Lewandowski sostiene a un Barcelona en alta tensión
- El doblete del delantero polaco evita una derrota, pero no alivia el mal momento de juego azulgrana
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El FC Barcelona no está en su mejor momento. Este domingo se impuso con apuros al Deportivo Alavés, teniendo que remontar un gol en contra encajado a los 18 segundos. Un doblete del delantero polaco Robert Lewandowski evitó la segunda derrota de los culés, pero... hubo varios peros.
Pero sus dos goles no habrían bastado si el Alavés hubiera aprovechado sus claras ocasiones en una gran primera parte de los de Luis García Plaza. Los babazorros reclamaron, además, dos penaltis en el área del Barça, uno de ellos en el minuto 96.
Lo cierto es que los resultados, de momento, acompañan. Salvo la derrota en el clásico liguero ante el Real Madrid, los partidos se saldan con victorias, pero ajustadas y sufridas; otro pero.
En un club que hace gala del 'cómo' y no admite el resultadismo como filosofía, las críticas no son ajenas. Pero el entrenador, Xavi Hernández, echa balones fuera y culpa a la prensa.
"Las críticas de la prensa afectan a los futbolistas", dijo en la rueda de prensa posterior. "No es normal que no veamos las mejores versiones de nuestros futbolistas porque no juegan liberados", añadió.
Preguntado por qué les dijo en el descanso, el egarense respondió: "En el descanso les he dicho que estén tranquilos. A mí también me dijeron que era el cáncer del Barça y aquí estoy, como entrenador. Necestiaban más cariño que críticas".
Pero la primera voz de alarma la dio uno de los que precisamente fueron señalados ante el Alavés. Ikay Gundogan perdió el balón que propició el gol de Samu Orodion. Fue el alemán el que, tras la derrota en el clásico, se quejó de que no vio el suficiente enfado en el vestuario.
Con sus palabras señalaba principalmente a los jóvenes. Enseguida se quiso tapar la brecha y dejar las cosas dentro del vestuario, pero en la pasada tarde frente al Alavés se vio otro momento de tensión entre un joven y un veterano.
Lewadowski le recriminó a Lamine Yamal que no le pasara el balón en una jugada. En otra posterior el canterano fue a darle la mano al delantero polaco y este se la negó. Cuando transformó el penalti del 2-1, entonces ya sí se acercó al hispano marroquí y pareció aleccionarle. Autor de dos goles, pero duro con sus propios compañeros. Lo dicho, muchos peros.