Pogacar contraataca en Cauterets y Vingegaard sale líder del Tour en los Pirineos
- El esloveno se lleva la etapa y recorta 28 segundos a Vingegaard, nuevo maillot amarillo
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Tadej Pogacar (UAE) ha resurgido de sus cenizas en Cauterets-Cambasque solo 24 horas después de su debacle en el Marie Blanque ante un Jonas Vingegaard (Jumbo) que, aunque se ha convertido en el nuevo líder del Tour de Francia 2023, ha visto cómo el esloveno le ha recortado su ventaja en 28 segundos.
Así pues, Vingegaard sale de los Pirineos vestido de amarillo, pero con sólo 25 segundos sobre su gran rival, Tadej Pogacar, con Jai Hindley tercero, a 1:34. El australiano no pudo defender su maillot amarillo ante el empuje del dúo de favoritos para el triunfo final de la 'Grande Boucle' y entró en meta junto a Simon Yates (Jayco) y Carlos Rodríguez (Ineos), cuarto y quinto respectivamente en la general.
Ya lo había avisado el propio Vingegaard: "Pogacar no se rinde, habrá batalla final hasta París". Parecía solo una respuesta elegante después de la etapa de este miércoles, en la que el danés se había mostrado muy superior a su rival. Sin embargo, y pese al dominio absoluto de Jumbo en la etapa reina de los Pirineos, Pogacar aguantó en el Tourmalet y descolgó a Vingegaard en la llegada a Cauterets-Cambasque.
El duelo sin fin entre los dos monstruos del Tour ha vivido dos episodios apasionantes en los Pirineos, avanzando una batalla total por el triunfo final en un Tour de Francia al que todavía le queda mucho camino por recorrer. Con los dos 'gallos' al mando de la general sin haber acabado la primera semana de la carrera, los aficionados ya se frotan las manos con los 'cara a cara' que están por llegar en etapas como la del Puy de Dome del próximo domingo, siguiente llegada en alto, o el paso por los decisivos Alpes.
El efímero liderato de Hindley
Pese a los intentos de los 'outsiders' por intentar meterse en la pelea por los puestos altos del podio final, la realidad ha confirmado muy pronto los pronósticos y el único puesto al que podrán aspirar será al tercer cajón. Lo ha sufrido en sus carnes Jai Hindley (Bora), todo un ganador del Giro de Italia, al que solo le ha durado un día el maillot amarillo.
El Bora intentó tomar el mando de las operaciones en el pelotón en el inicio de la subida al Tourmalet. Sin embargo, el poder estuvo, un día más, en los ciclistas del Jumbo Visma. El potente equipo de Vingegaard armó de nuevo una elaborada estrategia con el objetivo de rematar a un Pogacar herido.
Mientras Van Aert marcaba el ritmo de la escapada del día, en la que volvieron a colarse los activos Alaphillipe (Soudal) y Powless (EF) junto a otros 23 corredores, sus compañeros hacían lo propio con el pelotón, intensificando el ritmo suave que había propuesto el Bora. Todo cambió cuando Kelderman se puso a tirar a falta de 3,5 kilómetros de la cima del Tourmalet. El grupo de los favoritos se despedazó y solo sobrevivieron Pogacar, Hindley y tres Jumbos (Vingegaard, Kuss y el propio Kelderman). El líder apenas aguantó 500 metros.
El duelo interminable
Tras el paso de Kelderman y Kuss por la cabeza del grupo, Vingegaard probó a Pogacar a falta de 1,5 km. para coronar, pero esta vez Pogacar aguantó el envite y ambos alcanzaron la cima juntos, a 35 segundos de los escapados. La ventaja de la fuga se esfumó en la bajada, en la que Van Aert se reunió con su jefe de filas. El Jumbo, de nuevo, tenía la situación controlada.
Solo quedaba la ascensión a Cauterets-Cambasque, un puerto suave, allí donde Miguel Indurain se sintió poderoso por primera vez en el Tour. Quedaba poco terreno para meter tiempo entre los favoritos, pero nadie dudaba que iba a haber más movimientos. A 4,6 kilómetros de meta, en la zona más dura de la ascensión definitiva, Vingegaard lo intentó de nuevo. Pogacar, con aparente mala cara, le siguió a rueda sin levantarse del sillín. ¿Final de la batalla? No. Recuerden, nunca den por vencido a Tadej Pogacar. El esloveno atacó a 2,8 km. de meta y Vingegaard, que no lo vio venir, se quedó descolgado.
Pogacar salió con todo y consiguió abrir un hueco de 24 segundos, al que sumó 4 de bonificación en meta. Vingegaard, dolido tras el gran trabajo de su equipo, entró en meta como el nuevo líder de un Tour que no ha hecho más que comenzar. Pero qué manera de comenzar.