Seis osos, seis historias sobre el Estadio Olímpico de Berlín y un hueco libre para la Eurocopa
- Un espacio entre las seis historias sobre el Olympiastadion aguarda al campeón de la Eurocopa: España o Inglaterra
- Final de la Eurocopa, España-Inglaterra, en directo este domingo a las 21:00h en La 1 y RTVE Play
Con sólo dar un simple paseo por Berlín se puede observar la veneración que le tienen al símbolo de la ciudad: el oso. Las esculturas representativas están por todas partes: en calles, centros comerciales y, por supuesto, en el Estadio Olímpico de Berlín. El lugar en el que España e Inglaterra jugarán este domingo la final de la Eurocopa aguarda su último invitado. Y no, no es la mascota Albärt, que también es un oso.
En los alrededores del estadio se pueden observar seis esculturas iguales en forma (2 metros de alto y misma pose), pero cada uno cuenta una historia.
El último triplete del FC Barcelona
Algunos son los osos de las finales, que recuerdan aquellos trofeos levantados dentro de su gran coliseo. Como la Champions de 2015, ganada por el FC Barcelona ante la Juventus. Fue el último trofeo que ganó Xavi Hernández como jugador mientras, sobre el césped, un desconosalado Andrea Pirlo lloraba en su también despedida como futbolista profesional.
El histórico Mundial de Italia y el cabezazo de Zidane
El legendario centrocampista italiano había sido coronado campeón del Mundial de 2006 en ese mismo estadio. Italia ganó su cuarta Copa del Mundo en el estadio berlinés habiendo eliminado, de hecho, a la anfitriona, Alemania, en semifinales. En la final, además de aquella tanda de penaltis que encumbró a Fabio Cannavaro queda también para el recuerdo el fin de la carrera de Zinedine Zidane con su cabezazo a Materazzi.
El invitado más reciente, para el campeón de la Pokal 2024
El último miembro que se ha sumado a la manada lo ha hecho este mismo verano, después de celebrarse en el coliseo berlinés la final de la Copa de Alemania. El Bayer Leverkusen siguió sorprendiendo a Europa consiguiendo su segunda 'Pokal' 31 años después y poniendo el broche perfecto a un doblete histórico que se inició con la Bundesliga. El Estadio Olímpico fue testigo de la gesta de los de Xabi Alonso.
Por la diversidad y la tolerancia
También los hay reinvindicativos, como el que apoya la diversidad en el fútbol y porta en el pecho el escudo del Hertha, el club de la ciudad (que también tiene un oso como mascota) y el diseñado por Christine Haberstock a favor de la tolerancia en la cultura y el arte. De hecho, la función de estos 'osos Buddy' es la reflexión y la tolerancia.
Un 'Olímpico' récord Guinness
El más curioso, y que necesita contexto para entenderlo es, precisamente, el más cercano al estadio. De color naranja, hace honor al Récord Guinness de Mario Barth, un humorista alemán que consiguió reunir a 116.498 aficionados en dos noches en el estadio: "La mayor audiencia en la historia para un comediante" tal y como recoge el libro mundial de los récords.
La última historia, por escribirse
De un sólo vistazo se observa un detalle: ¿Por qué hay un hueco en medio de estas cinco figuras? La respuesta la obtendremos este domingo. El séptimo miembro de la manada se podría incorporar cuando se conozca el ganador de la Eurocopa entre España e Inglaterra para añadir una página más a la historia del mítico Estadio Olímpico de Berlín.
El pasado nazi del Estadio Olímpico
Construido para los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936, los llamados 'Juegos de Hitler', el estadio conserva aún su estructura y parte de los materiales con los que fue concebido el coliseo. "Para la mayoría de los alemanes la mejor manera de afrontar la historia de un edificio es crear un museo alrededor o colocar una placa, no es tirarlo abajo y pretender que nunca existió" explicó el historiador Brian Ladd a 'El Mundo'.
De hecho la abertura de uno de los fondos aún se conserva y se ha convertido en uno de los iconos de uno de los últimos resquicios de la Alemania nazi que quedan en Berlín.
Allí, la primera gesta deportiva fue la de Jesse Owens y sus cuatro medallas de oro siendo un corredor afroamericano y bajo la mismísima mirada de Adolf Hitler. Duro golpe para las creencias del nazismo en aquel entonces. El atleta tiene su propio lugar de honor dentro de las instalaciones del Estadio en el que se convirtió en leyenda.