Toni Kroos, un adiós al fútbol en lo más alto
- El alemán dejará su carrera disputando una final de Champions y una Eurocopa en su país
- Kroos es de los pocos futbolistas que anuncia su retirada cuando aún está jugando al máximo nivel
Toni Kroos siempre ha destacado por su elegancia en el medio del campo. En el del Bayern Múnich, el del Real Madrid y en el de Alemania. Elegancia también fuera del campo, sin ninguna salida de tono, ningún escándalo ni ninguna presión para ver su salario crecer. Kroos se ha dedicado a hacer lo que mejor sabe, que es jugar al fútbol.
El alemán se ha ganado poder decidir cómo, cuándo y dónde terminar su carrera, y su elección ha sido tomada con la misma elegancia. Sin ruido, sin querer hacer un culebrón, sin dar gasolina al fuego de las preguntas en rueda de prensa y los rumores. Toni Kroos ha decidido retirarse a los 34 años en la cima del fútbol siendo uno de los mejores jugadores del Real Madrid y, por raro que suene, la esperanza de una Alemania necesitada de héroes tras sus múltiples tropiezos desde el Mundial de Brasil 2014.
Kroos, un alma de los 70 en la década de 2020
Unas botas blancas han sido el arma más fiable en el fútbol europeo en los últimos 10 años. Un 95% de precisión en sus pases y todo ello sin adornos, algo que ya no se ve en este mundo del fútbol donde parece impensable no ver nuevos modelos de zapatillas cada mes. Kroos tampoco ha querido seguir la moda de buscar un último gran contrato en Arabia Saudí o Estados Unidos.
Él ya había dicho tras su última renovación con el Real Madrid que quería dejarlo por todo lo alto, y no es una persona que no sea fiel a sus palabras. Kroos ya se ha convertido en la primera persona en la historia de la Champions League que va a disputar 7 finales en el nuevo formato, y podría unirse al selecto club de las 6 Copas de Europa en el que únicamente está Francisco Gento.
Ni tan siquiera una final de Champions en Múnich en 2024 le ha parecido motivo suficiente para añadir a su camino una temporada más, pero no se va a ir sin buscar un último reto. Toni Kroos intentará ganar en su país natal el último trofeo que la falta por añadir a su colección, la Eurocopa. Tras anunciar su retirada hace varios años, en marzo de 2024 anunciaba su vuelta, pensando posiblemente en un último baile.
El Balón de Oro, algo que no ha buscado nunca pero que puede llegar
Pocas cosas serían más de Toni Kroos que la de ganar un Balón de Oro recién retirado. Su temporada en el Real Madrid es de las mejores desde que llegó al club blanco, dejando una asistencia para el recuerdo en el Allianz Arena.
Un base de baloncesto para un equipo eléctrico que quiere velocidad y orden. Como Steve Nash en los Phoenix Suns de Mike D'Antoni, es la cabeza pensante que ejecuta y mueve los hilos. Un delineante que le ha fabricado goles a Vinicius solo señalando con el dedo y que, solo con su batuta, ha dirigido una orquesta en la que Cristiano, Modric o Benzema han sido premiados, pero Kroos es feliz sabiendo que la partitura se ha tocado a su gusto y la obra ha salido a la perfección.
Quién sabe si su gran temporada, si es aderezada con una brillante Eurocopa en la que Alemania pueda volver a luchar por un título le puede dar la opción de luchar por ese balón dorado.
Y no, no sería el premio a una carrera, ni a su palmarés, sería el premio a un jugador cuyos ocho últimos meses sobre el césped van a ser recordados por su forma de dirigir, de acertar, de hacerse dueño del ritmo del partido, de quitar las legañas al Madrid cuando más sufría. Kroos es fútbol y un Balón de Oro sería un premio al balompié en su más pura esencia, el de antes, el que se aleja de los datos de goles y asistencias y se dedica a ver a un centrocampista que entrará de lleno entre los mejores organizadores de la historia.