Van der Poel impone su ley en San Remo para llevarse el primer monumento de la temporada
- El neerlandés coronó el Poggio en solitario y nadie pudo seguir su rueda en el descenso hacia Vía Roma
- Tadej Pogacar fue el encargado de romper la carrera en la ascensión final de 'La Classicissima'
Una de las pruebas más calmadas de la temporada durante los 270 kilómetros iniciales. La carrera más frenética del calendario en los 30 kilómetros finales. El guión esperado se volvió a cumplir en una Milán - San Remo donde el descenso del Poggio volvió a ser el juez del primer momumento del año.
Solo una arrancada en los metros finales de la ascensión decisiva de La Classicissima le sirvieron a Mathieu Van der Poel para abrir un hueco insalvable para sus perseguidores.
Tras una ascensión a La Cipressa más cómoda que en años anteriores, Bahrain, INEOS y -como era de esperar- UAE, pusieron toda la carne en el asador en la aproximación al Poggio.
Pogacar lanzó las hostilidades
Y en eso llegó esa cota de 4 kilómetros que, en las últimas ediciones, desde que Nibali mostrara en 2018 que un escalador podía ganar en Vía Roma, se ha convertido en juez de la carrera.
Tras unos kilómetros previos vertiginosos, Tim Wellens lideró el treno del Emirates con el caníbal esloveno agazapado a su rueda. Se repetía el guión del pasado 2022, pero en esta ocasión los grandes clasicómanos del pelotón estaban muy atentos al ataque de Pogacar, sabiendo que iba a llegar, pero no el momento exacto en el que lo intentaría.
Y llegó a 7 kilómetros para el final. En ese instante Wellens se abrió y el esloveno lanzó la primera de sus balas. En el primero de los ataques descartó a buena parte de los sprinters, pero al darle continuidad a ese primer intento solo tres ciclistas pudieron salir a su rueda: Filippo Ganna, Wout van Aert y Mathieu Van der Poel.
Por detrás, incapaces de seguir el empuje de Pogacar se quedaban hombres de la talla de Mads Pedersen o Matej Mohoric, el ganador de la pasada edición -tija telescópica incluida-.
Pero a 5,5 km del final, en los últimos metros de ascensión, Van der Poel pilló por sorpresa a sus acompañantes en cabeza de carrera para abrir una pequeña brecha. El resto, ya es historia.
Por detrás, Filippo Ganna aprovechó su condición de rodador para anticiparse al sprint del grupo y finalizar en segunda posición. El podio lo completó Wout van Aert finalizando por delante de Pogacar.
El ciclista de Alpecin-Deceuninck logra así su tercer monumento, después de las victorias en el Tour de Flandes en 2020 y 2022.