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Real Madrid – Sevilla | La Liga

El estado de gracia de Kylian Mbappé lidera al Real Madrid en el último partido de Jesús Navas

  • El francés, con gol y asistencia, protagonizó el cierre del año en el Santiago Bernabéu que se deleitó con la Copa Intercontinental
  • El de Los Palacios fue ovacionado antes del partido, tras recorrer el pasillo de compañeros y rivales, notablemente emocionado

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Real Madrid - Sevilla FC: resumen del partido de la 18ª jornada de Liga | Primera

Homenajes, ovaciones y golazos. Ése puede ser el resumen del último encuentro del año en el Santiago Bernabéu, entre Real Madrid y Sevilla. Mbappé, más que inspirado, siguió borrando las dudas sobre su adaptación a base de un gran gol, como en Vigo, y de un sinfín de acciones individuales que, entre otras, habilitaron el cuarto gol del partido, de Brahim, que prácticamente envió el partido a dormir. También marcó Rodrygo, en su tercer encuentro consecutivo viendo portería, y fue Valverde el responsable de encender a la grada con un ‘golpe de martillo’ desde más de 30 metros. Recortó distancias Isaac Romero y pareció meter al Sevilla en el duelo, con el 4 – 2, Lukébakio, pero todo quedó en un mal sueño navideño para los de Nervión.

Con Camavinga en el lateral izquierdo y con Ceballos y Valverde como pareja para la contención del medio campo buscó Ancelotti, de inicio, adelantar al Barcelona en la clasificación. La hora del partido –las 16:15- no propiciaba el vértigo y, salvo posesiones prolongadas del conjunto blanco, el Sevilla apenas sufría en los primeros compases del encuentro.

Apenas, porque fue Mbappé, a los diez minutos, con un zapatazo tan potente como preciso, buscando la escuadra de Álvaro Fernández, el que rompió el empate inicial con un gol que desencajó las mandíbulas de la afición. Un tanto prácticamente igual al que inauguró el resultado en su visita a Vigo, completamente solo y más allá de la media luna del área. Un golpe a la red que encendió a la grada y que supuso el cuarto partido consecutivo con gol del francés.

Mbappé seguía en busca de ampliar su cuenta goleadora, como el delantero centro más puro, rematando centros laterales, sin acierto, mientras el Sevilla no era capaz de contrarrestar el caudal ofensivo del campeón de Europa y del mundo. Fede Valverde entró en el juego del ‘y tú más’ propuesto por Mbappé y, desde una posición más lejana que la del francés en el primer tanto, se decidió a hacer estallar el balón con el ‘martillo’ que tiene por pie derecho, en su día así bautizado por Ancelotti y retado a emplearlo más. Tanto cumple el deseo de su entrenador que, según afirmó en la zona mixta después del partido, bromeó con cómo se le "nublan los ojos" cuando tiene que chutar dentro del área.

Atacando el espacio, una consigna clara llevada a cabo por casi toda la plantilla, primero con Mbappé, luego con Lucas y, definitivamente, con Rodrygo, llegó el tercero del Real Madrid y, cuando parecía que el Sevilla comenzaba a despedirse del partido, Isaac Romero, despojado de su marca por la inexperiencia de Tchouameni como central, remató al fondo de la portería el preciso envío de Juanlu, sólo un minuto después.

Era el cuarto tanto del partido en el cuarto chut a puerta, en una clara muestra de la laxitud defensiva de ambos conjuntos en la primera mitad. En la segunda, Courtois comenzó con un fallo en la salida de balón que no aprovechó el propio Isaac Romero para poder seguir recortando la diferencia. Ese despiste quedó en anécdota y el Real Madrid contestó, de nuevo, con una arrancada de Mbappé y, tras una combinación con Lucas, omnipotente en la banda derecha, Brahim rompió al espacio para casi cerrar el partido con un remate alto, batiendo a Álvaro, impotente ante la efectividad local.

A falta de media hora la grada se llenó de agradecimiento a grito de ‘¡Navas, Navas!’, cuando el de Los Palacios se preparaba para entrar al terreno de juego por última vez como profesional, justo 20 años después de su primer partido en Chamartín.

El intercambio de golpes entró en escena, con contraataques mal finalizados por, entre otros, Mbappé, y el Sevilla intentó rendir tributo a su leyenda, mediante al propio Navas y algún detalle en forma de tacón, con un Isaac Romero desesperado en un nuevo chut al palo. Lukébakio hizo parecer blanda la mano de Courtois con un chut tan potente como los dos primeros goles de la tarde, pero desde dentro del área, para situar el 2 – 4 en el marcador en una contra solventada en apenas dos pases. La sensación de apretar al Madrid, no obstante, seguía pareciendo muy lejana, aunque comenzaba a encontrar las grietas de la defensa rival con mayor frecuencia pero sin capacidad para hacer temblar la ilusión de un Real Madrid que, como deseaba su técnico, "llega vivo a Navidad", segundo en la tabla, a un punto del Atlético de Madrid y dos por encima del FC Barcelona. Además, en el caso de ganar en Mestalla al Valencia, el próximo 3 de enero, el Real Madrid podría comenzar el año como líder de Primera División.

"Llegamos vivos todos"

Reiteró Ancelotti su mantra en rueda de prensa, esbozando una sonrisa propia del que sabe que tiene razón. Tanta que fue él mismo quien se la dio sobre el rendimiento de Mbappé, de quien, asegura, "ha salido de una situación complicada con toda su calidad... el periodo de adaptación se ha terminado". Sobre la mala racha que, parece, queda atrás, el preparador más laureado de la historia del club aclaró que, con autocrítica, el equipo ha solucionado lo que faltaba, "actitud y correr más", alabando, al mismo tiempo, la capacidad de volver a hacer "lo que se tenía que hacer" después del "momento complicado que supuso la derrota contra el Milan".

Antes de despedirse de la sala de prensa con un mensaje de feliz Navidad para los presentes, el italiano se mostró optimista de cara a 2025, aunque cauto, afirmando que "es complicado repetir la temporada pasada, fantástica, pero se intentará porque la calidad de la plantilla es muy alta".

Aplausos, vítores, lágrimas y un adiós

De pasillo en pasillo, así comenzó el último partido en el Santiago Bernabéu del año, con Luka Modric y Lucas Vázquez ofreciendo la Copa Intercontinental y, también, sirviendo como preludio de las lágrimas de un niño que cumplió un sueño. El de Jesús Navas que, con 39 años, enfilaba el pasillo de ambos equipos con la estruendosa ovación de la grada, al completo, para una leyenda del Sevilla y de la selección. Una leyenda agradecida, tras el partido, por "el cariño recibido de todos los estadios" y sorprendida: "me sorprende a mí mismo mi fortaleza de haber podido jugar estos últimos seis meses", explicaba el '16', aquejado de continuadas molestias en la cadera desde hace años.

"Nunca había visto nada igual", comentó Navas, con los ojos vidriosos, embriagado por el tributo de la grada en su último partido, en un gesto que retrata que "el trabajo se ha hecho bien", tanto por 'su' Sevilla como por la selección y, también, por el Manchester City, donde vivió unos años "muy buenos". Ejemplificó su forma de entender la vida aplaudiendo lo importante que es, para él, "no haber cambiado desde el primer día" y "orgulloso de haber hecho feliz a la gente".

Navas, tras su último partido: "He conseguido muchas cosas, pero este cariño es increíble"

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