Un gol de Sergi Guardiola en el 96' da vida al Cádiz pero Celta y Rayo se alejan del descenso
- Primer gol del delantero catalán en la temporada y primera vez que el Cádiz encadena dos victorias consecutivas
- Rayo y Celta respiran tras sus victorias y adelantan a Las Palmas y Mallorca
Un empate en el Sánchez Pizjuán dejaba al Cádiz al borde del descenso matemático. Buscó y perdonó el gol en unas cuantas ocasiones. Incluso protestó la jugada en la que el VAR anuló un autogol de Loïc Badé que antes podía haberle dado los tres puntos con algo menos de agonía. Pero también el Sevilla tuvo más de un mano a mano, incluso ya en los minutos finales, que podía haber dejado este mismo miércoles a los gaditanos matemáticamente en Segunda si los resultados en Vallecas y Vigo no les eran propicios. Finalmente, el gol de Sergi Guardiola en el minuto 96 les vuelve a dar vida falta de dos jornadas para terminar la temporada.
Por distintos motivos, emoción cadista y emoción de Jesús Navas
El partido había arrancado con equilibrio pero poco a poco el Cádiz comenzó a hacerse con el dominio y a tener oportunidades. La más clara antes del descanso la tuvo Chris Ramos, pero, ya a puerta vacía ante la falta de intensidad de Sergio Ramos, en el cuerpo a cuerpo, su remate se le fue fuera por poco con el portero noruego Orjan Nyland batido.
Ya en el segundo tiempo en medio de un monólogo cadista llegó la polémica del partido, cuando a los 66 minutos Babé de introdujo el balón en su puerta, el árbitro señaló gol, pero a instancias del VAR fue a revisar la jugada y señaló falta previa de Chris Ramos sobre el central francés.
Después llegó la sustitución de Jesús Navas, en su partido 500 como futbolista en la máxima categoría del fútbol español, que se fue emocionadísimo, en medio de las especulaciones sobre cuál será su futuro a partir de la próxima temporada.
El Cádiz mantuvo su fe hasta el final pero ya dejando muchos espacios atrás que provocaron que el Sevilla tuviese la victoria en dos claras ocasiones de Juanlu y Mariano. Solo a los seis minutos de prolongación de los nueve que dio el árbitro, Sergi Guardiola puso el tanto de la victoria y de la ilusión para su afición.
Hugo Álvarez, héroe con una asistencia y un gol en la salvación virtual del Celta
La victoria del Cádiz provocó una ambiente de ansiedad e incertidumbre en Balaídos, una atmósfera que aturdió al Celta, que solo tuvo en la primera media hora un disparo de Carles Pérez desde fuera del área.
El Athletic controló el escenario. Sorprendió mediada la primera parte con un gol olímpico de Berenguer. Las gradas enmudecieron: un buen saque de córner, un error del portero Iván Villar. El gol desorientó todavía más al equipo gallego.
Solo en los últimos minutos del primer tiempo espabiló el Celta, excitado y descontrolado, con algo de velocidad por las bandas, para crear en apenas ocho minutos un envío de Williot que no atrapó Larsen, un tiro de Bamba que desvió Paredes y un buen cabezazo de Carlos Domínguez.
Claudio Giráldez hizo tres cambios en el descanso. Metió a Iago Aspas, Mingueza y Hugo Álvarez. Todo fue distinto para su equipo, la actitud, la velocidad, el empuje. Tuvo quince minutos explosivos, con protagonismo para Larsen, que mandó un cabezazo al travesaño, se revolvió con peligro varias veces por el área pequeña, probó con algún centro amenazante.
Valverde quiso frenar la embestida gallega con tres cambios, uno de los cuales fue el portero Unai Simón, jugando poco más de los 60 minutos necesarios para contar este partido en su lucha por el trofeo Zamora. Pero era imposible detener el huracán. Hubo un cambio táctico importante: Hugo Álvarez pasó de la banda izquierda a la derecha. Y el canterano comandó la revolución.
Fueron tres minutos mágicos para la parroquia celtiña: Williot Swedberg empató al rematar un centro de Hugo Álvarez, Larsen probó poco después a Agirrezabala con un cañonazo y acto seguido Hugo Álvarez culminó la remontada con un golazo desde fuera del área. Fue el éxtasis en Balaídos, oxígeno para celebrar casi la permanencia.
Victoria vital de un Rayo Vallecano con diez desde el minuto 5
Pese a la victoria cadista, el Rayo Vallecano tiene muy cerca la permanencia porque mantuvo sus valiosos seis puntos sobre el conjunto gaditano tras ganar 2-1 al descendido Granada, incapaz de aprovechar el jugar con uno más desde casi el inicio del encuentro.
Una acción con la pierna demasiado arriba de Oscar Trejo sobre Miguel Rubio le costó al argentino la roja en el minuto 5, pero los locales supieron sobrevivir, ayudados también por la flojera ofensiva de su rival. Álvaro García pecó de generoso en un buen mano ante Marc Martínez, sustituto de Batalla, pero los franjirrojos lograron adelantarse tras un saque de esquina rematado acrobáticamente por Florian Lejeune y después de que el portero nazarí no estuviese fino en un blocaje.
Martínez lo compensó poco después salvando un mano a mano a Isi y luego el partido fue cayendo en lo que más le interesaba a los de Iñigo Pérez. Tras el descanso, el Granada dio un paso adelante y amenazó más, pero las mejores ocasiones fueron para el Rayo, sobre todo una de Álvaro García, que no acertó con la portería tras regatear a Martínez. Al final, Jorge de Frutos, tras ratificación del VAR, dio tranquilidad, menos por el gran gol de Lucas Boyé que puso algo de emoción al tramo final.