Enlaces accesibilidad
Los dueños del fútbol

El dinero del Golfo, poder blando y blanqueamiento

  • Los países del Golfo han ido añadiendo clubes y jugadores a sus posesiones para blanquear sus regímenes
  • Arabia Saudí, Catar y Emiratos Árabes Unidos han aumentado en las últimas décadas su influencia y presencia en el deporte rey

Por
Cristiano Ronaldo y el príncipe Mohammed bin Salman dándose la mano
Cristiano Ronaldo y el príncipe Mohammed bin Salman dándose la mano DPA / EUROPA PRESS / DISEÑO RTVE

Los países del Golfo, en especial Arabia Saudí, Catar y Emiratos Árabes Unidos, utilizan sus petrodólares para comprar clubes y jugadores y así aumentar su influencia en el mundo a través del fútbol y blanquear su imagen de regímenes autocráticos, en los que las violaciones de los derechos humanos son moneda común.

Arabia Saudí es actualmente el único candidato para albergar el Mundial de fútbol masculino en 2034, tras un proceso acelerado que la FIFA abrió el pasado octubre por sorpresa. Su reglamento oficial exige que los países anfitriones se comprometan a "respetar los derechos humanos internacionalmente respetados", y la propuesta saudí fue recibida con críticas por parte de ligas de fútbol y ONG.

El plazo para presentar la candidatura completa finaliza en julio y se espera que la decisión sobre el país anfitrión se anuncie a finales de año. Un grupo de abogados internacionales ha instado a la FIFA a que respete su propia política y examine el historial de derechos humanos de Arabia Saudí antes de elegir al reino como sede de la Copa Mundial. Entre ellos está el abogado británico que representa a la viuda del periodista saudí, Jamal Khashoggi, asesinado por agentes del régimen de Riad. Desde 2017, un año después de ser elegido presidente de la FIFA, Gianni Infantino ha establecido estrechos vínculos con Arabia Saudí y su príncipe heredero y primer ministro, Mohammed bin Salmán.

"La FIFA ha utilizado varias estratagemas para redirigir la Copa Mundial a la península arábiga. La FIFA conoce bien la situación financiera de los Estados del Golfo y sabe que, con el nuevo modelo de Copa Mundial de 48 equipos, es difícil que un solo país organice un Mundial de 48 equipos. Arabia Saudí, que quiere su propio Mundial, tiene los recursos financieros para organizarlo y es un candidato muy serio para la FIFA. Desde el punto de vista financiero, siempre es el dinero lo que atrae a los organismos deportivos mundiales hacia la península arábiga", afirma Raphael Le Magoariec, analista en Geopolítica de los Estados del Golfo y del deporte de la Universidad François Rabelais de Tours.

El Mundial de 2022 se celebró en Catar, a pesar de sus violaciones de derechos humanos y de su escasa tradición futbolística y tras la polémica suscitada por la falta de escrutinio del país organizador, sobre todo por el trato a los trabajadores migrantes necesarios para construir estadios e infraestructuras y el escándalo de corrupción conocido como Qatargate.

Tres Estados del Golfo, Arabia Saudí, Catar y Emiratos Árabes Unidos, han aumentado en las últimas décadas su influencia y presencia en el deporte rey como propietarios o patrocinadores de equipos europeos. Suelen hacer sus inversiones a través de sus fondos soberanos o de miembros individuales de sus amplias familias reales. Los Emiratos Árabes Unidos llegaron primero, cuando el Abu Dhabi United Group del jeque Mansour bin Zayed Al Nahyan compró el club inglés Manchester City, en 2008. En 2011, Qatari Spots Investment, filial del fondo soberano Qatari Investment Authority, compró el equipo francés Paris Saint Germain (PSG), por 70 millones de euros, y financió de inmediato una oleada de compras de jugadores que permitió al club adquirir algunos de los mejores futbolistas del mundo. Desde entonces, se ha convertido en el rey de la competición francesa.  

Los países del Golfo han ido añadiendo clubes y jugadores a sus posesiones, lo que les sirve para ganar dinero e influencia y para blanquear a sus regímenes autocráticos a través del deporte. "Sobre todo, se trata de invertir en el deporte más practicado del mundo para obtener un reconocimiento mundial y para formar parte de las redes de poder mundiales y de disponer de medios para dominar, para influir en los centros de poder a escala mundial, para influir en el curso de las relaciones internacionales”, explica Raphael Le Magoariec.

Han copiado lo que a otros ya les funcionó, han aprendido de las grandes ligas, compran estrellas mundiales y tienen una clara política de relaciones públicas y publicidad. Michael Emenalo, director deportivo de la Saudi Pro League (Liga Profesional Saudí), trabajó durante años en la Premier League y es claro al respecto: "Estamos invirtiendo en una de las industrias de mayor crecimiento del mundo. Hemos tomado una decisión. Todas las partes interesadas a las que represento hemos decidido devolver a su gente lo que necesitan, porque el fútbol genera todo tipo de cosas maravillosas: interacción, integración cultural, interacción social“.  

Para defender el juego limpio financiero, la UEFA ha introducido nuevas normas que limitan el gasto de los clubes en salarios, traspasos y honorarios de agentes, reduciéndolo progresivamente hasta el 70% de los ingresos, que entrará en vigor en 2025/26. "Se establecieron normas. Y encontraron, por supuesto, la forma de eludirlas a través de acuerdos de patrocinio inflados con las empresas propiedad de los propietarios o empresas amigas de éstos, etc.", afirma la profesora experta en Derecho Deportivo Europeo Katarina Pijetlovic.

Los patrocinios por parte de líneas aéreas son más que visibles, por ejemplo, en las camisetas de los jugadores, con inversiones muy elevadas:

  • Manchester City y Etihad Airways: 80 millones de euros
  • Real Madrid y Emirates Airlines: 70 millones de euros
  • París Saint-Germain y Qatar Airways: 65 millones de euros
  • Arsenal y Emirates Airlines: 58 millones euros
  • Atlético de Madrid y Riyadh Air: 44 millones de euros
  • AC Milan y Emirates Airlines: 32 millones de euros
  • Olympique Lyonnais y Emirates Airlines: 20 millones de euros
  • Benfica y Emirates Airlines: 11.5 millones de euros

Los planes de Bin Salmán en Arabia Saudí

Arabia Saudí asegura estar cambiando rápidamente como parte del programa Visión 2030 para modernizar la economía y la sociedad del reino, impulsado por el príncipe heredero. Acoger más eventos deportivos y de entretenimiento es clave para depender menos del petróleo. “Hemos visto cómo nuestros clubes han ganado nuevos aficionados en todo el mundo. Antes no tenían la oportunidad de hacerlo. En el aspecto comercial, vemos mucho interés por parte de marcas internacionales en asociarse con la liga”, explica el director general de Saudi Pro League, Carlo Nohra. Su tarea ahora es colocar la liga saudí a nivel internacional y convertirla en una de las grandes del mundo. “No es una nueva liga, existe desde hace muchos años. Ahora está dando su siguiente salto hacia el futuro”, añade.

“Creo que se trata de un interés genuino por hacer crecer el fútbol en Arabia Saudí, con una población muy joven. Invertir en el fútbol en una liga nacional forma parte del objetivo del gobierno de aumentar la forma física y la salud y el bienestar, en el deporte, en el fútbol femenino también. Su inversión en el fútbol europeo, en el Newcastle, es muy oportunista. Es un club histórico, con una enorme base de fans”, afirma Jordan Gardner, ejecutivo deportivo estadounidense, expresidente del FC Helsingor y consultor de la firma de inversión Twenty First Group.

El Public Investment Fund (PIF), el fondo público de inversiones saudí, presidido por Mohammed Bin Salmán, conocido como MBS, es propietario del club inglés Newcastle United. "No creemos que representen muy bien al Newcastle United", afirma Andrew Page, miembro de Newcastle United Fans against Sportswashing (fans contra el blanqueamiento deportivo). "Creo que están dañando la reputación del club de fútbol y de la ciudad. Y nos hemos convertido en un peón en un juego más amplio en el que los saudíes pretenden utilizarnos, en lugar de representar a nuestra comunidad, nos hemos convertido en algo totalmente distinto".

El país acoge varios torneos de alto nivel, como la Supercopa de España, la Supercopa de Italia y la Copa Mundial de Clubes de la FIFA. La compra de estrellas del fútbol de los clubes de élite europeos para reforzar su liga nacional de fútbol es uno de los pilares del esfuerzo por diversificar la economía, fomentar el turismo y, en última instancia, cambiar la visión que el mundo tiene de una monarquía que, según grupos defensores de la democracia y de los derechos humanos, restringe casi todos los derechos políticos y libertades civiles.

Ronaldo es también el rey indiscutible de las redes sociales. Desde que se mudó a Arabia Saudí con su familia, ha publicado regularmente artículos sobre la calidad de vida en su nuevo país de residencia. Tiene un contrato de dos años con el equipo de fútbol local Al-Nassr, estimado en más de 200 millones de euros.

Ronaldo es la cara más reconocible de un nutrido grupo de grandes estrellas del fútbol transferidas a las plantillas saudíes desde las ligas europeas en los últimos tiempos. Durante el periodo de traspasos del verano de 2023, el país del Golfo se lanzó a la compra de jugadores que, según la FIFA, le costó 875,4 millones de dólares.

Tras abandonar el París Saint Germain, la megaestrella del fútbol Lionel Messi rechazó en 2023 una oferta supuestamente valorada en casi 1.500 millones de euros por tres temporadas en un club saudí. El jugador argentino prefirió irse a Estados Unidos para jugar en el Inter de Miami, pero eso no le impidió firmar rentables contratos de imagen con empresas públicas y privadas saudíes. "Lo que me encanta de mis viajes a Arabia Saudí", dice en un reciente video publicado para sus 502 millones de seguidores de Instagram, "es que siempre descubro algo inesperado". El mensaje forma parte de una nueva campaña de Visit Saudi. "Visit Saudi es uno de los mayores inversores en fútbol y en publicidad de todo el mundo", dice director del World Football Summit, Jan Alessie, "y quieren que la gente vaya a su país. Creo que es algo muy positivo".

Entre Lionel Messi y Cristiano Ronaldo suman más del 45% del total de los 2.500 millones de usuarios de la plataforma social en todo el mundo. La campaña turística protagonizada por Messi pretende luchar contra las "ideas erróneas más comunes", según el comunicado de prensa que la acompaña.

Pero, en su web oficial, Visit Saudi detalla la "Carta de Decoro Público" que ofrece ejemplos de cómo "vestir modestamente", un requisito para todos los visitantes de lugares públicos y playas. Esto incluye evitar atuendos considerados "reveladores", es decir, por encima del hombro y las rodillas para las mujeres y sin el pecho descubierto para los hombres. Infringir estas normas puede acarrear una sanción. Las estrellas del fútbol y sus familiares parecen estar exentos de esta política de decencia pública.

Leyendas como Messi, Cristiano Ronaldo, Neymar, Karim Benzema, Sadio Mané, Riyad Mahrez y otros, y en ocasiones sus familiares, se han convertido en embajadores del reino en el campo de fútbol y en las redes sociales, donde ensalzan las cualidades de la vida en la Península Arábiga para un público interno y extranjero.

En el vídeo oficial de la campaña lanzada en marzo por la Federación de Fútbol de Arabia Saudí (SAFF) para apoyar la candidatura, cuatro nombres ocupan un lugar destacado: Ronaldo, Neymar, Benzema y Mahrez, todos ellos estrellas de la liga europea de fútbol actualmente bajo contrato en equipos propiedad del régimen de Riad. Sus camisetas son las que visten los niños y se les ve en acción sobre el terreno de juego y celebrando goles y victorias. El vídeo fue publicado por la SAFF en Instagram para sus 51.500 seguidores, y tuvo 1.020 "me gusta". Ronaldo también publicó el vídeo, con la leyenda "orgulloso de apoyar los sueños de una nación que espera traer una Copa Mundial de la FIFA a Arabia Saudí en 2034". Los “me gusta” fueron dos millones. 

*Esta investigación ha sido realizada por Pilar Requena (RTVE), Guillaume Woelfle (RTBF), John Robbiani (RSI), Georg Döller (ZDF), Derek Bowler (EBU), Lili Rutai (EBU) and Belén López Garrido (EBU) para la Red de Periodismo de Investigación de la UER (EBU Investigative Journalism Network).