Djokovic conquista su 23 Grand Slam y se sube en solitario al trono mundial del tenis
- El serbio aplasta al noruego Ruud en tres mangas (7-6, 6-3, 7-5) y supera a Nadal (22) en Grand Slams
- Se sitúa como el único tenista masculino con 23 'majors' e iguala a Serena Williams; a uno, Margaret Court
La historia del tenis se reescribe gracias a una tenista llamado Novak Djokovic. El serbio se impuso en tres mangas (7-6, 6-3, 7-5) ante el siempre difícil Casper Ruud y toca el cielo de París por tercera vez en su carrera. Con 23 Grand Slams, 'Nole' se convierte en el único tenista masculino de la historia en alcanzar esa cifra, superando así a Rafa Nadal (22) e igualando a Serena Williams (23). A uno ya solo queda Margaret Court (24) y podría igualarla en un torneo donde siempre es mega favorito, la hierba de Wimbledon.
Asimismo, Djokovic desbanca al español Alcaraz en lo más alto del Ranking ATP y recupera el número 1 del mundo tras ganar en París. La victoria ante Ruud ha roto todos los récords y el de Belgrado va a por más. 'Nole' manda por primera vez en el 'Big Three', estirando también su récord histórico de semanas en el número uno, y lo celebró tirado en la tierra para sacar poco a poco la euforia de un camino con todo tipo de avatares.
El serbio ganó confianza al apuntarse un primer set discreto y en el segundo no dio opción. Ruud aguantó en el tercero, pero la concentración de su prestigioso rival no bajó. Djokovic ató su victoria con la autoridad de una era, con tres títulos ya en cada uno de los 'Grand Slams'.
Ruud no aprovecha la ventaja
En un primer set de más de una hora y cuarto, Djokovic y Ruud nos brindaron una batalla sorprendentemente igualada y con un nivel de tenis altísimo. El noruego salió a la Philippe Chatrier con otra mentalidad que la de 2022 cuando Nadal le pasó por encima y empezó dominando en el juego y en el marcador. Con un primer servicio plácido, Casper rompió el juego de su rival tras tres intentonas y posteriormente lo reafirmó con el saque (0-3).
Djokovic se vio sorprendido por la altura de la pelota, pero consiguió hacer el primer saque del partido para él tras tres desgraciados juegos. Ruud siguió a lo suyo y sin mucha dificultad se ponía 1-4 en el primer parcial. Fue justamente ahí cuando el balcánico apretó los dientes y en un abrir y cerrar de ojos le dio la vuelta al partido con una rotura y un saque en el que tuvo que salvar bola de break (4-4).
Ruud volvió por sus fueros y, también salvando una pelota de rotura, se ponía 4-5 a expensas de lo que hiciera su rival. Los dos tenistas no cedieron con su saque y se plantaron en el tie break después de una batalla espectacular. Sin embargo, el número 4 del mundo, erró en su primer saque y Djokovic lo aprovechó con un desempate impropio de lo que se había visto en el set. 7-1 terminaba la primera manga y el serbio se ponía a solo dos sets de hacer historia.
Djokovic impone su dominio...
El segundo set volvió a lo previsible antes de que se iniciase la final. Djokovic alargó su momento de forma y Ruud bajó sus prestaciones. Tanto fue así que el ganador de 22 grandes se situó 3-0 en los tres primeros juegos dejando prácticamente sentenciada la segunda manga. Ruud hizo un atisbo de reacción con juego y 40-30, pero finalmente el de Belgrado imponía su ley con 4-1.
Casper aceleró con su derecha, aunque sin ser suficiente. Incluso llegó a salvar dos de break con 5-2, pero finalmente Nole cerraba el cuento con su saque (6-3) poniendo ya tierra de por medio en el marcador. Ambos se iban a la silla con la cara de quien se ve ganador y quien se ve derrotado a pesar de que todavía quedaban por disputarse uno, dos o tres sets más.
... y firma con su nombre en la historia
Pasó momentos de apuro, como en las dos finales que ganó anteriormente, pero menos que frente a Murray en 2016, cuando el británico golpeó primero, y muy lejos de la de Tsitsipas de hace dos años cuando el heleno llegó a ganar los dos primeros parciales. El de Belgrado se agrandó y el escandinavo se fue amilanando a medida que el partido se elevaba a la altura de una final de Roland Garros. Ni el cartabón del noruego era ya tan preciso, ni sus piernas tan frescas, ni la cabeza tan espabilada.
El serbio se apuntó tres juegos consecutivos (7-5) y no necesitó forzar más, solo conservar su saque, apenas inquietado por la tibieza del noruego, para situarse a un set de la gloria.
Lejos de querer irse con un 6-0 como el año pasado ante Nadal, Ruud mantuvo su run run fiel a su estilo de puro terrícola, desde el fondo de la pista que le ha hecho ganar en esa superficie nueve de sus diez títulos y más partidos que nadie en lo que va de década. Hasta que Djokovic dijo basta, puso la directa y liberó su brazo camino de la leyenda.