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Mundial de Fukuoka | Salto de gran altura

La dureza del 'High diving' y la profundización en los miedos interiores

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La dureza del gran salto del altura y la profundización en los miedos interiores
Aidan Heslop en acción durante la prueba de gran salto de altura en 27 metros en el Mundial de natación de Fukuoka

Agustín Sánchez, exsaltador de gran altura, aún recuerda el "impacto y el ruido" al entrar en el agua a 80 kilómetros por hora tras saltar desde la plataforma de 27 metros de altura. La dureza del 'high diving' o salto de gran altura, un deporte tan vistoso como exigente donde "el poder mental" es clave.

"Ahí arriba todo se decide por la confianza que tengas", explica 'Agus' cuando observa a los saltadores prepararse para realizar su ejercicio. Algunos tienen manías. Todo por aumentar al máximo la seguridad antes de realizar el ejercicio.

"No tiene que ver tanto con que los saltadores vean el agua, como con rutinas que tienen hechas, como pedirle a los buceadores que muevan el agua, por ejemplo. Eso les aporta seguridad" indica el entrenador en la Federación Catalana de Natación.

"Atacar el golpe" y clavar el ejercicio

Saltar es una instrospección en los temores de uno mismo: "Si no sientes lo que tienes que hacer y si tienes dudas, mejor no saltar" recomiendan todos los entrenadores. El miedo no existe para los clavadistas que saltan desde 27 metros... Sí el respeto por el salto y la exigencia a sus capacidades físicas.

Las pruebas en competición se realizan en tres días con dos saltos permitidos para dejar descansar el cuerpo. "Más vale que tengas la mente clara porque no vas a tener muchas oportunidades. Cada salto cuenta, porque el impacto te lo llevas a casa" cuenta Agustín.

Como hándicap añadido, el salto de gran altura se prepara en tres fases: despegue, vuelo y la entrada. "Los saltadores se preparan primero en 10 metros. En muchas ocasiones no realizan el salto entero hasta que no llegan al lugar de la competición porque no tiene la instalación para hacerlo" cuenta Sánchez.

Los clavadistas se hacen un "esquema mental" antes de llegar a la piscina y deben estar preparados para saltos limitados: "No es un ejercicio que puedes hacer muchas veces. Primero porque no tienes la instalación y segundo porque no tienes la capacidad física. Es una de las dificultades añadidas a este deporte. No puedes estar saltando 10 veces al día" defiende el exsaltador.

Perfección contra naturaleza

Cuando caes a 80-82 kilómetros por hora, 'atacar el golpe' y clavar el ejercicio no es fácil porque el cuerpo tiende a "encogerse un poquito" y no entrar del todo estirado. ¿Cómo encontrar el 'timing' perfecto para no fallar el ejercicio en el último segundo? Hay dos técnicas, según el entrenador de la FCN:

'Carpar' con las piernas hacia delante estiradas para fernar y otra encogerte como si fueras a absorber el impacto, doblando un poco piernas y brazos. No es fácil, pero tienes que calcular y a veces te precipitas, se rompe la tensión y todo mal..." explica el entrenador del la FCN.

La batalla contra la mente, el cuerpo y los hándicaps hacen que el gran salto de altura sea un deporte limitado a todos aquellos clavadistas que hayan nacido para ello, quieran aceptar el "proceso personal" que supone y vean un gran reto en esta categoría en la que, como repite Agustín Sánchez: "te la juegas en una".