Una contrarreloj para acabar un Tour 35 años después
- Pese a ello, poco más que la victoria de etapa está en juego
Una de las grandes novedades y de las etapas que más se esperaban este curso era la contrarreloj que cerraba la fiesta del Tour de Francia este curso. Por primera vez desde 1975, el Tour de Francia finaliza fuera de los Campos Elíseos como consecuencia de los Juegos Olímpicos de París 2024. El Tour de Francia decidió dar un giro radical y decidió que la etapa que se suele decidir al sprint pasase a ser una cronoescalada que pudiese llegar a decidir la ronda gala.
Este no será el caso, pero la etapa de 33,7 kilómetros tenía delante de sí un puerto de 8,1 kilómetros al 5,6% de desnivel que podía decantar una general al más fuerte, como ya sucedió en un terreno similar el año pasado en favor de Jonas Vingegaard.
El fin de fiesta, con Pogacar llegando en solitario
Se hará extraño no ver al líder de la general celebrar con sus compañeros, ni brindis con champagne ni Arco del Triunfo, e incluso posiblemente no ver a Pogacar ni alzar los brazos al estar disputando la etapa. Una contrarreloj que, visto lo visto le viene bien, pero en la que ya ha dicho que no va a tomar riesgos. La contrarreloj sale además de Mónaco, lugar en el que vive Pogacar de manera habitual.
No habrá otro 'Tour del 89'
Pogacar no tendrá la presión que sí tuvo Fignon 35 años atrás, cuando en 1989 LeMond le batió en la última crono, recortando 58 segundos en las calles de París al ídolo francés.
Uno de los Tours más recordados, que podía tener réplica en la edición de 2024, no tendrá más lucha que la pelea por la etapa. Pogacar será primero, Vingegaard será segundo y Evenepoel será tercero, por lo que habrá que ver quién levanta los brazos en la ciudad de Niza.