Nadal se despide de Madrid tras un ejercicio de entrega máxima que no fue suficiente para vencer a Lehecka
- Rafa perdió un primer set disputadísimo, y a partir de ahí fue a rebufo y el checo se terminó imponiendo 7-5 , 6-4
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La leyenda Rafa Nadal se despide de uno de sus torneos predilectos al caer en dos sets en el partido de octavos de final contra el checo Jiri Lehecka, 7-5, 6-4, en un partido que resultó ser una lucha absoluta por parte de ambos, y más si cabe, para el de Manacor, que tras la derrota, recibió un gran homenaje de despedida.
El inicio de una batalla campal
El primer “Vamos” de Nadal llegó ya en el primer juego. Un primer juego que a pesar de comenzarlo con “el favor” del saque, el checo quiso dejarle claro al mallorquín desde el primer momento que iba a ser un hueso duro de roer, incomodando a Nadal la consecución de su primer dígito en el marcador.
Le tocaba sacar al checo, y algunas de las claves del partido se empezaban a vislumbrar. Un saque poderosísimo el de Lehecka, superando los 220 km/h. Un misil y una de sus armas para estrenar el marcador.
Un primer set de tuya y mía
Nadal también estaba fino con el saque, la igualdad se instauró en el partido y el intercambio de juegos se sucedía. El de Manacor coqueteaba con hacerle el break a Lehecka, pero el checo respondía para quitarle esa ilusión a Rafa. El español siempre estuvo más cerca de forzar la rotura al resto, pero casualidades de la vida, en la primera prácticamente que tuvo Lehecka, le endosó a Nadal el 6-5 arriba.
El checo tenía al saque el primer gran premio del partido: llevarse el primer set. Y dicho y hecho. Mazazo en la Caja Mágica.
Un segundo set a rebufo, pero de una resistencia mágica
Tocaba sufrir, remar, y soñar. Rafa tenía que ganar la segunda manga para igualar la batalla. Pero la historia comenzaba de la peor forma. Otra rotura para Lehecka. Seguida.
El público sabía que era el momento, el momento para no soltar a Rafa, y sonó a coro en la Manolo Santana: “¡Rafa, Rafa, Rafa!” para intentar darle alas al 22 veces ganador de Grand Slam.
La situación era crítica. Nadal quería salir de ese espiral pero Lehecka con una tremenda solidez se lo impedía. El mallorquín quiso pagar a Lehecka con la misma moneda tras el 1-0 y romperle el saque, pero el checo se terminó por llevar el juego 2-0.
La cuesta se hacía muy dura, y el siguiente juego con Nadal al servicio era trascendental para el de Manacor, o la distancia si no, se haría muy grande. El juego se convirtió en una batalla, con el 40 iguales y las ventajas como tónica. Una agonía que terminó con la adjudicación del juego para Nadal, el más sufrido para el español: 2-1.
Rafa tenía que desplegar su mejor tenis, la sensación era que el español tenía que sufrir cada punto. Y en esa angustia, Nadal consiguió el 3-2. Abajo, pero parecía que ese momento más bajo ya había pasado.
Nadal siempre a rebufo en esta segunda manga, pero no se desenganchaba nunca. La resistencia era total: 4-3 abajo el español.
Se escuchaba el “Sí se puede” en la Caja Mágica. El checo no cedía ni un ápice y se llegaba al 5-4 con Lehecka al servicio para llevar el partido.
Se la jugaba Rafa al resto. Se hacía la media noche, el reloj apuntaba las 00:00. Si la Golden Hour existía, tenía que ser este momento. El público lo sabía y la Manolo Santana se levantó en tromba para aupar a Rafa.
Nadal luchó, pero el checo terminó con el sueño. Meritazo el de Lehecka que firmó un partido de quilates.
Rafa luchó hasta el final. Y así se retiró de Madrid, sobre una pista, como siempre quiso y quiere hacer en todos los torneos en los que así lo decida él y su físico.