Dani Olmo y Mikel Merino, el triunfo de los actores secundarios de la selección española
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"El papel de los suplentes es tan importante como el de los titulares". Esa frase, tópico, mantra, como lo quieran llamar, ha sido repetida por miles de entrenadores de todas las categorías a lo largo de la historia. Pero pocas veces cobró tanta fuerza como este viernes 5 de julio en el Stuttgart Arena. Y pocos futbolistas la entendieron tan bien como Dani Olmo y Mikel Merino.
El rol del suplente nunca es fácil y menos en un partido de estas características. Todos quieren jugar en este tipo de escenarios. El momento en el que el seleccionador da el once titular es complicado de digerir cuando apareces en varias quinielas para salir de inicio pero, finalmente, te ves relegado al banquillo. Este fue el caso de Dani Olmo, al que muchos colocaban de titular en la medular en detrimento de Pedri. En menos apuestas aparecía Mikel Merino, aunque el navarro también cuenta con la confianza de Luis de la Fuente.
Ambos esperaron su momento y se convirtieron en protagonistas en uno de los partidos más importantes de la selección española en la última década.
Dani Olmo firma una de las exhibiciones del torneo
Luis de la Fuente siempre confió en Dani Olmo. El seleccionador apostó por el centrocampista catalán a pesar de ser el único jugador de campo que no disputó minutos en los dos amistosos previos al inicio de la Eurocopa. Olmo arrastraba molestias en el gemelo y su presencia en la lista se puso en duda. No obstante, el preparador riojano esperó. Sabía lo que Dani podía darle.
El impacto del futbolista del RB Leipzig ha ido in crescendo a lo largo del torneo. En la fase de grupos, disputó media hora ante Croacia, no participó frente a Italia y fue titular contra Albania, encuentro en el que fue uno de los jugadores más destacados y en el que dejó una asistencia de gol.
Olmo jugó 39 minutos ante Georgia en octavos de final y aportó una diana a la goleada de España. Su presencia, de menos a más en el torneo, hacía presagiar que Luis de la Fuente quería tener enchufado al catalán para el tramo decisivo del torneo. De hecho, la duda entre Pedri y Olmo era la única incógnita del once de España ante Alemania. El '10' no fue titular, pero se vio obligado a entrar a los ocho minutos tras la tempranera lesión del futbolista canario.
Su partido fue una auténtica exhibición. Afincado en la posición de mediapunta, Olmo se dejó ver por todos lados. Aparecía por la banda izquierda, por la derecha, venía a recibir, picaba al espacio... Era indetectable y Alemania no era capaz de frenar al '10'. La viva muestra de la frustración germana se vio en la tarjeta amarilla que recibió Toni Kroos tras derribar al español.
Fíjense si fue buena su actuación que aún no hemos llegado a lo más importante: su participación en los goles. Olmo anotó el primero y regaló el segundo en dos acciones excepcionales. Su gol, un pase a la red. Su asistencia, un centro con música teledirigido a la cabeza de Merino. Dos jugadas de futbolista de clase mundial. Lo que es, vaya.
Mikel Merino, de profesión llegador
Mikel Merino es otro de los hombres de la 'vieja guardia' de Luis de la Fuente. El navarro ha estado presente en todas las convocatorias de la selección española desde que el técnico riojano asumió el liderazgo de la Roja. A veces como titular, a veces como suplente, pero siempre ahí.
Con mayor o menor presencia, Merino ha disputado minutos en los cinco partidos de la Eurocopa. El navarro se caracteriza por su impresionante despliegue físico y su buen toque de balón, pero también por su presencia en el área rival. No es algo nuevo que el centrocampista de la Real Sociedad tiene gol. Su llegada al área es un arma y España la aprovechó. Su cabezazo en el minuto 119 , cuando todos los caminos llevaban a los penaltis, quedará para siempre grabada en los libros de historia de la selección española.
El papel de actor secundario, clave en los éxitos de España a lo largo de la historia
Los futbolistas menos habituales siempre han tenido un papel destacado en los triunfos de la selección española en los grandes torneos. El papel de Olmo y Merino ha recordado a muchos otros que fueron claves en los éxitos de la Roja saliendo desde el banquillo. Cesc Fábregas, David Silva, Santi Cazorla, Pedro Rodríguez o Fernando Llorente son claros ejemplos de ello.
No juegan 11, juegan 26.
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