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Final | Roland Garros

Djokovic se cita con la historia del tenis y con Ruud en la final de Roland Garros

  • El serbio puede convertirse en el primer tenista de la historia que logra 23 Grand Slams
  • Ruud nunca ha ganado al bicampeón en París y tampoco le ha hecho ningún set en sus cuatro enfrentamientos

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Djokovic se cita con la historia del tenis y con Ruud en la final de Roland Garros
Djokovic se cita con la historia del tenis y con Ruud en la final de Roland Garros

A lo largo de la carrera de un tenista hay victorias, fracasos y solo algunos pueden vivir lo que significa citarse con la historia. Novak Djokovic tiene la posibilidad de ponerse en todo lo alto del mundo del tenis y ganar su 23 Grand Slam, algo que jamás ha hecho un jugador. Enfrente, un Casper Ruud que repite final en la arcilla parisina y que suma tres finales en 'majors' en los últimos cinco torneos.

El 'head to head' está del lado del balcánico. Cuatro enfrentamientos entre ellos y pleno de victorias para el número 3 mundial. La última vez fue en las ATP Finals donde Nole pasó por encima de Ruud en dos mangas y en tierra se han visto las caras dos veces y ambas en Roma. Tanto en 2020 como en 2022 fue en semifinales y en los dos choques con dos sets corridos. El noruego deberá cambiar el chip si quiere poner en aprietos a un tenista al que nunca ha logrado hincarle el diente.

Djokovic contra Djokovic

La última vez que Novak Djokovic tuvo la oportunidad de ser, en solitario, el tenista con más grandes de la historia fue en la final de Abierto de Estados Unidos de 2021. Aquel día, además, podía completar el póquer de Grand Slam y dar un paso para convertirse en el más grande de todos los tiempos.

Aquel día le tembló el brazo y el ruso Daniil Medvedev, contra todo pronóstico, se apuntó el primer torneo grande de su currículum. Dos años más tarde, el tren vuelve a pasar por la puerta del serbio en la final de Roland Garros, que para él tiene, otra vez, una dimensión histórica: No solo puede superar a Rafa Nadal en número de Grand Slam, sumar el ansiado 23, también puede recuperar el número 1 del mundo que cedió hace unas semanas al español Carlos Alcaraz.

Todos los números están a favor del de Belgrado, que a sus 36 años ha decidido dar prioridad a los Grand Slam, con una eficiencia asombrosa. Encadena 20 triunfos en este tipo de torneos, no pierde desde que el año pasado en cuartos de final Nadal le derrotó en un partido que forma ya parte de la leyenda.

La ausencia del mallorquín por motivos de salud le brida ahora una oportunidad dorada de asaltar su trono, ese en el que instaló una hegemonía de 14 triunfos saludada por el torneo con una estatua que, aunque sin su presencia, le hace reinar en los pasillos del Bois de Boulogne.

Sin opción de borrar esa huella, Djokovic tiene la posibilidad de mostrar que ahí, en la tierra de su mayor rival, es el tenista más completo y convertirse en el primer varón en levantar al menos tres veces todos los Grand Slam.

Además, desbancaría al español como el más veterano vencedor en París, pero esa cuenta no es más que cuestión de unos días.

Con su triunfo en el pasado Abierto de Australia, el serbio igualó en número de grandes con Nadal. Ahora, tiene la opción de hacerlo con Serena Williams y quedarse a uno de Margaret Court, por eso de que la búsqueda de la leyenda siempre tiene un escalón suplementario.

La regularidad de Ruud

Ruud, el mismo finalista que hace un año caía en tres sets casi sin batalla contra Nadal, el que en el pasado Abierto de Estados Unidos perdía en la final contra Alcaraz, el que no ha sido capaz de arrebatarle un set a Djokovic en las cuatro confrontaciones previas, no apunta a tener tenis para inquietar al serbio, a priori.

El noruego, formado y pupilo de la academia de Nadal, tiene un tenis sólido, constante y monocorde, pero pocas armas para atacar. Sus números demuestran que es el tenista con más victorias sobre tierra batida en lo que va de década, pero también que esos triunfos no le han llevado a ganar ni siquiera un Masters 1.000, lo que demuestra que le falta el brillo que distingue a los grandes de los gigantes.

A las puertas de su tercera final de un Grand Slam, Ruud sigue sin convencer como serio aspirante a hacer temblar la leyenda. Su principal aliado serán los miedos de su rival.