La multipropiedad en el fútbol, un fenómeno imparable: ¿pueden enfrentarse dos equipos hermanos?
- Ya hay más de un centenar de clubes europeos que comparten dueños con otros equipos
- Los inversores sortean las limitaciones de la UEFA pese a la creciente preocupación por la integridad de las competiciones
Cada vez más y más clubes de fútbol tienen dueños compartidos. Y por probabilidad, cada vez es más frecuente que se enfrenten entre ellos, con los riesgos que eso tiene para la integridad de las competiciones.
El fenómeno no es nuevo ni desconocido en la Liga española, que en los años 90, cuando los clubes se vieron forzados a su conversión en sociedades anónimas deportivas y estalló la guerra del fútbol por los derechos de las televisiones, ya vio cómo el empresario de los medios de comunicación Antonio Asensio tuvo participaciones en muchos clubes o cómo el presidente del Atlético de Madrid, Jesús Gil, controló también el Cádiz y el Marbella.
Pero los casos en el mundo se han multiplicado en la última década. Según el denominado Centro de Inteligencia de la UEFA, menos de 40 clubes entre todas las confederaciones continentales tenían participaciones cruzadas en 2012, por más de 300 a finales de 2023.
La organización Play the Game, que promueve la ética en el deporte, sitúa la cifra ya en 366 clubes en los que la mayoría o una parte significativa de su accionariado está en manos de 134 sociedades de multipropiedad, también conocidas por las siglas inglesas MCO (literalmente, propiedad multiclub). Y de ellos, 229 en Europa, o sea, casi tres de cada cuatro clubes del mundo.
La UEFA es consciente de que el fenómeno le afecta de lleno y admite un "creciente riesgo de ver a dos clubes del mismo propietario o inversor enfrentándose en la misma competición, con el potencial peligro para la integridad" que eso conlleva, en palabras de Andrea Traverso, su director de Sostenibilidad Financiera e Investigación.
A vueltas con el artículo 5
Los reglamentos de las competiciones europeas impiden teóricamente que ocurra eso. Para su admisión en la Champions, la Europa o la Conference Legue, el artículo 5 dice que ningún club puede, "directa o indirectamente", tener acciones o "participar de la manera que sea en la gestión, administración o en las actividades", o simplemente "tener cualquier tipo poder" en otro club que participe en una competición de la UEFA. Incluso va más allá y estipula que ninguna persona física o jurídica pueda tener una "influencia decisiva" en más de uno de esos clubes.
Pero eso no fue óbice para que en la temporada 2018, el Leipzig y el Salzburgo se enfrentaran en la Europa League a pesar de que compartían infinidad de elementos y funcionaban en la práctica como franquicias de Red Bull.
Desde entonces se han multiplicado las situaciones en las que han coincidido clubes con accionistas comunes y el año pasado admitió hasta tres pares de clubes hermanos (Aston Villa FC y Vitória Sport Clube; Brighton & Hove Albion y Royal Union Saint-Gilloise; y AC Milan y Toulouse FC), con la limitación principal de que no hicieran traspasos de jugadores entre ellos. Pero todavía no se había dado el caso en la Champions como el que se va a dar con la clasificación del Manchester City y el Girona, dos equipos del City Football Group, el más grande del mundo con presencia además en Francia, Estados Unidos, Uruguay, Australia, Japón, China e India.
Para esta próxima temporada, el Comité de Control Financiero de Clubes de la UEFA (CFCB, por sus siglas en inglés) ha aclarado las condiciones y solo considera "influencia decisiva" si una parte posee el 30% o más de las acciones. Además, según ha confirmado RTVE de fuentes de la confederación europea del fútbol, ofrece una alternativa "excepcional y temporal" por la que se abre a admitir a los clubes hermanos si el propietario común cede las acciones de uno de ellos "a una tercera parte independiente" en un "fideicomiso ciego".
Transparencia cuestionada
Desde la Federación de Accionistas y Socios del Fútbol Español (FASFE), que a su vez forma parte de la red europea Football Supporters Europe, son muy críticos con esta decisión. "Es exactamente lo contrario de lo que se hace en el mundo del derecho, donde se trata de levantar el velo societario", explica a RTVE.es el presidente de la organización, Emilio Abejón. "En este caso es la propia UEFA la que dice a los propietarios de los clubes: 'Podéis seguir controlando los clubes, pero por lo menos ocultarlo de tal manera que no lleven el mismo nombre, que no ponga Red Bull en todos o que no ponga Member of the City Group en todos'. Y si yo busco quién es el titular último de la propiedad, que me salga un fideicomiso en Luxemburgo. Es como invitar justo a lo contrario de lo que busca, a los propios principios de transparencia", añade.
Según la propia UEFA, 105 clubes que compiten en la primera división en sus respectivos países, o sea, el 13% del total, tienen relaciones societarias con uno o más equipos. La confederación no detalla los datos por países, pero en el caso de España, como en el de todos los países con ligas más potentes salvo Alemania (con su modelo del 50+1), el fenómeno es más intenso.
En esta federación, que agrupa a decenas de asociaciones de aficionados, accionistas minoritarios y también a algunos clubes de fútbol popular cuestionan el modelo entero. "Desde que los clubes pueden ser propiedades de gente, se crea un problema: y es que la misma persona puede controlar varios clubes. Si alguien controla varios clubes que compiten en la misma competición, es evidente que puede tener intereses en que se den determinados resultados. Pero incluso aunque no compitan en la misma competición, es pervertir el fin de un club, que es lograr los éxitos deportivos que pueda si esto queda supeditado, por ejemplo, a la formación de jugadores para otro club del grupo o a su utilización como instrumento financiero para difuminar las reglas de juego limpio y financiero", concluye Abejón.
Del otro lado, el consejero delegado del Genoa, Andrés Blázquez, explica a RTVE.es cómo la gestión desde un grupo multiclub ha permitido reflotar una entidad histórica que estaba "en bancarrota" cuando la adquirió 777 Partners en el año 2021: "Invertimos mucho dinero para sacarlo de donde estaba, para cubrir deuda, hacer fichajes, etcétera". Y la mejoría se produjo incluso a pesar de que en la primera temporada el equipo bajó de categoría.
Al siguiente año el equipo genovés volvió a la Serie A con más fuerza, hasta el punto de ser el que más ha enganchado a la afición del Calcio, rozando el lleno en casi todos los partidos. Lógicamente eso ha redundado en la economía del club, que también ha multiplicado los ingresos recurrentes en otras áreas de negocio donde aprovecha los "servicios compartidos" del grupo, que por otra parte tiene a algunos equipos en una situación crítica, como el Standard de Lieja.
Con todo, Blázquez apunta a la fuerza del grupo en el aspecto clave de los fichajes. "Yo tengo un equipo como el Genova, con el que haré unos 110 millones este año con 20 jugadores. Me quedo a una décima parte del Real Madrid o una quinta parte del Milan. Pero en el conjunto de los equipos [de 777 Partners] estamos en torno a los 450 o 500 millones. Y yo tengo este equipo de scouting a nivel internacional que no podría pagar solo para el Génova", explica el ejecutivo, orgulloso de hacer a su equipo más "competitivo".
Y es que en el fútbol compiten todos, pequeños con los grandes, los grandes con los más grandes… dentro y fuera del campo, como se ha demostrado con el caso de la Superliga. Pero con la creciente complejidad financiera, a veces también se dan alianzas inverosímiles y no solo en lo deportivo: el fondo soberano de Catar QIA, que tiene el Paris Saint-Germain como abanderado, anunció en 2014 la inversión de 10.000 millones de dólares en una joint venture con Citic Group, uno de los grandes socios del City Football Group (del Manchester City) junto al emitarí Abu Dhabi United Group for Development and Investment, como ha puesto de relieve un trabajo de la Red de Periodismo de Investigación de la UER*.
* Investigación realizada por Pilar Requena (RTVE), Guillaume Woelfle (RTBF), John Robbiani (RSI), Georg Döller (ZDF), Derek Bowler (EBU), Lili Rutai (EBU) y Belén López Garrido (EBU) para la Red de Periodismo de Investigación de la UER (EBU Investigative Journalism Network).