A falta de Olmo, Gavi brilla, dedica y devuelve la voracidad al primer finalista de la Supercopa
- El de Los Palacios, con gol y asistencia, sumó su quinta participación directa de gol en cuatro partidos en el torneo
- Dani Olmo vio su dedicatoria desde la grada, ya con la cautelar sobre su inscripción aprobada
Tres recuperaciones precedieron al gol que terminó por sentenciar la primera semifinal de la Supercopa de España entre Athletic Club y FC Barcelona. Tres robos y una asistencia de Gavi, encargado de devolver al Barcelona, en Yeda, a la raíz del libreto de Hansi Flick.
El de Los Palacios ocupó la media punta, hasta el 31 de diciembre propiedad de Dani Olmo, y comenzó el relevo momentáneo –una vez concedida la cautelar para su inscripción y la de Pau Víctor– con la lengua entre sus incisivos como símbolo de las ganas por volver a sentirse imprescindible.
Esa ambición se vio en los primeros balones divididos, dejando instantáneas propias de salmones remontando ríos en época de apareamiento en busca de la pelota y, también, de la bota de los rivales, por momentos desbordados ante la constante pérdida de duelos por la anticipación de los volantes blaugranas –vestidos de verde fosforito en la noche árabe-.
Con una maniobra de equilibrista de Raphinha, en un espacio reducido ante la presión ‘athletictzale’, el balón llegó a los pies de Pedri que vio el desmarque de Balde y, éste, encontró al ‘6’ desde su llegada en segunda línea para batir a Unai Simón y comenzar a cimentar la victoria. Dedo índice a su muñeca en la celebración y, por si quedaban dudas, gesto hacia la grada en busca de Dani Olmo para dedicar su segundo gol en cuatro partidos de Supercopa a un Dani Olmo "muy importante para el equipo y que estará en la final", tal y como explicó el andaluz tras el encuentro.
Llegó el segundo tramo de la primera parte con un paso al frente del Athletic por la banda de Koundé y Lamine, erigiendo a Szczęsny como salvador, por momentos, y evidenciando la necesidad del retorno a los mandamientos de Hansi Flick, con todos implicados sin balón. Así, tras varias acometidas por ese costado, Lamine comenzó a seguir a Yuri y tapar esa vía de agua.
Gavi siguió en el campo tras el paso de los vestuarios y su intensidad volvió a plasmarse de manera coral con el hambre por ampliar las diferencias en el marcador. Así llegó ese segundo gol, asistido por el protagonista del partido al secundario, Lamine Yamal, que no requiere continuidad para demostrar su talento, con un enorme control para plantarse solo delante de Unai Simón en el 0 – 2. Sólo 18 minutos más duró en el campo Gavi, sustituido por De Jong justo después de los calambres lógicos de su desgaste durante más de una hora de partido.
Encargados de borrar la planicie
En un partido, por muchos momentos, sin el vértigo presumible de una semifinal, primero Lamine, desde el primer minuto de partido con pases filtrados por doquier, y, después, su ‘hermano’ Nico Williams –que entró al terreno de juego a la vez que el del Barça fue sustituido- se encargaron de dibujar sobre el césped un cuadro repleto de florituras y ocasiones, que llegaron a generar, en el caso de Nico, el primero de los dos goles anulados al Athletic, en la inalcanzable meta del empate para forzar los penaltis.