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Reportaje

'El clic, reinicio de un campeón': la historia de cómo superó sus miedos Enric Mas

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Enric Mas, el reinicio de un campeón

Enric llevaba varios días dando síntomas. Y no precisamente de COVID. Ni una tos. Pero en los días previos a la etapa de Hautacam, el mallorquín siempre aprovechaba los micros de meta para pedir "perdón". Era, en realidad, un grito de SOS. Pedía perdón al aficionado por perder un poco de tiempo cada jornada, por no poder estar a la altura de las expectativas creadas. El podio de París, ese era su objetivo. Y "patas" tenía, pero el problema estaba debajo del casco. "Desde la caída en Dauphiné (tres semanas antes de la salida del Tour) tengo un miedo interno en las bajadas" confesó nada más cruzar la línea de meta en Hautacam. Se había dejado siete minutos con el ganador de la etapa, Vingegaard.

A las pocas horas el equipo Movistar anunció que Enric Mas abandonaba el Tour de Francia por un positivo de COVID. Descubierto en un test de antígenos, no hubo prueba de confirmación. El corredor se marchó a su pueblo, Artà en Mallorca. A refugiarse con los suyos, a olvidarse por unos días de la bicicleta. Y faltaban tan sólo 28 para la salida de la Vuelta. Una auténtica contrarreloj si quería estar en una ronda española que salía de Holanda.

Aceptado el problema de que "tenía pánico a las bajadas" se puso en manos de su entrenador personal, de su psicólogo (con el que llevaba poco tiempo de tratamiento) y de un gurú de los descensos como Óscar Saiz. Exbiker, coach deportivo y experto en bajadas de cualquier modalidad de ciclismo. "Se puede salir del bache en cuatro días", asegura a la cámara de TVE. "Pero una cosa es nadar y otra muy distinta flotar".

'Resetear' la relación de Enric con la bicicleta

Su metodología en esos días de verano fue resetear la relación con la bici de Enric. "No era una técnica especial, más bien sencilla, que sigo haciendo" confiesa Mas. Se trata de rutinas más típicas de aquellos que comienzan a montar en bici. Y no de un deportista de élite. Grabaciones, correcciones, horas de diván y de sillín. La meta no estaba en Cibeles sino en ese clic que su cerebro tenía que hacer para volver al principio. Cuando era un niño "o incluso antes, tuve que empezar de cero, pero de cero, cero" afirma Enric Mas.

Y hablando de confesiones, ojo a la de Alejandro Valverde: para ilustrar el caso de su compañero aprovecha para reconocernos que su crisis psicológica del 2012 (cuando regresó a la competición tras una suspensión por dopaje de dos años) fue mucho más que un bache con los descensos. "No podía ni coger el coche por la autopista, me mareaba, y como del psicólogo salía peor de lo que entraba, tuve que ir al psiquiatra", nos cuenta el murciano. El Bala cuidó de su pupilo en la que era su última Vuelta. Pidió ser su compañero de habitación en los hoteles. Y le ayudó a pasar página. También nos ayudó a nosotros en la elaboración de este reportaje: los planos de la cámara on-board que graba a Enric son suyos. Nadie mejor que el Bala para abrir la trazada. Para mostrar el camino.

También nos ha ayudado Enric, abriéndose, hablando de temas muy íntimos a una cámara, reviviendo para ello su calvario de 2022. De hecho, ha sido él mismo quien ha puesto el subtítulo del reportaje: "La etapa más dura de Enric Mas: del infierno a la tranquilidad". Grabado este invierno entre Sierra Nevada, Mallorca y Barcelona, "El clic, reinicio de un campeón" (disponible en RTVE Play) cuenta su historia. Una historia que habla de ansiedad, de enemigos invisibles, de honestidad, de superación. De cómo la salud mental, también en un deportista de élite, puede llegar a condicionarlo todo.