Los nuevos dueños del fútbol europeo: ¿negocio o deporte?
- Tres de cada cuatro clubes ingleses cuentan ya con al menos un accionista extranjero
- El modelo de multipropiedad va en aumento en Europa con la financiación de grupos de otros países
Una investigación de la Red de Periodismo de Investigación de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) arroja luz sobre los cambios ocurridos, sobre todo en las últimas dos décadas, en la propiedad de los clubes de fútbol europeos y cómo muchos están ya en manos extranjeras, especialmente de fondos de inversión de Estados Unidos, de fondos soberanos de los países del Golfo o de millonarios asiáticos. También hubo oligarcas rusos como propietarios hasta la invasión de Ucrania, afectados ahora por las sanciones impuestas a Moscú.
Una nueva era
Hoy día, el fútbol europeo está, en una gran parte, en manos de actores, inversores y patrocinadores extranjeros. Se ha producido una revolución en la propiedad del fútbol, con millones de euros procedentes de Estados Unidos, los países del Golfo o China, millones que han ido a parar a los mercados de clubes y jugadores y a estructuras de inversión y a la multipropiedad de clubes. Se trata de una nueva era para el fútbol, convertido en una industria que mueve miles de millones de euros al año, con unos ingresos en aumento para los clubes más destacados.
A finales de 2023, tres de cada cuatro clubes de fútbol de Inglaterra y Bélgica, es decir, el 75% y el 71%, respectivamente, tenían al menos un accionista extranjero. Esa cifra era del 50% en Portugal, el 49% de España, seguida por Francia, con un 47%, Italia, con 38%, y Suiza, el 36%, a la cola, Alemania, con solo un 11%. Son los resultados del estudio realizado por el Centro Internacional de Estudios del Deporte (CIES) de Suiza, que analizó las estructuras de propiedad de 341 clubes de fútbol de primera y segunda división de 10 países europeos. Una realidad que nuestro equipo pudo comprobar también durante su investigación basada en datos obtenidos de fuentes abiertas, análisis de informes y la realización de múltiples entrevistas a expertos en fútbol y en geopolítica del mismo, así como a propietarios o inversores.
"Así que estamos en una situación en la que, como europeos, esencialmente hemos vendido nuestras almas", afirma Simon Chadwick, profesor de Deporte y Economía Geopolítica y coautor de “The Geopolitical Economy of Sport: Power, Politics, Money, and the State” ("La economía geopolítica del deporte: Poder, política, dinero y Estado"). "No solo hemos vendido nuestras almas al mejor postor, sino que realmente no hemos hecho preguntas acerca de las personas que compran los clubes. E incluso en los casos en que nos hemos hecho las preguntas, hemos optado por ignorar las respuestas. Así que, en mi opinión, es muy fácil culpar a Arabia Saudí. Es muy fácil culpar a Catar. Es muy fácil culpar a China. Pero, como europeos, no hicimos nada para impedirlo".
Las grandes inversiones permiten a los clubes gastar cantidades increíbles de dinero para allanar su camino hacia el éxito en los torneos de fútbol. Clubes como el Manchester City y el París Saint-Germain han cobrado nueva vida tras ser adquiridos por propietarios extranjeros, pudieron fichar a los mejores talentos del mundo y empezaron a dominar sus competiciones nacionales. Los inversores estadounidenses son los que más equipos tienen bajo su control. La presencia de dinero estadounidense ha pasado de menos del 2% en la propiedad de los clubes de las cinco principales ligas europeas en 2005 a casi el 20% en 2023, según un estudio de Bloomberg.
Uno de los elementos destacados es la existencia de grupos que tienen varios clubes en diferentes países, la llamada multipropiedad de clubes, que plantea cuestiones importantes sobre el fair play o el fichaje y el traspaso de jugadores. Más de 300 clubes de todo el mundo, según el último informe de la UEFA, forman parte de este tipo de estructura de propiedad, frente a los menos de 100 de hace cinco años y los menos de 40 de 2012. Hay 105 clubes de primera división en Europa que tienen una "relación de inversión cruzada" con al menos otro club y otros 112 en esa misma situación en divisiones inferiores. Y las inversiones extranjeras han seguido una tendencia al alza.
"Un primer riesgo o consecuencia es una concentración, un dominio aún mayor, de estas grandes estructuras que consiguen, a través de estas estrategias, controlar un enjambre de talentos y ser muy influyentes en el mercado de fichajes, y así también tener bajo control a muchos más jugadores de los que realmente necesitan", afirma el responsable del CIES Football Observatory, Raffaele Poli. "Pero también corta un poco las alas a la idea de competencia y no es una situación ideal. Y hay riesgos de conflictos de intereses, incluso de equidad, en las competiciones, en la medida en que estos clubes, sobre todo en las competiciones internacionales de clubes, podrían enfrentarse entre sí”, concluye.
Pero, además, se ha convertido al fútbol en una industria y en un espectáculo de hacer dinero, en sportainment (deporte de entretenimiento), con pago de desorbitadas cantidades en los fichajes de jugadores, en las entradas o en las camisetas, lo que, en ocasiones, está conduciendo a un distanciamiento de los aficionados que empiezan a movilizarse para devolver al fútbol europeo su esencia y sus valores. Esta estrategia de ver solo el índice de resultados y de ganancias puede llevar a perderlos cuando ellos son la base de los clubes de fútbol.
"Mucha gente no cree que los clubes de fútbol y el deporte deban tratarse como un negocio", afirma Jordan Gardner, ejecutivo deportivo estadounidense, expresidente del FC Helsingor y consultor de la firma de inversión Twenty First Group. "El problema es que se ha convertido en una industria tan grande que debe profesionalizarse más. Más parecida, en algunos aspectos, a las empresas propiamente dichas. Pero es necesario respetar las instituciones culturales que existen dentro y alrededor de estos clubes. Estos inversores, ya sean particulares, estadounidenses o europeos, tienen que entender la forma correcta de gestionar un club de fútbol. No se trata de tratarlo como una empresa manufacturera".
La propiedad de los clubes
Los clubes de fútbol europeos han ido pasando a manos de actores no europeos, comprados por capital privado procedente de Estados Unidos o estatal de los países del Golfo. El modelo tradicional de propiedad de los clubes, de empresarios locales con vínculos emocionales con los equipos, símbolos de identidad también para sus comunidades, ha dado paso a conglomerados de inversión internacionales con el objetivo de diversificar su cartera con activos en este rentable mercado. Los regímenes autocráticos buscan nuevos ingresos y la pátina de legitimidad que ofrece el fútbol.
La propiedad multiclub se está imponiendo y se refiere a una persona o entidad que posee acciones en más de un club. Su presencia en el fútbol europeo representa un importante cambio de paradigma en el mundo del fútbol. Aunque puede ofrecer crecimiento y viabilidad financiera, también plantea retos relacionados con los conflictos de intereses, la integridad de la competición y los marcos reguladores.
"La realidad de la propiedad multiclub es un indicio de que la gente quiere invertir más en el fútbol", afirma Jeff Luhnow, Consejero Delegado de Blue Crow Sports Group y presidente del Leganés y del Cancún FC. "Y así puedes comprar un club y luego, si las cosas van bien, puedes comprar otro club y otro y luego puedes intentar extraer sinergias de esos clubes juntos, intentar compartir las mejores prácticas entre los clubes. Y creo que, en última instancia, todo el mundo del fútbol se beneficia de una mayor atención, una mayor inversión y el intercambio de las mejores prácticas. Así que, en general, creo que es algo bueno para el fútbol".
Hay mucho dinero en juego, desde los derechos de retransmisión hasta el mercado de merchandising, el fútbol promete considerables perspectivas financieras a las partes interesadas. "Este negocio principal crece y crece a escala mundial, lo que supone en torno al 1,5% o 2% del PIB mundial", asegura Carlos Cantó, profesor de Sports Business y Consejero Delegado de SPSG Consulting, especializado en deportes y entretenimiento. "Obviamente, el fútbol, el soccer en Estados Unidos, es importantísimo. Más o menos, el 35% del dinero que se invierte en derechos audiovisuales es para eventos futbolísticos, clubes de fútbol y la industria del fútbol".
Los propietarios extranjeros ven el fútbol como un negocio dentro de una industria que ha ido en aumento. "No tienen la sensibilidad cultural de lo que los europeos, de hecho, quieren de su deporte", dice la profesora de Derecho Katarina Pijetlovic, experta en Derecho Deportivo Europeo. "Lo vimos con el caso de la Superliga, donde el A22, la idea estadounidense era crear una Superliga europea, en abril de 2021, que no tenía ningún tipo de consideración hacia los aspectos culturales del fútbol europeo y hacia algunas de las características que lo definen. Ignoraron por completo a todas las partes interesadas. Ignoraron por completo la ley y ese aspecto cultural y valor cultural del fútbol".
Los clubes funcionan hoy como enormes empresas corporativas en las que el dinero manda y el aumento de los ingresos es el objetivo final. La estrategia empresarial afecta a todo, desde el tipo de estadios, muchos ya polivalentes, los precios de las entradas, la hora y el lugar en que se juegan los partidos en el extranjero, la venta de los colores, el diseño y los escudos de las camisetas que se dan al mejor postor, hasta la aplicación de una estrategia deportiva única para todos los clubes que están bajo el mismo paraguas de propiedad.
"La industria del fútbol es bastante nueva", afirma el cofundador y Director de World Football Summit, Jan Alessie. "Yo diría que hace diez o doce años poseer un club de fútbol probablemente no era un buen negocio y para la mayoría de las personas que poseían clubes era más por el valor mediático y la publicidad y la influencia que te daba un club de fútbol. Los derechos de televisión, la tecnología, todo eso ha permitido que el fútbol aumente sus ingresos. Con ese aumento de los ingresos, los clubes de fútbol bien gestionados pueden convertirse en un muy buen negocio". World Football Summit responde a las necesidades de esa industria y conecta a expertos y líderes que quieren crear el fútbol del futuro, basado en la excelencia, la integridad y la innovación, bajo el lema "El fútbol que queremos, el fútbol que necesitamos", y celebra encuentros de forma regular en diferentes lugares.
En su informe 'European Club Finance and Investment Landscape Report' del pasado mes de febrero, la UEFA señala que los ingresos de los clubes de primera división alcanzaron un nivel récord de casi 24.000 millones de euros en el ejercicio 2022, a pesar de algunos efectos persistentes de la pandemia. Sobre la base de las primeras declaraciones de ingresos de los clubes, se prevé que los ingresos hayan superado los 26.000 millones de euros en el ejercicio 2023. Los ingresos del fútbol europeo de clubes han crecido a un ritmo de más de mil millones de euros al año entre 2013 y 2023, pasando de 15.000 millones de euros a los 26.000 millones previstos.
"Mucha gente no cree que los clubes de fútbol y el deporte deban tratarse como un negocio", afirma Jordan Gardner, ejecutivo deportivo estadounidense, expresidente del FC Helsingor y consultor de la empresa de inversiones Twenty First Group. "El problema es que se ha convertido en una industria tan grande que debe profesionalizarse más. Más parecida, en algunos aspectos, a las empresas propiamente dichas. Pero hay que respetar las instituciones culturales que existen dentro y alrededor de estos clubes. Estos inversores, ya sean particulares, estadounidenses o europeos, tienen que entender la forma correcta de gestionar un club de fútbol. No se trata de tratarlo como una empresa manufacturera".
Entidades como Goldman Sachs, JP Morgan y Morgan Stanley son fundamentales a la hora de proporcionar capital para adquisiciones de clubes, desarrollo de infraestructuras y traspasos estratégicos de jugadores. La inyección de recursos financieros ha acelerado el crecimiento de clubes individuales y ha reforzado el éxito del modelo de multipropiedad en su conjunto.
"Cuando se trata de multipropiedad, es muy peligroso. En otras palabras, se puede imaginar que el propietario piense que un club debe tener más interés que otro en el tipo de cadena de valor que crea al ser propietario de clubes que suelen estar jerarquizados. Así que aquí puede haber un verdadero problema de equidad. También hay un problema con el tema de los traspasos de jugadores, en fin, todo lo imaginable que perturbe lo que es la esencia del fútbol en el mundo. Me temo que, si se desarrolla la multipropiedad, pronto estaremos hablando de una docena de grandes propietarios de los clubes más grandes de Europa. En algún momento, esto primará sobre la equidad deportiva de las competiciones", advierte Eric Coquerel, político de Francia Insumisa (La France Insoumise) y presidente de la comisión de finanzas de la Asamblea Nacional francesa.
En su estudio CIES Sports Intelligence identifica 254 clubes envueltos en la multipropiedad, en comparación con 40 in 2012.
¿Qué ocurre con el fair play?
El "modelo suizo", que se aplicará a partir de la temporada 2024-25 en la Liga de Campeones, la Europa League y la Liga de Conferencias, verá cómo los equipos de cada competición se clasifican del uno al 36 en una primera fase de liga. Este formato pone a todos los clubes en competencia directa desde el principio, creando problemas de integridad mucho más amplios que en la actualidad, donde los clubes del mismo grupo de propiedad se enfrentan ocasionalmente entre sí. El ejemplo más reciente es el dilema Girona/Manchester City, dos clubes clasificados para jugar la siguiente Liga de Campeones y ambos propiedad del City Football Group.
Las normas de juego limpio de la UEFA establecen salvaguardas para garantizar la salud financiera de los clubes y sanciones para los que gasten más de la cuenta o se endeuden demasiado. Pero la ingeniería financiera y contable creativa permite equilibrar las cuentas mediante la transferencia de activos y jugadores dentro de los clubes de una estructura de multipropiedad. Esto, a su vez, altera el mercado de jugadores y permite a determinados clubes "acaparar" jugadores o "aparcarlos" en otros clubes del mismo grupo.
Los debates en el seno de la UEFA sobre la actualización de las normas reflejan la evolución del panorama de la propiedad del fútbol, pero aún no se han visto cambios concretos.
"Según el artículo 5 de los estatutos de la UEFA, un individuo no puede poseer una participación mayoritaria en dos o más clubes que jueguen en las mismas competiciones de la UEFA, ni siquiera a través de una participación minoritaria", afirma Katarina Pijetlovic. "No pueden ser propietarios ni tener una influencia decisiva, es decir, a través de algún medio contractual, como tener derecho de veto sobre decisiones estratégicas o tener derecho a nombrar o destituir a la mayoría de los altos directivos, etc.".
La UEFA advierte de que el aumento de este tipo de propiedad podría amenazar la integridad de las competiciones europeas de clubes y podría llevar a una situación en la que cada vez más equipos tuvieran que enfrentarse entre sí con la misma propiedad en competiciones internacionales. Se produce una “inflación de salarios, lo que permite una mayor competitividad deportiva y con mayor competitividad deportiva, tienes mejores clasificaciones y si tienes mejores calificaciones, tienes más patrocinios, si tienes mejores calificaciones, por esa inyección de subvención, tienes más ingresos audiovisuales. Te clasificas para competiciones europeas o nacionales para ingresar más dinero. Por lo tanto, te estás cargando el mercado del fútbol”, advierte el presidente de La Liga, Javier Tebas.
"Depende de cada liga y de las organizaciones UEFA y FIFA asegurarse de que están controlando eso. Y creo que eso hay que vigilarlo constantemente. El único contrapeso a eso es la afición local y los medios de comunicación locales y las reglas de la liga en esos países”, dice Jeff Luhnow.
Objetivos de los propietarios
El fútbol se percibe cada vez más como una industria y una máquina de hacer dinero y como un canal óptimo para diversificar las carteras de propiedad, promover una marca asociándose con patrocinadores y partes interesadas de renombre y construir y posicionar una marca para ganar nuevos mercados y clientes, incluso a escala mundial. Además, el mercado europeo está considerado como un mercado enorme y lucrativo. Los compradores o accionistas extranjeros de clubes de fútbol europeos pueden perseguir así objetivos muy diferentes:
- El club de fútbol puede ser considerado como instrumento de relaciones públicas positivas y de creación de marca para países, empresas o individuos.
- Los propietarios también pueden optar por capitalizar las oportunidades de marca y patrocinio para otras empresas/productos de su propiedad o asociados a través de sus clubes de fútbol.
- Pueden tener motivaciones geopolíticas, como los países del Golfo o China, y utilizar el fútbol como una especie de "poder blando" para alcanzar una posición política o un posicionamiento empresarial más ventajoso en la economía de más rápido crecimiento del mundo. Y se convierte en una forma de blanqueamiento para sus regímenes autoritarios.
- Red de contactos: ser el propietario de un club a menudo puede presentar un escenario único para reunirse con personas muy influyentes.
- Maximización de las ganancias financieras: En los últimos años, con el aumento vertiginoso de los ingresos por derechos audiovisuales y la creciente sostenibilidad financiera, una razón clave para invertir en un club de fútbol es explotarlo como un negocio para obtener dividendos y aumentar el capital. El fútbol como industria.
- Potencial de crecimiento global: si un inversor puede encontrar el equipo adecuado, aplicar una estrategia acertada y también encontrar el momento oportuno, el auge de los acuerdos de retransmisión y el crecimiento de los ingresos comerciales pueden proporcionar potencialmente un retorno de la inversión y un escenario de obtención de beneficios.
- Consideraciones fiscales: para algunos propietarios puede ser beneficioso optimizar su carga fiscal reforzando los lazos entre sus empresas rentables y el club de fútbol deficitario.
"Entre los grandes clubes europeos sigue habiendo clubes dominados por europeos que intentan proteger sus intereses frente a los nuevos inversores, en particular los inversores del Golfo, que, a diferencia de los fondos estadounidenses, son mucho más precisos en términos deportivos. Quieren construir proyectos que puedan ganar la Liga de Campeones, que es realmente el Santo Grial. Y así, siguiendo esta lógica, están muy interesados en el deporte, a diferencia de los fondos de inversión estadounidenses, que, en realidad, están un poco estancados y están presentes en Europa por otros intereses, más económicos", explica Raphael Le Magoariec, analista en Geopolítica de los Estados del Golfo y el deporte de la Universidad François Rabelais de Tours.
Alemania intenta salvaguardar a sus clubes con su regla 50+1, que promueve la participación e influencia de los aficionados en los procesos de toma de decisiones. Según esta norma, los socios de los clubes deben contar con la mayoría de los votos. El modelo alemán de propiedad del fútbol es muy admirado por su enfoque único de la propiedad de los clubes y la gestión del fútbol. Y es una forma de proteger el fútbol de un enfoque centrado en el dinero para la gestión de los clubes.
"El deporte no es una industria como las demás", afirma Katarina Pijetlovic. "El deporte tiene un valor cultural para los países, y, de hecho, está muy relacionado con cosas como el desarrollo de la educación, los programas para jóvenes. Está relacionado con la cultura de un determinado país. Así que, en ese sentido, y no en el puramente mercantil, sí veo un problema en que entidades extranjeras, ya sean particulares o países, inviertan mucho en el deporte".
"Como europeos, tendemos a pensar que el fútbol tiene que ver con la comunidad y la identidad. Tiene que ver con el lugar donde nacimos, con nuestras familias", añade Simon Chadwick. "Pero los inversores norteamericanos de capital riesgo no ven el fútbol de esa manera. Ven el fútbol como una cuestión de dinero, de beneficios y de oportunidades comerciales”.
"Yo estaría a favor de una reorganización europea, y de que Europa decidiera simplemente prohibir la especulación en el fútbol, prohibir o limitar la parte que los fondos de inversión deben tener en el fútbol, teniendo en cuenta que el fútbol no es a corto plazo, es a largo plazo, y no se puede llegar y decir: 'tengo que tener un 10% de beneficio'. Así que tenemos que seguir el modelo alemán y plantearnos que en Alemania, Francia, Inglaterra, Italia y España también tenemos que estructurar, organizar y oponernos a esta financiación totalmente liberalizada", concluye el profesor de economía en la Escuela de Gestión Deportiva de París Pierre Rondeau.
El organismo rector del fútbol europeo, la UEFA, declinó nuestra solicitud de entrevista, al igual que la Comisión Europea dejó sin respuesta las reiteradas solicitudes de uno de nuestros miembros.
*Esta investigación ha sido realizada por Pilar Requena (RTVE), Guillaume Woelfle (RTBF), John Robbiani (RSI), Georg Döller (ZDF), Derek Bowler (EBU), Lili Rutai (EBU) and Belén López Garrido (EBU) para la Red de Periodismo de Investigación de la UER (EBU Investigative Journalism Network).