Guillermo Pelegrín, paraescalador sin límites: "Que nadie nos diga lo que podemos hacer y lo que no"
- Tiene 19 años, fue plata en la Copa del Mundo y lleva ocho años escalando con menos de un 2% de visión
- El paraescalador reivindica normalidad: "Soy ciego y escalo, como el que es rubio y escala"
"Que nadie nos diga, tengamos lo que tengamos, lo que podemos hacer y lo que no podemos hacer". Guillermo Pelegrín tiene muy claro lo que quiere y nada, ni nadie, le detiene. Tiene 19 años y escala para desarrollar su pasión por este deporte.
Pelegrín reivindica la normalidad del deporte adaptado: "Soy ciego y escalo, como el que es es rubio y escala". Asegura que no escala por superarse, sino porque le gusta escalar.
Solo unos minutos después de hablar con RTVE, asciende, presa a presa, por los muros del rockodromo Sputnik de Las Rozas. Allí entrena cada semana desde hace ocho años junto a Toni Curiel, técnico de la Federación Madrileña de Paraescalada: "Al principio fue fácil y difícil. Fácil porque Guille es una persona que estaba dispuesta a hacer todo lo que le pidiera, y difícil por saber cómo actuar con él. Al final te das cuenta de que es una persona como otra cualquiera, que busca una motivación y es lo que le encanta".
“La escalada es una manera de ser totalmente autónomo“
Pelegrín, con retinosis pigmentaria y amaurosis congénita leve, comenzó a escalar con 12 años, animado por su padre. "Mi padre fue el motor para que yo haga todo el deporte que hago. Su sueño siempre era hacer deporte conmigo, escalar conmigo, y cuando a mi me detectaron la discapacidad visual se puso a investigar en la ONCE, en un montón de sitios, descubrió el grupo de montaña de la ONCE, se metió él como guia para aprender y luego me metí yo".
"La escalada es una manera de ser totalmente autónomo, porque teniendo discapacidad es un deporte superfácil de adaptar. En mi caso, soy yo, la pared y las indicaciones de un guía, pero no necesariamente tengo que seguir esas indicaciones", explica.
Ilusión por ser paralímpico en Los Ángeles 2028
Paso a paso, el joven paraescalador ha conquistado torneos nacionales e internacionales, donde su plata en la Copa del Mundo de Salt Lake City brilla con luz propia. Pese a todo, resta importancia a los éxitos deportivos y piensa más en entrenar, viajar y competir: "El resultado será el que tenga que ser, mi filosofía es darlo todo y con eso me voy contentísimo. Aprendo mucho más con la constancia y con el esfuerzo en los entrenamientos". No obstante, no oculta la ilusión que le haría ser paralímpico en los Juegos de Los Ángeles 2028: "sería un sueño para mí".
Pero, ¿cómo escala una persona ciega? Guille y Toni utilizan varios métodos, como explican en la entrevista con José Barrero en Radiogaceta de los Deportes de RNE. Para la escalada en boulder, sin cuerda, el entrenador guía le indica los agarres con golpes con un bastón, mientras que para la ascensión en vía, con cordajes y mucho más alto, se usa un pinganillo y la llamada "imaginería motora": "Lo que hacemos es que yo le introduzco patrones de movimiento en su cabeza para que luego a la hora de escalar sea más fácil hacerlo. Yo reproduzco incluso la intensidad del agarre y dónde está el agarre para que a él luego le sea más fácil hacerlo", explica Curiel.
La unión entre el paraescalador y su entrenador guía es estrecha, especial: "Es mi entrenador, mi guia y aparte un superamigo que ya considero de mi familia. Se ha generado un vínculo y somos prácticamente un binomio", apunta Guillermo. "Al final es una simbiosis entre él y yo. Sé perfectamente cómo se mueve y hay que recalcar la función que tenemos como guias, porque nosotros somos su visión, nuestro fallo repercute directamente en él", añade Toni.
"Los límites te los pones tú"
Esta es la historia de Guille, un apasionado del deporte que además difunde a través de sus redes sociales sus pensamientos sobre la discapacidad. Lo hace siempre con un mensaje nítido: "Los límtes te los pones tú". "Se trata de aprovechar los medios digitales que tenemos para transmitir un mensaje, y ligado al trabajo social dejar ese impacto en la sociedad", explica.
"Me llena de satisfacción cuando recibo un mensaje que me dice: soy ciego y gracias a tus videos estoy retomando las ganas de hacer cosas. Con que haya solo una persona que con mis videos se ría, se tome mejor su discapacidad o se conciencie minimamente de temas de inclusión, me conformo", nos cuenta.
Así es Guille, estudiante de Trabajo social que se define como una persona quiere disfrutar de la vida. Lo hace, principalmente, a través del deporte, donde además de la escalada practica hípica, surf o esquí, donde también ha competido con el equipo nacional de esquí para ciegos.