Jaume Masià, campeón del mundo de Moto3: de 'Macaulay Culkin' a coronarse ya veterano en la categoría

• Masià, que llegó con ese apodo por su aspecto infantil, gana el Mundial en su séptimo año en la categoría
• Título 25 en la categoría en la historia de España

Masià, campeón del mundo de Moto3

Ha tardado siete temporadas, ha estado marcado por la irregularidad dentro y fuera de la pista, pero Jaume Masià ya es campeón del mundo de Moto3. Lo ha logrado este fin de semana en Catar tras cruzar línea de meta con un victoria de campeón y dejar sin opciones a Ayumu Sasaki.

Llegó siendo un niño en 2017 mientras participaba en, el entonces denominado, FIM Cev Repsol. Aquel Gran Premio de Austria, Masià pisaba por primera vez un paddock del mundial, y lo hacía como piloto invitado en sustitución de Darryn Binder. Aquella carrera fue para el joven valenciano un chute de energía. Quedó noveno, y como premio se llevó la vuelta rápida. Además de luchar mano a mano con los pilotos de entonces, a un gran nivel. Tan solo una temporada después disputó todas las carreras y fue rookie del año.

Las lágrimas de un sueño

Y ahora, Jaume Masià está llorando al parar su moto, abrazado al jefe de su equipo, el Leopard, porque, aunque haya costado, ha logrado aquello por lo que todos los pilotos sueñan: ser campeón del mundo. Casi nada. Emoción en estado puro. Lo normal. El piloto de Algemesí lleva a sus espaldas siete temporadas completas -y ya no más porque da el salto a Moto2 en 2024- luchando contra la irregularidad, y viendo como día a día, carrera a carrera, año a año, otros pilotos le adelantaban sin poder ser constante en su pilotaje y en sus resultados.

En 2019, con la cara de Macaulay Culkin en la parte de atrás del casco y su nombre en el mono, por su aspecto infantil y parecido con el actor de "Solo en casa", Masià ganó su primera carrera mundialista en Argentina. Ese mismo año sumó cuatro podios y terminó noveno en la general. Lo que le pasaba, y hasta el día de hoy le ha pasado es que, le costaba arrancar. Le cuesta porque, aunque lo intente todo, siempre hay algo que descoloca sus planes, y sus resultados positivos.

2023 no iba a ser diferente. Dani Holgado ha sido el hombre que lideró el mundial durante muchas carreras. El hombre que parecía tenerlo todo a su favor para llevarse la corona. Pero esta vez sí, Masià ha estado tirando de confianza para que, cuatro victorias y diez podios después haya podido levantar los brazos como campeón mundial

Masià metió miedo a Sasaki desde el principio

En Catar, en la carrera que le coronó como campeón, Masià tiró de experiencia para ir aminorando las esperanzas de Sasaki. Pese a la mala posición de salida del español (10º), poco tardó en meterse en la lucha por la victoria, al igual que Sasaki. Ambos se pusieron rápido en las posiciones de cabeza, aunque Masià se mostró demasiado agresivo en dos ocasiones, ocasionando dos toques con Sasaki que los relegaron en las posiciones de privilegio.

Adri Fernández hizo una maniobra que le dio medio título a Masià

Masià volvió a remontar pero Sasaki fue perdiendo comba del quinteto de cabeza, metiéndose en un lío. Adrián Fernández, compañero de Masià en Leopard, se fue largo, en una maniobra similar a las de su compañero vueltas antes, obligando a Sasaki a salirse de la trayectoria óptima y logrando retrasar aún más al piloto de Husqvarna.

Llegó a estar 9º el nipón, quien buscó una remontada que volviera a ponerle en la lucha por el campeonato. Masià consiguió mantener la templanza y las intentonas de Holgado y Alonso de hacerse con la victoria, cruzando la meta en primer puesto y levantando así las manos como campeón mundial.

Quedan 25 puntos por disputarse y esos ya le sobran a un Masià que va a dormir y respirar tranquilo sabiendo que el trabajo está bien hecho y no necesita gastar la segunda y última bala en el GP de la Comunitat Valenciana. Hecho. Ya está. 271 puntos de Masià respecto a los 233 de Sasaki. Ventaja superior a lo que se puede sumar.

En Moto2, tercera victoria consecutiva de Aldeguer

Fermín Aldeguer está desde hace semanas en boca de todos por su posible ascenso a MotoGP en 2024 subiéndose a la Ducati que dejaría Luca Marini en el equipo Mooney VR46 Racing Team cuando se haga oficial su marcha al Repsol Honda. Al chaval de La Ñora desde luego no le pudo la presión en Losail: lideró más de la mitad de la carrera hasta conseguir ganar su tercera carrera consecutiva.

Por detrás, Manu González y Arón Canet libraron un cara cara al límite resuelto en la misma recta de meta, cuando el primero superó a Canet aprovechando su rebufo para lograr el primer podio en su trayectoria mundialista. El ya campeón Pedro Acosta acabó en la octava posición.