Rodri en la cima del fútbol: el Balón de Oro por fin reconoce la figura del centrocampista español
- El madrileño alcanza el reconocimiento que no tuvieron Iniesta, Xavi o Busquets
- Los únicos dos Balones de Oro masculinos españoles han sido centrocampistas
El fútbol español está de enhorabuena. Rodri Hernández se ha coronado como el mejor jugador del planeta en el Theatre du Chatelet de París. Lo hace como el segundo jugador español de la historia en lograrlo, 64 años después de que el legendario Luis Suárez obtuviera el galardón cuando aún era jugador del Barcelona. A pesar de las casi siete décadas que los separan, les une una característica común: la posición en el campo. No es casualidad que los dos únicos Balones de Oro nacionales sean centrocampistas.
“"Ojalá algún día llegue al nivel de Busquets"“
España se ha destacado históricamente por ser un país de mediocentros, de jugadores con una visión para entender el juego y un dominio de los espacios fuera de lo común. Pero hasta hoy, el trofeo entregado por France Football no había hecho justicia a este tipo de futbolista. Sin ir más lejos, entre 2009 y 2012, Xavi e Iniesta se quedaron varias veces a las puertas del premio, a pesar de haber ganado la Copa del Mundo en 2010.
Igual de sorprendente es el caso de Sergio Busquets. El que es considerado uno de los mejores centrocampistas defensivos de la historia nunca estuvo entre los 20 finalistas al Balón de Oro. Hoy, su heredero en la selección, aquel que en 2018 soñaba con estar algún día a su nivel, ha hecho justicia por todos ellos.
De Madrid al cielo
Antes de ser el timón de un Manchester City que domina desde hace años la Premier League, y el cerebro de la Selección Española campeona de Europa, Rodri tuvo que luchar en varias ocasiones por demostrar su nivel. El mediocentro se formó en la cantera del Atlético de Madrid, pero en su etapa juvenil decidió marcharse al Villarreal por la falta de oportunidades. En el conjunto castellonense fue haciéndose un hueco desde el juvenil al primer equipo. En sus dos temporadas en el conjunto "groguet" deslumbró a toda la Liga, incluido el Atlético de Madrid, que lo recuperó en la temporada 2018-2019 por 20 millones de euros.
Su debut con el equipo que le vio crecer no pudo ser mejor. Fue frente al Real Madrid, en la final de la Supercopa de Europa de 2018, que terminaron llevándose los colchoneros por 2-4. Curiosamente, Vinícius Júnior acababa de aterrizar en el conjunto blanco y se encontraba en el banquillo aquel día, aunque no llegó a saltar al campo.
Tan solo una temporada permaneció Rodri en el Atleti antes de llamar la atención de toda Europa. Pep Guardiola apostó por él, y tras pagar su propia cláusula de 70 millones de euros, se unió al Manchester City. La temporada 22/23 fue la de su consagración como uno de los mejores centrocampistas de Europa. Elegido como mejor jugador de temporada tras ganar su tercera Premier League consecutiva, completó el triplete con la FA Cup y la Champions (anotando el gol de la victoria en la final).
A pesar de su gran temporada, se tuvo que conformar con un quinto puesto en la gala del Balón de Oro del año pasado. Pero esta temporada 23/24 ha estado a la altura de la anterior, quizás incluso por encima. Al triplete con el City (Premier League, Community Shield y Mundialito de Clubes) hay que sumarle la Eurocopa con España, donde fue nombrado MVP del torneo.
Un jugador diferente
Este año, además de los títulos colectivos y las actuaciones individuales (9 goles y 14 asistencias), se añade a los criterios del Balón de oro el Fair Play. En este sentido, Rodri siempre ha sido un jugador educado, que rehúye del conflicto y de la polémica. Un líder respetuoso que predica con el ejemplo, dentro y fuera del campo. En definitiva, un tipo sencillo que lejos de llevar una vida ostentosa, pasa desapercibido lejos de los terrenos de juego.
“"Sin tatuajes, ni pendientes, con el corte de pelo clásico de un mediocentro"“
"Sin tatuajes, ni pendientes, con el corte de pelo clásico de un mediocentro". Así lo describía Guardiola hace unos años. Un jugador que va a contra corriente de la estética y el modo de vida de los futbolistas actuales. Graduado en Administración y Dirección de Empresas, no tiene redes sociales y prefiere alejarse del foco mediático para que sea su juego lo único que hable por él. Hoy, sin duda, lo ha hecho. El mundo del fútbol ha reconocido al jugador más "normal" el premio individual más extraordinario.