos jugadores que descansaron fuera de la convocatoria (Agustín Casado en España, Nikola Karabatic en Francia) o en el volumen no tan alto de los gritos en los primeros tiempos muertos se podía notar que esta vez no había gran cosa en juego en un duelo entre España y Francia. Pero en cuanto a espectáculo, el partido estuvo a la altura de su cartel. Incluso, en el último minuto del partido una fea acción de Luka Karabatic sobre Jorge Maqueda pudo subir la tensión hasta más allá de lo deseable.
Hubo igualdad durante gran parte de los sesenta minutos. Al descanso se llegó con empate después de que España consiguiese contrarrestar los primeros amagos de tirón de los galos (7-9 en el minuto 20, 10-12 en el 25). Entre los nombres propios no tan habituales que brillaron, Abel Serdio y, un día más, Dani Fernández, el joven debutante en este Mundial que, como ante Chile, fue nombrado el mejor jugador del partido.
Tras el descanso España, agarrándose a su intensidad defensiva, tomó la delantera, pero sin llegar a abrir un hueco más allá de las dos o tres goles, hasta entrar en los últimos quince minutos con, otra vez, absoluta igualdad (24-24 en el minuto 51).
Entonces se empezó a jugar al ritmo que le gusta a Francia. España se pasó más de ocho minutos sin marcar (hasta el 25-27 en el minuto 58) y para entonces, ya era tarde. En ese tramo, la lucidez en ataque de Ludovic Fabregas y, sobre todo, las paradas de Vincent Gerard habían puesto a Francia en la senda de la victoria.