Tourmalet y Cauterets, dos templos para Joane Somarriba y Miguel Indurain
- Somarriba vistió su primer amarillo en la mítica cima del Tour, mientras que Indurain ganó su primera etapa en Cauterets
- Escucha aquí La memoria del éxito 2023: La gloria del Tour de Francia
El Tour de Francia 2023 se adentra en los Pirineos para afrontar una etapa de lugares legendarios en el mundo del ciclismo. Las historias de grandes etapas se agolparán en la cabeza de cualquier aficionado cuando escuche la palabra Tourmalet. La cima más mítica del Tour de Francia será protagonista este jueves en una etapa que acabará en otro lugar de grato recuerdo para el ciclismo español, Cauterets.
El col del Tourmalet, con sus 2.115 metros de altura y sus 17,1 kilómetros al 7,3% de desnivel medio, guarda historias de los mejores ciclistas del mundo, que han escrito algunas de las páginas más bellas de la historia del ciclismo.
Algunas de las menos contadas, injustamente olvidadas, son las que protagonizó Joane Somarriba. Para la ciclista española, ganadora de tres Tours de Francia, el Tourmalet es un lugar crucial en su carrera. Lo recordamos en El Tourmalet, desde los ojos de Joane Somarriba, el segundo capítulo del podcast La memoria del éxito 2023: La gloria del Tour de Francia.
"Me tocó vivir momentos muy gloriosos subiendo las rampas del Tourmalet", recuerda Somarriba, que se puso su primer maillot amarillo de líder tras ascender el mítico puerto pirenaico en el Tour de 2000. Joane ya no lo soltaría y acabaría ganando el primero de sus tres Tours.
En el segundo, solo un año después, Somarriba volvió a lucirse con una victoria en la etapa del Tourmalet. "Me tocó sufrir mucho a rueda de Luperini. Me ha tocado vivir circunstancias diferentes, pero todas muy bonitas", rememora.
Cauterets, el despertar de Miguel Indurain
La etapa, tras subir y bajar el Tourmalet, acabará en Cauterets, un lugar que nunca olvidará Miguel Indurain. El mejor ciclista de la historia de España se subió por primera vez a un podio del Tour en esta localidad pirenaica. Corría el año 1989 y se impuso en solitario cuando pocos contaban con él.
Su primera victoria de etapa en el Tour sería sólo un pequeño prólogo del festival que empezaría solo dos años después, cuando conquistó el primero de los cinco Tours consecutivos que engalanan su impresionante trayectoria en el ciclismo profesional.
Los testigos de aquel despertar nos cuentan en Cauterets y el primer Indurain cómo vivieron la evolución de un ciclista con un físico atípico en los grandes escaladores que supo explotar como nadie sus condiciones físicas. "Ya se veía que la montaña no se le atragantaba tanto", recuerda Pedro Delgado, mientras que Vicente Iza, su masajista de toda la vida, rememora que nunca pensó que podría ganar cinco Tours, pero a Miguel "ya se le notaba que tenía muchas cosas buenas y le salían sin mayor esfuerzo".