Julián Álvarez rompe el letargo en Balaídos
- Partido de 0 a 100 en los fubolístico, y de 500 para el inmortal Iago Aspas
- Reinildo y Borja Iglesias jugaron ‘otro encuentro’, de recaditos, empujones y pisotones
Dicen que ‘las prisas no son buenas’, pero después de una primera parte de calma extenuante se terminó desatando la tormenta en el Celta - Atlético de Madrid. La necesidad de gol se fue acentuando con cada minuto que pasaba, poniendo el partido más bonito cuanto más se iba acercando su final.
Un argumento injusto para un encuentro con una primera parte que se asemejó a una partida de ajederez. La alegría en el juego brillaba por su ausencia, dejando las ocasiones a jugadas aisladas en las que brilló un Iago Aspas muy despierto que cumplía 500 partidos con la camiseta celeste.
Oblak, siempre presente
Un carrerón del ‘Príncipe de las Bateas’, que cerró bien Reinildo, y un trallazo desde fuera del área, que detuvo bien Oblak, fueron las más claras. Poco hubo de un Atleti que centró sus ocasiones en los centros sin destinatarios que puso Griezmann.
La segunda parte y las ganas de romper el inamovible marcador abrió el partido. Empezaron a aparecer Sorloth y Julián Álvarez en el conjunto rojiblanco, y Borja Iglesias en el Celta para dejar de construir las jugadas y empezar a rematar ante un muy bien colocado Oblak. Si el empate no se deshizo fue en gran parte gracias al esloveno.
Julián Álvarez no iba a permitir que el gran trabajo de su portero fuera en vano. Tampoco Griezmann, con un centro que, esta vez sí, encontró rematador en el argentino. Entre los dos deshicieron el letargo del empate para no descolgar a los rojiblancos de la lucha por la liga y apagar las sonrisas y los cánticos en la grada de Balaídos. Un gol en el 90' que culminó un partido que fue, literalmente, de cero a cien.
El ‘otro’ partido de Reinildo y Borja Iglesias
Entre ocasión y ocasión, otro ‘partido’ se estuvo jugando en paralelo. El Reinildo contra Borja Iglesias. Empujones, pisotones, recaditos… No se guardaron nada ninguno de los dos jugadores, que se buscaron y se encontraron pronto en el encuentro.
Las tarjetas fueron inevitables: sólo la vio Reinildo, por forzar un ‘abrazo’ a Borja cuando estaba totalmente parado. ‘El Panda’ se libró cuando el partido se rompió en la segunda mitad.