Otra 'mandarina' de Sergio Llull, otro título para el Real Madrid de baloncesto
- El base del Madrid anota la canasta decisiva y añade otra a su historial de lanzamientos imposibles
- Crónica: El Real Madrid culmina su gesta cumbre y logra su undécima Euroliga, por Adrián Herrero
La undécima Euroliga de baloncesto del Real Madrid, como cada título que logra el club blanco en cualquiera de sus secciones, tiene un héroe: Sergio Llull. El de Mahón (Baleares) fue el artífice de la canasta de la victoria en la Final Four de Kaunas (Lituania) contra Olympiacos (78-79).
No fue el mejor del partido, honor que le correspondió a su compañero Sergio 'Chacho' Rodríguez, ni el del torneo, indiscutiblemente Eddy Tavares.
Pero Llull siempre está y siempre aparece cuando menos se lo espera. En los momentos en que más cuestionado parece estar, se levanta por los aires y lanza una de sus ya conocidas 'mandarinas'.
A sus 35 años es el capitán del equipo y uno de los más longevos, junto al mencionado Chacho y Rudy Fernández, y se le señala en lo bueno... y en lo malo. Quedó retratado en la bochornosa tángana del segundo partido de la eliminatoria contra el Partizan como el detonador de la misma.
Su gesto amenazando con el puño a Kevin Punter dio paso a la batalla. Pero se libró de la mayor sanción, que fue para el francés Yabusele, ausente en la Final Four.
El Madrid llegó a ir perdiendo de 15 puntos en el tercer partido en Belgrado y ha acabado levantando su undécima Copa de Europa. Casi un resumen de los últimos años de carrera de Llull
"Llevo dos años de mierda, pero seguimos ganando títulos", dijo hace ya cuatro años cuando los blancos ganaron la Liga Endesa. Llull es el primero en hacer autocrítica, pero eso no le impide tampoco ser el primero en pedir el balón y asumir la responsabilidad.
Lleva 17 temporadas en el Madrid y ha conquistado 24 títulos: 3 Euroligas, 1 Copa Intercontinental, 7 Ligas, 6 Copas del Rey y 7 Supercopas.
Su 'mandarina' favorita: Valencia 2016
Su 'mandarina' favorita fue en el Pabellón de la Fuente de San Luis en 2016, como dijo en un encuentro con aficionados en redes sociales. Para los no aficionados al baloncesto, se refiere a La Fonteta. Perdían los blancos por 94-92 frente al Valencia Basket a escasos segundos y Llull se la jugó desde su propia cancha. Entró.
En ese mismo encuentro con aficionados matizó que para él una 'mandarina' tiene que ser un tiro decisivo, en los últimos instantes y complicado. "Si anotas una canasta para ganar pero es un tiro bien tirado, ya no es una mandarina", añadió. Cabría preguntarse si lo fue en Kaunas, pero la parábola que dibujó la bola en el aire no deja lugar a dudas.
Esta temporada ha anotado una anterior sobre la bocina antes del descanso de un clásico en el WiZink Center, pero en los partidos contra el Barça los aficionados del Madrid la que recuerdan sin duda es la de la final de la Copa del Rey de 2014.
La de este domingo, sin duda, pasa al primer lugar.