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Pista olímpica

Ariarne Titmus desafía a Katie Ledecky en la gran batalla por el trono olímpico de la natación

  • La estadounidense Ledecky, la nadadora más laureada de la historia, resiste en su feudo de los 800 metros libres
  • La australiana Titmus, que ya le ganó en Tokio los 400 metros libres, aspira a convertirse en la gran estrella de la piscina

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Las nadadoras Katie Ledecky y Ariarne Titmus
Las nadadoras Katie Ledecky y Ariarne Titmus sostendrán uno de los grandes duelos de París 2024 EFE / Diseño RTVE

Buena parte de las páginas más épicas del deporte se han escrito a partir de una rivalidad: Magic Johnson contra Larry Bird, Rafa Nadal y sus duelos frente a Roger Federer y Novak Djokovic, los combates de Muhammad Ali y Joe Frazier, los raquetazos entre Chris Evert y Martina Navratilova, la carrera por los récords de Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, Italia partida en dos por Gino Bartali y Fausto Coppi. Y en los Juegos Olímpicos de París 2024, la batalla más resonante estará en el Centro Acuático de Saint Denis, entre la estadounidense Katie Ledecky, la nadadora más laureada de la historia, y la australiana Ariarne Titmus, un nuevo prodigio capaz de desafiarla por el trono de la natación mundial.

El duelo tendrá dos episodios, ya que ambas se cruzan en dos pruebas: los 400 metros libres, este mismo sábado 27 de julio -es la final que cierra la jornada inaugural de la natación-, y los 800 metros libres, el próximo sábado 3 de agosto, también a última hora, es decir, en horario de máxima audiencia televisiva. Esa ubicación refleja la importancia del choque, el gran enfrentamiento de estos Juegos Olímpicos, entre dos deportistas todavía jóvenes, pero que han ido afilando su rivalidad desde hace varios años.

Ledecky es todavía la reina de la natación mundial, una nadadora excepcional que en Londres 2012, con apenas 15 años, ya fue capaz de ganar el oro olímpico en los 800 metros libres, su prueba fetiche. Ha ganado diez medallas olímpicas, siete de ellas de oro, y ha sido campeona del mundo en 21 ocasiones, en diferentes pruebas, aunque siempre en estilo libre y especialmente en las distancias largas, donde exhibe su capacidad de resistencia.

Fue la estrella indiscutible de la natación femenina en Río 2016, donde ganó el oro en los 200, los 400 y los 800 metros libres, además del relevo largo 4x200 metros con el equipo estadounidense. Y nunca había pérdido una final olímpica individual hasta hace tres años, cuando Titmus la destronó de lo más alto del podio en los 400 metros libres de Tokio.

El precedente de Tokio 2020

Aquella ya fue una carrera memorable, en la que Ledecky quiso dominar desde el principio porque conocía la valía de su rival, que ya le había derrotado en esa distancia en el Mundial de Gwanjiu, dos años antes. Fue en cabeza buena parte del recorrido, pero las últimas dos mangas de Titmus fueron excepcionales: al paso por los 200 metros, perdía más de seis décimas respecto a la estadounidense, pero acabó ganando por casi siete décimas, con unos últimos cien metros imponentes.

La australiana, más explosiva, volvió a salir vencedora dos días después, en los 200 metros libres, mientras que Ledecky solo pudo ser quinta. Se resarció apenas una hora después, al ganar el oro en la nueva prueba de fondo, los 1.500 metros libres, donde Titmus no competía, pero la estadounidense entendió en ese momento que debía centrar sus esfuerzos: desde entonces, los 200 metros libres han salido de su rutina competitiva.

Su verdadera revancha, en realidad, no llegaría hasta los 800 metros libres, donde se mostró intratable: Ledecky pasó primera por todos y cada uno de los giros, relegando a Titmus a la plata con una diferencia de 1,26 segundos. Se convertía así, además, en la primera mujer que lograba tres títulos olímpicos consecutivos en una prueba de natación.

El statu quo se repitió en el Mundial de Fukuoka, en julio del año pasado, cuando Titmus se hizo con los 400 metros y Ledecky ganó en los 800 metros. No han vuelto a enfrentarse desde entonces, por lo que el siguiente asalto, muy esperado, tendrá lugar en la piscina olímpica de París.

La mayor rivalidad entre las dos grandes potencias

En principio, Titmus parece ser favorita en los 400 metros libres, no solo porque ha vencido en los últimos enfrentamientos sino porque es la actual poseedora del récord mundial, establecido en Fukuoka. Pero no puede descuidarse, y no solo por la amenaza que supone una superclase como Ledecky, sino porque en París ya asoma otro prodigio de la natación, la canadiense Summer McInstosh, de solo 17 años, que en aquella carrera de Tokio fue cuarta con apenas 14 años y que ya luce en su palmarés cuatro títulos mundiales.

Oro y récord mundial para la australiana Ariarne Titmus

Los 800 metros libres, en cambio, parecen seguir siendo el terreno de Ledecky, que se encuentra en plena madurez a sus 27 años. La estadounidense, de hecho, aspira a otras dos medallas, en los 1.500 metros y en el relevo largo. Titmus, por su parte, buscará revalidar su título olímpico en los 200 metros libres.

Y es que también será relevante cuántas medallas acaban acumulando cada una, ya que ambas forman parte de una rivalidad aún mayor, la de las dos grandes potencias de la natación mundial, Estados Unidos y Australia. En Tokio, ambas delegaciones ya sostuvieron un enconado duelo por encabezar el medallero de la disciplina, que acabó con victoria de Estados Unidos: consiguió 30 medallas, entre ellas once de oro, por las 21 preseas, con nueve de oro, de Australia.

Esa disputa se reedita en París 2024, donde ambos países presentan a algunos de los mejores nadadores del mundo, incluidos varios multimedallistas olímpicos, como Caeleb Dressel, Regan Smith y Ryan Murphy, entre los estadounidenses, o Emma McKeon, Kaylee McKeown y Kyle Chalmers, entre los australianos. Pero ningún duelo, a priori, será comparable al de Ledecky y Titmus, la gran batalla de la natación mundial.