El Leganés se lleva la noche de las remontadas y alcanza los cuartos de final de la Copa del Rey
- Termina el sueño copero del Almería pese al empeño de Luis Suárez, que marcó un golazo
- El Getafe elimina al Pontevedra en un partido que terminó con nueve jugadores
El Leganés da carpetazo al sueño copero del Almería después de llevarse un partido de octavos de final de la Copa del Rey con hasta dos remontadas y, por muchos momentos, dominio del conjunto de Segunda División hasta que, finalmente y a falta de cuatro minutos para el 90’, Diego García llevó al cuadro pepinero a la siguiente ronda.
El Almería vio cómo se anuló el tanto de Arnau por partir adelantado en la banda derecha, por muy poco. A partir de ahí, el Almería no dejó de acechar el área del Leganés, tomando las riendas del encuentro haciendo parecer al cuadro local el equipo de Primera División. Mejor dicho, parecía un duelo de poder a poder. El Leganés pudo sacudirse el dominio con aproximaciones que, poco a poco, eran más claras cada vez, hasta que Adriá Altimira, con una buena maniobra en el área para habilitarse la pierna zurda, adelantó al cuadro ‘pepinero’ con un zapatazo al palo largo.
Apenas cinco minutos tardó el máximo goleador del Almería, Luis Suárez, en combinar con Arribas para, desde cerca de 30 metros, armar la pierna derecha y, con un potentísimo lanzamiento, igualar el partido y sumar su vigésimo primer gol de la temporada, entre Liga y Copa del Rey.
El Almería plasmó su superioridad de la categoría de plata, de nuevo, en la Copa de Rey con una acción propia del más fino estilista, en una potente subida de Pubill por la banda derecha que culminó con un pase perfecto a la llegada de Lázaro y, el brasileño, adelantó a su equipo con un remate de espuela desde la frontal del área pequeña. El Leganés se aferró al salvavidas que le lanzó Miguel en forma de penalti cuando éste intentó cortar el envío a Raba. Tanto fue así que, tras el gol del empate, obra de Miguel de la Fuente, no dejó de asfixiar a su rival-.
Luis Suárez quiso evitar la prórroga con un gol que, finalmente fue anulado por fuera de juego de Pubill en el inicio de la jugada, con el partido completamente abierto y encaminándose, de manera inevitable, a la media hora extra. Todo si no hubiera sido por Diego García rematando, con todo, el envío desde la banda izquierda de Juan Cruz para consumar la segunda remontada de la noche en Almería y clasificar al Leganés a los cuartos de final de la Copa del Rey por segunda vez en su historia.
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El Pontevedra se plantó, de nuevo en Pasarón, para continuar con el sueño copero después de eliminar al Levante, Villarreal y Mallorca pero poco tardó el Getafe en marcar el primer y único gol del partido con Álvaro Rodríguez, al minuto y medio de partido, tras un amago y un cambio de ritmo en la frontal, gracias a un chut seco a la cepa del palo y desde la frontal en despertar a los locales. ‘Hai que roelo’ reza el lema del conjunto pontevedrés pero, ya desde los primeros compases, fue muy inferior ante el conjunto dirigido por Bordalás, dejándose imbuir por los nervios frente a un Getafe muy cómodo, con viento a favor.
Ese soplo positivo lo truncó el propio autor del primer gol, Álvaro Rodríguez, antes de un saque de banda cuando (sin el balón en juego), habiendo mirado a Mario Gómez –su marca- instantes antes de propinar un codazo sobre el defensor a escasos dos metros del asistente, dejando, con una roja directa, al Getafe con uno menos.
Esa superioridad espoleó al Pontevedra y se situó de manera permanente en tres cuartos de campo rival, apurando sus opciones al mismo tiempo que la grada intentaba hacer bueno ese lema que tantos tiempos de gloria dejó. La tensión llegó hasta el final de los cinco minutos añadidos, con tarjeta amarilla para Coba y, acto seguido, para Bordalás, por reclamas el criterio del colegiado tras el codazo del mediocentro.
La posesión continuó en propiedad de un Pontevedra que comenzaba a plasmarla en peligro real, plantándose al completo, salvo el portero Vizoso, en campo rival. Xabi Domínguez estrelló un disparo en el larguero, a los diez minutos de la segunda mitad, haciendo temblar las piernas de un Getafe superado por la inferioridad.
Aguantó como buenamente pudo el resultado ante un equipo llevado en volandas por los 10.497 espectadores presentes en Pasarón, a quienes no les pesaban ni el paso de los minutos sin celebrar un gol. No pudo hacerlo, siquiera, ni tras la expulsión de Diego Rico, al recibir la segunda amarilla, dejando a un público entregado sin los cuartos de final pero con la certeza de haber disfrutado de un torneo en el que su equipo fue capaz de eliminar, además de al Levante, al Villarreal y al Mallorca, de Primera División.