25 años del triunfo de España en el Mundial sub-20 de Nigeria 1999: el germen de Sudáfrica 2010
- La mejor generación del fútbol español inició su camino triunfal ganando el torneo juvenil
- Conexión Vintage ‘Nigeria 99, donde todo comenzó’ en directo, lunes 13 a las 21:00h. en Teledeporte y RTVE Play
Podemos decir que sin pasar por Nigeria no se pudo llegar a Sudáfrica —y no hablamos de carreteras—. Este 24 de abril se cumplen 25 años de la victoria de España en el Mundial juvenil sub-20 de Nigeria 1999. Aquel fue el germen del mayor hito de la historia del fútbol español: la victoria en el Mundial absoluto de Sudáfrica 2010.
En Nigeria se gestó aquel triunfo porque en su capital, en Lagos, salieron triunfantes hombres clave en la que sería la mejor generación de la historia: Íker Casillas, Xavi Hernández o Carlos Marchena. El programa de Conexión Vintage analizó con los protagonistas todo el recorrido de aquella selección española juvenil en el torneo.
Aquel fue en aquellos días, el mayor desafío planteado por la FIFA para llevar a cabo en África. De su resultado dependerían proyectos que estaban en la mesa como el citado Mundial absoluto de Sudáfrica.
El país africano, a pesar de ser posiblemente el más rico y desarrollado del continente, vivía meses difíciles en lo político y en lo social. De hecho, varias selecciones europeas quisieron abandonar la competición antes de la ceremonia inaugural, pero se mantuvieron por temor a las sanciones de la FIFA.
Los alojamientos en los que tenían que dormir las expediciones internacionales distan mucho de lo que conocían algunos de los futbolistas que ya competían en la élite. Muchos de ellos aún recuerdan cómo era dormir en chándal y con 35 grados de temperatura para evitar las picaduras de los mosquitos.
De aquella cita en Nigeria destacaban nombres de futbolistas que años después competirían en la élite mundial. Como olvidarnos de los ya mencionados Casillas, Xavi, Ronaldinho, Forlán, Simao, Roque Santa Cruz, Márquez, Cambiasso Nakata, Duff o el elegido MVP del torneo: Seydou Keita.
España, de menos a más bajo las órdenes de Iñaki Sáez
La selección española no llegó a Nigeria como una de las favoritas, pero su victoria sobre Brasil en su primer partido cambió la perspectiva.
El once titular fue inamovible para Iñaki Sáez en la mayoría de los partidos: Aranzubía en portería; Coira y Bermudo en los laterales; Jusué y Marchena en el centro de la defensa; Varela, Orbaiz, Xavi y Barkero como centrocampistas; y Gabri y Pablo como delanteros.
Acabarían clasificándose como primeros de grupo, dejando a la canarinha en segundo lugar y eliminando a Zambia y Honduras.
En los octavos de final superaría a Estados Unidos no sin sufrimiento (3-2) y el punto de inflexión del torneo se viviría en los cuartos de final ante Ghana. Casualmente, como ocurriría once años más tarde en Sudáfrica, con Casillas protagonista en unos cuartos gracias a detener un penalti.
La irrupción de Íker Casillas
Aquellos cuartos de final se acabaron decidiendo en la tanda de penaltis gracias a que el portero español atrapó el noveno penalti ante Blay y España ganó la tanda 8-7 (Gabri había sido el único jugador que no materializó).
Casillas había sido suplente de Aranzubia durante los dos primeros duelos y en los octavos. Sorprendentemente, el seleccionador Iñaki Sáez confió en los reflejos del portero del Real Madrid para combatir los posibles manos a manos que podrían generar los potentes delanteros ghaneses —los posteriormente exitosos Gyan, Appiah, Razak, Ansah, Afriyie, Adu y Ofori-Quaye—.
Casillas se convirtió en el héroe (a pesar del apagón en la señal de TVE) y desde entonces se ganaría el cariño de la afición española. Y eso, a pesar de que no volvería ya a disputar en un partido en aquella cita de Nigeria en favor de Aranzubia. Todo un seguro bajo los palos para Sáez.
La magia de Xavi y los goles de Pablo y Gabri dieron el triunfo
En semifinales y en la final, España no encontró rival. El equipo se quitó los miedos a perder en los cuartos de final y en los dos siguientes partidos arrasó.
Xavi Hernández ponía la magia en un equipo, que jugaba al ritmo que quería el hoy entrenador del Barça. De sus botas nacían casi todas las jugadas que luego concluían ante la portería los Gabri y Pablo, los delanteros, o los Barkero y Varela, dos puñales en las bandas.
Tras imponerse 3-1 a Mali en semifinales, España se mediría en la final a la que había sido la sensación del torneo: Japón. Los jugadores nipones, emulando a la mítica serie de Campeones, se plantaron en la final dejando por el camino a selecciones como Argentina, México o Uruguay.
España sometió sin piedad a Japón ante 38.000 espectadores. Los goles de Barkero, Gabri y el doblete de Pablo establecieron el 4-0 final. El delantero gallego se convirtió con esos tantos en el Bota de Oro del torneo.
En ese repaso del programa Conexión Vintage se abordarán muchas más anécdotas de la cita como las dificultades de los periodistas desplazados para mandar sus trabajos a España, las excursiones de España a los cocodrilos de Kaduna o al mercado de Lagos, o ese premio de consolación de Platini a Xavi excusándose por no entregarle el trofeo MVP en favor de Keyta: “Algún día lo ganarás en el futuro y yo te lo daré”.