Juan de la Torre ‘Xak’, ante el debut olímpico del 'breaking' en París 2024: “Y ahora ¿qué hacemos?”
- Xak buscará la clasificación en los preolímpicos de Shanghái y Budapest
- "El break en el que el 60% es mente y el 40% es físico", asegura el andaluz
“Y ahora, ¿qué hacemos?” fue la pregunta que se hizo Juan de la Torre ‘Xak’ cuando se enteró por las noticias que el break sería deporte olímpico en los Juegos de París 2024. Eso fue hace cuatro años y poco a poco fue sabiendo que la competición solo contaría con los 16 mejores B-Boys y las 16 mejores B-girls del mundo, que la modalidad sería la de batalla de uno contra otro y que todo se resolvería en un día. El 10 de agosto, el penúltimo día de los Juegos, lo tiene marcado en rojo, pero antes se tiene que clasificar en los dos preolímpicos que disputará en Shanghái y en Budapest.
“Espero estar en los Juegos, tengo muchas opciones, pero siendo realista, el break es un deporte muy subjetivo y es difícil saber quién va a ganar, los jueces son los que deciden”. Y los nueve jueces que formarán parte del jurado en París tendrán en cuenta para sus puntaciones la musicalidad, la ejecución, la personalidad, la puesta en escena y la dificultad. Cada ejercicio dura entre 45” y 1’ y los breakers desconocen la canción que sonará, por eso tienen que estar preparados para afrontar cualquier ritmo “un abanico entre funk, breaks o rap, evidentemente no sonará Rosalía. Sabemos más o menos lo que sonará, pero no la canción concreta”.
Xak entrena el break tres horas y media cada día en el CAR de Madrid. Por las tardes las combina con entrenamiento físico y mental porque “el break es 60% mente y 40% físico. No hablo de arte y deporte, ese debate se ha acabado para mí. Junto a mi psicóloga trabajo la confianza, la agilidad mental, la capacidad de resolver y la toma de decisiones rápidas. Son aspectos que te ayudan a brillar más sobre la pista”. La experiencia también es muy importante y Xak es uno de los más veteranos del circuito mundial. Tiene 37 años y lleva 22 años bailando, ejercía de abogado en su Lucena natal, pero apostó por el break y le ha salido bien. “Empecé a bailar sin saber la repercusión que tendría, sin saber el impacto que tiene a día de hoy”.
Su punto fuerte es “la resiliencia, la capacidad de trabajo y, sobre todo, mantener el hambre del primer día. Me levanto cada día con las mismas ganas que la primera vez que vi el breaking”. Xak tiene el brillo y la personalidad que demandan los jueces, aunque asegura que “además de talento para estar en el escenario, hay que trabajar mucho porque ninguna habilidad es innata. Nadie nace sabiendo hacer vueltas con la cabeza, innato no hay nada, todo es trabajo puro”.
El break es un deporte que tiene mucho de autodidacta, como si se tratase de un cuadro “si a un pintor le están diciendo qué tiene que pintar, cómo tiene que pintarlo, qué colores tiene que utilizar, ¿qué mérito tiene ese pintor? se pregunta Xak. “Yo hago las cosas como las siento, con mis movimientos, que los he creado yo, con mi propio lenguaje. Es lo que nos hace sentirnos únicos”.
Únicos y con un apodo. En el break todos los tienen y el de Juan de la Torre es Xak “todo el mundo me llama así, hasta mi madre me tiene memorizado en el móvil como Juan Xak para diferenciarme de mi padre que también se llama Juan”. Xak fue el nick que eligió la primera vez que fue a un cibercafé con los amigos del colegio. Y hasta ahora.