Júniors de oro 24 años después: De los endebles privilegiados técnicamente de 1980 al baloncesto de 'showtime' del 2004
- La selección 'júnior' vuelve a ser de oro 24 años después
- De la mejor generación de la historia, la de 1980, a una de las más prometedoras de siempre
¡Qué fácil parece lo que hace la Selección española de baloncesto año tras año! Torneo tras torneo, todas las generaciones de categorías inferiores nos acostumbran a sumar medallas en europeos y mundiales como si no compitiesen más países. Una vez en la élite, la fórmula se repite tanto en masculino como en femenino. Pero probablemente nadie haya creado más expectación que la generación de 2004-2005, una camada con un baloncesto vertiginoso a la altura de muy pocos equipos y que ha finalizado con el segundo mundial para la Selección España 'junior' tras el logrado hace 24 años en Lisboa 1999 con nombres como Navarro, Pau Gasol, Raúl López o Felipe Reyes.
Debrecen 2023 ya quedará como otra cita imborrable en la historia de España tras un Mundial con victorias apabullentes al puro estilo USA habitualmente. Sin piedad, ganando por 18 de media en fase de grupos, por 82 a Líbano en octavos, 38 a Argentina en cuartos, 31 a Turquía en semis y sufriendo cuando había que sufrir ante Francia para ganar el Mundial en la prórroga. Un Mundial histórico para una generación que ilusiona a España por su futuro.
Un oro imponente con bajas de relumbrón
Antes de que se iniciase este Mundial sub-19, de lo que más se hablaba era de las ausencias. Unas tan notables como la de Juan Núñez, ya asentado en el Ulm campeón de liga alemana, quien ha preferido jugar el Europeo sub20. De generaciones anteriores también falta Aday Mara, el techo de la generación de 2005, con un rol muy relevante en el Casademont Zaragoza en ACB y que hará las maletas a Estados Unidos, y otros grandes proyectos como Hugo González o Conrad Martínez.
Sin posiblemente dos de los tres jugadores más determinantes de la cantera nacional acudía esta selección que ha jugado un baloncesto que ha enganchado a todos y que ha firmado partidos para la historia como la mencionada victoria por 102-20 contra Líbano. Todo centrado en la figura del MVP Izan Almansa , que es un año menor que la mayoría de sus compañeros, pero con unos fundamentos en el poste bajo y una fiereza para los intangibles impropia de su edad.
Pero quedarse solo en un nombre sería una tontería, ya que en cada partido ha destacado un nombre distinto. En octavos fue Sergio de Larrea (2005) con 23 puntos, en cuartos fue Baba Miller (18 puntos y 9 rebotes), en semifinales fue Jordi Rodríguez con 20 puntos y en la final la defensa de Isaac Nogués con 6 robos o la valentía de Rafa Villar en los momentos difíciles fueron esenciales para decantar el partido. Y por encima de todo, la sensación de jugar con un nivel de madurez e inteligencia muy superior al que les corresponde por edad.
Pero un Mundial solo se gana siendo un equipo y más aún en estas categorías, donde los egos son muy traicioneros. La dirección y energía de los bases Rafa Villar y Sergio de Larrea ponen el camino, el acierto de Jordi Rodríguez, Langarita o Álex Moreno abren el aro, la defensa e intensidad de Garuba, Nogués y Luis Díaz dan mil opciones a España y el poderío interior de los Baba Miller, David Gómez, Almansa y Onuetu, forman una combinación armónica en pista que hace de esta una selección que vamos a recordar en el futuro, como ya hacemos habitualmente con esa fantástica generación de los 80. Todo ello además con un director de orquesta sobresaliente como Dani Miret, clave en la final con sus ajustes en defensa que provocaron 18 robos de balón ante Francia.
La principal diferencia con 1999, la superioridad física
Si con esta generación nos quedamos asombrados partido tras partido con la capacidad física para hacer tapones y mates, hace poco no era tan común. Aún podemos recordar a jugadores endebles a primera vista, como Raül López, Navarro o el mismo Pau Gasol en esa final contra los estadounidenses de Lisboa 1999. Difícil era ver un mate de Felipe Reyes o Berni Rodríguez, algo que Almansa o Langarita ya han hecho común cada verano siendo un 'highlight' andante en cada partido que disputan.
Una de las evoluciones es la procedencia de varios de ellos. El juego interior titular formado por Izan Almansa y Baba Miller se están formado en Estados Unidos. Almansa lleva ya dos años y Miller tan solo uno en el que además no ha podido jugar toda la temporada, pero su mejora física respecto a como salió del Real Madrid es evidente. Otros como Mara, quien ha preferido a UCLA antes que la ACB, o el base Conrad Martínez son otros de los que seguirán este camino.
Pero no solo en el juego interior, hemos podido ver a jugadores como Sediq Garuba, Rafa Villar o Lucas Langarita dominar por encima del aro gracias a un físico que les permite volar. Si parecía con el oro en el Eurobasket que el cambio de generación no iba a doler demasiado, esta generación da esperanzas de que se puede seguir compitiendo a muy alto nivel.
Otros como Aldama (2001) y Usman Garuba (2002) ya han dado el salto a la NBA y se espera que el siguiente draft sea uno de los más prósperos para el baloncesto español, con la posibilidad de ver a Núñez, Almansa y Mara entre la primera ronda del Draft de 2024.