La victoria final de Sepp Kuss cotiza cada vez menos antes de que la Vuelta afronte su última semana
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De todos los nombres que se tomaban como favoritos a la victoria final el 26 de agosto en Barcelona, pocos o prácticamente nadie hubiera seleccionado a Sepp Kuss. El gregario de lujo del Jumbo Visma, que viene de disputar Giro y Tour (con dura caída incluida), se encuentra como el mejor colocado para ganar la Vuelta a España 2023 a tan solo seis jornadas para que acabe la carrera.
Lo que parecía una quimera incluso el día que se vistió de rojo en Javalambre es ahora una opción muy fiable, la más fiable en estos momentos si se hace un muestreo entre excorredores profesionales o entre periodistas que siguen la carrera.
Tanto para los que fueran en su día grandes campeones como para las voces radiofónicas del ciclismo español, Jumbo se encuentra a estas alturas en una posición muy ventajosa y para casi todos ha de pesar el respeto que se ha ganado Kuss como gregario en estos años a la hora de favorecer su victoria.
Con Vingegaard capaz de hacer doblete Tour y Vuelta en un mismo año (algo que solo han conseguido Anquetil, Hinault y Froome) y con Roglic amenazando el récord de cuatro victorias en la ronda española (en poder de Roberto Heras), muchos aficionados desconfían de que Kuss no vaya a ser atacado en alguno de los puertos asturianos por algún compañero de equipo.
“No creo que en el Jumbo Visma cometan la bestialidad de atacarse entre ellos”, exclamaba Enric Mas este lunes.
“La carretera va a poner a los tres en su sitio y dictará sentencia”, es la frase más recurrente en estos casos. Lo que no ofrece dudas en los mentideros es que el norteamericano puede ser el más vulnerable al acumular en sus piernas el Giro y el Tour.
La táctica no está clara porque el equipo Jumbo no desvela sus cartas. El movimiento de Vingegaard en el Tourmalet puede entenderse por la querencia del danés a celebrar el cumpleaños de su hija o por querer recortar diferencias en la general. Solo ellos lo saben.
Primoz Roglic está manteniendo un rol más claro de secante. Es el encargado de salir a los ataques, especialmente a los de Juan Ayuso. “Me tiene hecho un marcaje al hombre que vamos…”, reconocía el español en rueda de prensa.
Veremos cómo se desarrollan los acontecimientos en el equipo neerlandés de aquí a Madrid. Todavía quedan grandes batallas por luchar: Angliru, Cruz de Linares y Sierra de Guadarrama; y nunca se sabe dónde puede cambiar la carrera drásticamente. Y si no, que se lo pregunten a Remco Evenepoel.