Sadiq sonríe en su noche de pesadilla y el Valencia ya es cuartofinalista de la Copa del Rey

• El equipo dirigido por Carlos Corberán se impone por 0-2 ante el Ourense CF en los octavos de final
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Sadiq se sobrepone a una noche aciaga ante el Ourense y sentencia la eliminatoria de Copa del Rey

El Valencia avanza en la Copa del Rey, como cuando se proclamó campeón en 2008, con una mala situación en Liga y ya es cuartofinalista al ritmo de las caras nuevas como Sadiq, insistente hasta sentenciar el duelo con el 0 – 2 en el minuto 78 –después de un partido con más errores que brillo- en un marcador que inauguró Fran Carmona, en propia puerta, al intentar despejar el centro de Martín Tejón, a los cinco minutos de la segunda parte.

Con rotaciones generalizadas, pensando en La Liga y la carrera por la salvación, planteó su segundo partido de Copa del Rey Carlos Corberán como técnico del Valencia CF. Pese a los diferentes nombres en el once inicial, como el del recién contratado Sadiq o el de Guillamón, en la base del medio campo, las consignas se mantuvieron desde el inicio, con la presión alta y la intención de progresar con el balón jugado en corto para ganar presencia en la medular como protagonistas.

La primera llegada clara llegó a los seis minutos de partido, con un centro de Jesús Vázquez en busca de un Sadiq que, de no ser por la llegada a tiempo de Álex Zalaya abajo, habría podido adelantar a un Valencia convencido de buscar el gol desde el inicio.

Pese a la intención, la fragilidad defensiva del Valencia pareció seguir sin solución, dejando a la espalda de la zaga latifundios aprovechados, sin éxito, por el conjunto local, haciendo vibrar a los más de 7.000 espectadores presentes en O Couto. El poco peligro valencianista llegó por la banda izquierda, con la misma receta de la subida de Vázquez en busca de Sadiq, incapaz de colocar bien el remate, completamente solo, en plancha, desde la frontal del área pequeña.

Poco tardó en tomar la iniciativa el Ourense ante un equipo que trasladó sus dudas del campeonato liguero al ‘torneo del KO’, viendo cómo comenzaron los locales a acumular ocasiones y jugadores en torno a la frontal de su área, todo, también, explicado mediante la intensidad de los vestidos de azul, tal y como ocurrió en la remontada ante el Real Valladolid de dieciseisavos de final.

Álex Fidalgo comenzó a presentar su candidatura a ser elegido como hombre del partido, manejando al conjunto local desde la elaboración hasta la destrucción, escoltado por las vigilancias constantes a Pepelu, inhabilitando la participación de Martín Tejón.

Desde el saque de esquina continuó la frustración de Sadiq, de nuevo, rematando en plancha un balón entre el punto de penalti y la frontal del área pequeña, empeñado en cabecear cuando, quizá, lo acertado era hacerlo con el pie para no convertir la de Pato Guillén en una gran actuación.

El Valencia despertó tras el paso por los vestuarios y la pelota comenzó a rodar, eminentemente, por la banda derecha, con envíos constantes de Martín Tejón al centro del área en unos cinco primeros minutos que culminaron con un mal despeje de Fran Carmona convertido en el primer gol del partido.

Las acometidas de Sadiq comenzaban a ser más precisas, gracias a su potente zancada, en un ejercicio ejemplar de negarse a la rendición, con un lanzamiento por alto para batir a Pato Guillén por alto pero, finalmente, se estrelló su disparo en el larguero.

Parecía otro Valencia al de la primera parte, también, gracias a un Martín Tejón preciso en la distribución en la zona de tres cuartos de campo rival aunque, en la tónica general del Valencia, el Ourense recibía invitaciones constantes al gol, en botas del héroe ante el Deportivo y el Valladolid, estrellando su zapatazo desde el sector derecho del área en el palo de Dimitrievski.

Por Sánchez pasaba todo el peligro local, cediendo balones y aglutinando defensas rivales en torno a él y manteniendo vivo el ‘sí se puede’ coreado por la grada desde el inicio del partido. Ese calor lo devolvió el Ourense con peligro constante, que no paraba de aumentar su presencia en el área valencianista, aunque falto de acierto.

La redención

‘La pelota paga’. Eso debió pensar Sadiq –diez meses y cinco días después de su último gol, ante el Granada- al señalar el cielo con sus dedos después de sentenciar el partido. Porque el partido del nigeriano es digno de poner en las escuelas del fútbol base, pasando del desacierto inicial, con tomas de decisiones erróneas, al, poco a poco, mayor acierto y una intención de persistir en el intento merecedora de encomio. Así también llegó el 0 – 2, en el minuto 78, después de una jugada, a trompicones, que culminó con un recorte en el área y un disparo al palo largo que calló a la grada de O Couto.