Chiefs, 49ers y una Super Bowl en Las Vegas más allá del césped
- Taylor Swift acudirá al partido, pese al concierto que tiene programado menos de 24 horas antes en Tokio
- Usher realizará la actuación del descanso ante un aforo de más de 65.000 espectadores que abarrotarán el 'Allegiant Stadium'
En la madrugada de este domingo se disputa la Super Bowl LVIII, entre los actuales campeones, los Kansas City Chiefs, que buscan repetir anillo en temporadas consecutivas por primera vez en casi dos décadas -desde 2005, que lo hicieran los New England Patriots-, y los San Francisco 49ers. El ‘gran partido’ se disputará en el ‘Allegiant Stadium’, hogar de Las Vegas Raiders, y cuya construcción y adecuación rondó el coste de los 2.000 millones de dólares. Una de las joyas de la corona de este recinto es una antorcha, impresa en 3D, de casi 28 metros de altura, en recuerdo de Al Davis, difunto propietario de los Raiders.
El estadio cuenta con capacidad para 65.000 espectadores y Taylor Swift estará entre esa multitud que abarrotará las gradas, tal y como confirmó -para tranquilidad de los ‘swifties’- la embajada de Japón en Estados Unidos, debido al poco tiempo que transcurrirá entre el concierto programado de la artista en el país nipón. “A pesar de las 12 horas de vuelo y las 17 horas de diferencia horaria”, esgrimió el organismo, el pasado 2 de febrero, “si sale de Tokio por la noche después de su concierto, debería llegar cómodamente a Las Vegas antes de que empiece el Super Bowl”.
La presencia de Taylor Swift en los encuentros de los Chiefs, desde que se diera a conocer la relción entre el tight end Travis Kelce y la cantante ha sido la causa de un aumento de las audiencias televisivas no sólo de los Chiefs, sino, también, de la propia liga, más acentuado en los ‘play off’. La prueba de ello es la final de conferencia americana, entre los propios Chiefs y Baltimore Ravens, que supuso, con 55,4 millones de espectadores, la mayor audiencia de la CBS, que no fuera la propia Super Bowl, en los últimos treinta años.
Ésta será la primera edición de la Super Bowl que se dispute en el estado de Nevada, en pleno desierto de Mojave, con una temperatura que rondará los diez grados centígrados, algo que no supondrá un problema puesto que ‘la estrella de la muerte’, como se conoce, también, al Allegiant Stadium, cuenta con climatización, así como un césped retráctil para albergar todo tipo de eventos y congresos.
Otro de los momentos más seguidos es la actuación del descanso. En esta ocasión, el protagonista será Usher, con más de 30 años de carrera y varios éxitos, como ‘DJ got us fallin' in love’ o ‘Yeah!’. Es reseñable que pese a que el reglamento de la NFL especifica que el descanso entre segundo y tercer cuarto tiene una duración de trece minutos, en el partido por el campeonato éste se prolonga hasta los entre veinte y treinta minutos, debido, en gran parte, al montaje del escenario. Se trata de una actuación en la que el artista no percibe, de manera directa, un solo dólar pero que, debido a la trascendencia mundial de la misma, el beneficio llega tras su ‘gran noche’, con el aumento del valor de su imagen de cara a posteriores giras o lanzamientos de álbumes.
Tras ese momento, sólo dos cuartos separarán a los protagonistas del último partido de la temporada, mismos contendientes que en 2020, de alzar el ‘Vince Lombardi Trophy’, que debe su nombre al entrenador que, al frente de los Green Bay Packers, conquistó las dos primeras ediciones, en 1967 y 1968. Dos años más después, en 1970, Lombardi falleció y fue entonces cuando y fue, en ese momento, cuando se bautizó al trofeo con su nombre. Pesa algo más de tres kilos y su elaboración corre a cargo de la joyería de lujo Tiffany & Co, aunque no es la única joya que acompaña al campeonato sino que, como en cada deporte estadounidense, se otorga a cada jugador del equipo campeón un anillo conmemorativo, con valores que, en algunos casos, superan los 30.000 dólares.
Todo ello se producirá en el estadio pero en los millones de hogares en los que se seguirá a través de la televisión habrá dos elementos imprescindibles: alitas de pollo y cerveza. El primero de ellos, según ‘National Chicken Council’ -organismo que representa a los productores de pollo en Estados Unidos-, la población del país consumirá en torno a los 1.450 millones de alitas durante el encuentro, es decir, poco más de cuatro unidades por habitante.