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Pista olímpica

Mondo Duplantis, el rey heterodoxo de la pértiga

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Armad Duplantis, el rey de la pértiga
Armad Duplantis, el rey de la pértiga EFE / Diseño RTVE

Armand Duplantis es un atleta difícil de descifrar, incluso para los especialistas. No es especialmente alto ni fuerte, su peculiar técnica de salto no sigue ninguna escuela tradicional y su entrenamiento es relativamente convencional para un deportista de élite, sin grandes secretos que expliquen su destreza. Pero nadie es capaz de saltar tan alto con la pértiga como él, ni con esa facilidad que solo aflora en los grandes campeones, como Usain Bolt, Carl Lewis o su gran antecesor en la prueba, Serguéi Bubka.

Mondo, como le llaman sus allegados, es la única estrella indiscutible del atletismo de los Juegos Olímpicos de París 2024, donde, a falta de grandes rivales, compite contra sí mismo. Se da por hecho que revalidará el título olímpico que consiguió en Tokio hace tres años y parece probable que pulverice el récord olímpico que entonces se le resistió: su mejor marca está 21 centímetros por encima de los 6,03 metros que alcanzó el brasileño Thiago Braz da Silva en Río 2016. Así que la incógnita es si pretende aprovechar la cita olímpica para elevar un poco más el récord del mundo, esos 6,24 metros que alcanzó en abril de este mismo año.

Si lo consigue, sería la novena vez consecutiva que bate el récord mundial, aunque probablemente no será la última: "Es capaz de saltar 6,35 metros, sin duda", refrenda Alberto Lobito Ruiz, saltador en Barcelona 1992 y ahora entrenador de pértiga en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat del Vallès, "aunque no sabemos si lo va a hacer, porque uno no está para hacer récord del mundo cada día y no sabemos si va a estar diez veces más en su vida para batir su propio récord".

Lobito, contemporáneo de Bubka, admite su estupefacción cuando trata de analizar a Duplantis. "Es especial en todo. No es un atleta físicamente impresionante, al contrario: tiene un poco de chepa, no es especialmente alto y es un poco tirillas. Pero lo suple con otras cosas, sobre todo, con una técnica de salto adecuada para sus características. Y aun así, no es normal que un tío salte seis metros con la facilidad que él lo hace todos los días. Para explicarlo, lo más fácil es decir que es Messi en pértiga".

Saltar a toda velocidad

Con todo, hay algunos aspectos que ayudan a explicar la excepcionalidad del saltador sueco. El más evidente, la velocidad que es capaz de alcanzar en la aproximación: los saltadores más rápidos alcanzan, habitualmente, los 9,6 metros por segundo, unos 34,5 kilómetros por hora, pero Duplantis llega a los 10 metros por segundo, lo que equivale a 36 km/h

Y eso a pesar de que utiliza una pértiga más larga y más dura de lo que le correspondería por peso y altura. "Nadie en el mundo entra tan rápido como él a la batida. Eso le permite usar pértigas más duras y con agarre más alto, sobre 5,10 o 5,15 metros. Eso no es excepcional, hay otros atletas que lo hacen, pero sí para sus características físicas. Es el atleta que utiliza una pértiga más dura en relación con su peso y su agarre es propio de un atleta de 1,95 metros", detalla Alberto Ruiz. Duplantis tiene 1,81 metros de altura.

A esa capacidad se añade una técnica excelsa, aunque con peculiaridades, que nacen de que Duplantis, hijo de un pertiguista estadounidense, aprendió a saltar en su propia casa, siguiendo los consejos de su padre, y no en un centro de entrenamiento. Lo más llamativo es que, durante la carrera, posa la pértiga en la pista y la arrastra alrededor de un metro antes de introducirla en el cajetín.

"No hay nadie en el mundo que lo haga”, asegura Lobito, “es una cosa que hacía de pequeño y lo ha seguido haciendo, aunque ni le beneficia ni le perjudica. Pero a ningún entrenador se le ha ocurrido, de momento, decirle a su atleta que lo pruebe: la pértiga puede rebotar y ser peligroso". No es el secreto de su éxito; simplemente, es el estilo Duplantis.

Una mentalidad extremadamente competitiva

En cualquier caso, más allá de cualquier aspecto mecánico de sus saltos, si en algo sobresale Mondo Duplantis es en su capacidad competitiva, fruto de una excepcional fortaleza mental: “Si yo tuviera que decir lo que le diferencia de cualquier saltador, es la mentalidad", subraya Ruiz.

"Para agarrar alto y utilizar pértigas duras, la cabeza es muy importante, porque es una especialidad de riesgo. Él tiene una cabeza privilegiada y cuando se pone en el pasillo es impresionante: no tiene miedo, es competitivo, es ganador, no se va de los entrenos hasta que no le sale. Y tiene muchas ganas de saltar todos los días”, recalca.

El resultado es un atleta al que por ahora no se le ve techo y que parece predestinado a convertirse en el mejor especialista de la historia en su prueba. La comparación con Bubka, el hombre que revolucionó el salto con pértiga de la mano del técnico Vitaly Petrov, es inevitable, aunque, en opinión de Lobito, todavía prematura: "Vamos a esperar a que acabe, ¿no? Creo que va a ser el mejor de la historia, pero a día de hoy lo que representa Bubka, el hombre de los seis metros, todavía es superior".

Está por ver por cuánto tiempo, dado que Duplantis empieza a asomarse a sus registros: si gana este año la medalla de oro, como todo el mundo da por hecho, ya tendrá un título olímpico más que Bubka, que solo fue oro en Seúl 1988. Y de los 25 saltos más elevados desde que hay registros, 17 son suyos, incluidos los cinco más altos. Con solo 24 años, como poco sostiene la comparación y nadie duda de que, si mantiene la progresión, será una de las grandes leyendas de la historia del atletismo.