Victoria Hernández, homenaje a una pionera precoz del fútbol español
- En agosto de 1971 firmó el primer contrato de una futbolista española, por 4.000 pesetas con el Olímpico de Villaverde
- Rechazó un millón por fichar por el Stade Reims y jugó tanto con la selección clandestina de los 70 como en la oficial del 83
Alexia Putellas, Jenni Hermoso o Mariona Caldentey son de sobra conocidas hoy día. Una fama que se han ganado gracias a ser precursoras en el fútbol profesional femenino en nuestro país. Sin embargo, antes que ellas, hubo otras mujeres para las que el fútbol lo era todo. Pioneras en un deporte de hombres que apenas son conocidas ni reconocidas.
Conchi 'Amancio', Inma Castañón o Victoria Hernández son mujeres anónimas para el gran público, pero son historia del fútbol español. Ellas son las pioneras de un deporte, que en los inicios de los 70, no se concebía que pudieran practicar las mujeres.
La primera futbolista española con contrato
Y entre todas ellas destacamos a Victoria Hernández Poderoso, una niña de Villaverde que, con solo 12 años, firmó un contrato como futbolista con el Olímpico Villaverde. Fue el 2 de agosto de 1971 y se convirtió así en la primera jugadora española con un contrato profesional.
"El contrato era de 4.000 pesetas, más un extra de 250 pesetas por partido… Lo firma Rafael Muga, presidente del equipo, mi padre, porque yo era menor, y también lo firmé yo. Era por dos años y estipulaba que no podía fichar por otro equipo", cuenta Victoria Hernández a RTVE.
Pero no era un simple contrato de vinculación a un club, era un documento que miraba más allá. Contemplaba primas por "el buen comportamiento y eficacia de la jugadora" o un seguro para la futbolista para cubrir "los posibles accidentes que pudieran ocurrir en la práctica del fútbol".
"Somos pioneras en el primer contrato de una mujer con todos los requisitos que se necesita en un contrato para jugar al fútbol y que estés asegurada de lesiones y de todo", añade.
Con contrato pero sin un campo donde entrenar
Además, y aunque la selección femenina ni siquiera existía, este texto ya establecía que Victoria no podría "jugar con la posible Selección Nacional" sin el consentimiento expreso y por escrito de Rafael Muga, presidente de su club.
“Entrenábamos en el cerro o en el primer parque libre que veíamos“
Solo 24 días después que Victoria, Conchi 'Amancio' también firmó su vinculación con el Olímpico de Villaverde. Toda una muestra de profesionalización en un equipo que ni siquiera tenía donde entrenar.
"No teníamos campo propio. Entrenábamos en el cerro, en el primer parque libre que veíamos que no tenía gente, pues ahí nos metíamos a entrenar", cuenta Victoria. Y es que a estas mujeres apasionadas por el fútbol cualquier sitio les venía bien para poder seguir practicando su deporte.
Victoria formó parte de la primera selección española no reconocida
Si este primer contrato de una futbolista española hablaba de esa posible selección femenina era porque Muga ya se había movido para ponerla en marcha.
“Rafael Muga es el impulsor del fútbol femenino español“
"Rafael Muga es el que se preocupó de que el fútbol femenino esté a día de hoy donde tiene que estar. Él fue el que movió todos los hilos para que llegara a lo que es hoy", asegura Victoria Hernández.
Tanto que fue quien "montó la primera selección española femenina, que no era oficial".
"No teníamos nada. Él decidió montarla y fue a la Federación a pedir permiso. Le dijeron que no, que las mujeres no podíamos jugar al fútbol, pero él dijo que íbamos a jugar contra Portugal y contra Italia como selección española y jugamos”, cuenta la centrocampista del Villaverde.
“La Federación dijo que las mujeres no podíamos jugar al fútbol“
El primer partido en España de esa selección bautizada como clandestina se disputó unos meses antes de que Victoria firmara su contrato. Fue el 21 de febrero de 1971 en La Condomina (Murcia). La madrileña no jugó al estar convaleciente de su operación de apendicitis, pero recuerda todo el desbarajuste y la bronca que se montó en torno al partido.
"En el campo estaba todo vendido, pero miembros de la Federación decían que no se podía jugar. No podíamos llevar el escudo en las camisetas, ni escuchar el himno. Además, no dejaban salir a los árbitros nacionales. Al final, como era más difícil desalojar el campo, permitieron que se jugara el partido, pero a los árbitros no les dejaron lucir su equipación y tuvieron que arbitrar con el chándal", rememora.
Sin apoyo de la Federación, las futbolistas costeaban sus gastos
Otro recuerdo de esta pionera de nuestro fútbol es sobre cómo costeaban los gastos de esos viajes.
Sin ningún tipo de apoyo institucional los viajes, el alojamiento y la manutención corrían de su cuenta y lo sustentaban "vendiendo papeletas" o con "unas revistas sobre fútbol femenino que preparaba Muga y que llevaban patrocinios".
Así fue como Victoria Hernández y el resto de sus compañeras pudieron disfrutar representando a España contra Italia.
En ese encuentro, disputado en el Stadio Comunale de Turín, contó con 40.000 espectadores y fue toda una inyección de energía para una selección amateur como era la española.
Victoria, que con España solía jugar como extremo izquierdo, se enfundó los guantes y jugó como guardameta ese partido.
"Tuve que salir de portera porque a la portera le dio pavor ver tanto público. Dijeron alguiente tiene que ser la portera y yo dije: 'yo misma" cuenta Hernández y aunque terminaron perdiendo 8-1 a ella le dio igual porque estaba "disfrutando jugando al fútbol".
En total, esta selección clandestina disputó seis partidos y, para asombro de muchos, levantó mucha expectación y llenó los estadios por los que pasó.
Recibían insultos por jugar al fútbol
En estos primeros partidos de España las jugadoras se encontraron también con algo nuevo: un público que las apoyaba y animaba.
Así, por ejemplo, en un partido disputado en Cuenca fueron recibidas con una pancarta en la que se leía "Aúpa la selección femenina española".
Un ambiente muy diferente al que se enfrentaban habitualmente en los partidos con sus clubes.
"Era bastante difícil que no te dijeran groserías. Algunos animaban, pero era habitual escuchar 'vete a fregar o a barrer' y todo tipo de improperios", evoca esta pionera que priorizó estar con su familia antes que su carrera en el fútbol.
Victoria Hernandez rechazó un millón de pesetas por fichar por el Stade Reims
Y es que en 1972 el Stade Reims francés le ofreció un millón de pesetas para ficharla, pero ella lo rechazó.
“Me ofrecieron irme a jugar a Francia pero yo quería estar con mi familia“
"El Stade Reims vino a España de gira y empezaron a habar con mi padre. Querían llevarme a Francia, pero antes querían ver cómo jugaba con ellas en equipo y jugué tres partidos. Cuando terminamos me hicieron esa oferta. Mi padre me dijo: '¿qué has pensado?'. El me dejó que lo decidiera yo y, si aceptaba, se venía mi hermano conmigo, pero yo quería estar con mi familia", cuenta Victoria Hernández sobre esa oferta que recibió para jugar fuera de España.
"No era consciente de que se podía vivir del fútbol. Además, no me veía saliendo fuera, alejada de mi famila. Yo estaba a gusto jugando aquí”, rememora esta jugadora que no se arrepiente de su decisión.
Aunque no se marchó a Francia, disfrutó mucho como futbolista ya que no colgó las botas hasta los 40 años.
Y en su camino como pionera del fútbol femenino también tiene el honor de haber formado parte de la selección española femenina cuando ya fue reconocida oficialmente en 1983.
La primera selección española oficial no llegó hasta 1983
"Para nosotras era un orgullo. Jugabas con el escudo de tu país, podías oír el himno. Se te ponían los pelos de punta", evoca Victoria que en su primer partido oficial con España ya rondaba los 25.
Los 12 años que transcurrieron entre el primer partido de la selección clandestina y el primero de la oficial hicieron que Victoria Hernández fuera una de las pocas jugadoras que tenga el honor de haber jugado con ambas selecciones. Ella y Elisabeth Sánchez fueron las únicas representantes del equipo de los 70 que también llegó a jugar a partir del 83.
Además, recuerda como cuando acudía a entrenar con España era "de las pocas veces que jugaba sobre césped". "Yo he dejado el fútbol a los 40 años y en los campos de Madrid siempre he jugado en tierra”", relata.
Así es la historia de Victoria Hernández, una futbolista casi desconocida pese a que rompió un techo de cristal al inicio de los 70.
Un polideportivo con su nombre en Villaverde
Ahora, a los 64 años, su nombre comenzará a sonar más. Sobre todo, en Villaverde, lugar en el que se crio y en el que sigue viviendo. La barriada a la que siempre defendió jugando en el equipo de la zona se llamase Mercacredit, Olímpico de Villaverde o Villa de Madrid.
Y es que desde este 30 de marzo el Centro Deportivo El Espinillo II pasa a llamarse Victoria Hernández en reconocimiento a esta pionera del fútbol tan desconocida y olvidada.
“Pienso en lo orgullosos que hubiesen estado mis padres al ver este polideportivo con mi nombre“
"Ojalá que porque este polideportivo lleve mi nombre las niñas se pongan más contentas y quieran interesarse más por el fútbol femenino", desea.
Y continúa relatando lo que supone para ella recibir este reconocimiento: "Es un orgullo que se acuerden de mis inicios. Pienso en lo orgullosos que hubiesen estado mis padres si estuvieran vivos al ver como reconocen el trabajo de toda una vida".
Seguramente estarían tan felices y emocionados como en el primer partido de Victoria Hernández. Un encuentro frente al Leganés en el que esta niña de Villaverde salió a hombros tras marcar cuatro goles.