España cae ante Brasil y se despide con mal sabor de boca del Mundial de balonmano
- Los Hispanos han tenido la última posesión para empatar, pero el lanzamiento de Barrufet se marchó fuera (25-26)
- El encuentro, ya sin nada en juego para los de Jordi Ribera, ha servido para dar minutos a los más jóvenes
Ficha técnica:
25 - España: Sergey Hernández; Carlos Álvarez (2), Garciandia (3), Sánchez-Migallón (-), Barrufet (3), Gurri (3) y Tarrafeta (-) -equipo inicial- Pérez de Vargas (ps), Casado (1), Alex Dujshebaev (-), Solé (-), Petar Cikusa (4), Serdio (-), Víctor Romero (4), Dani Fernández (2, 1p) y Djordje Cikusa (3)
26 - Brasil: Mateus Cristian; Marcos Antonio (1), Gustavo Rodrigues (1), Denys Alessandro (3), Bryan Monte (5), Joel Felipe (3) y Edney Silva (2) -equipo inicial- Rangel Luan (ps), Leandro Alves (-), Langaro (1), Renan Iziquiel (-), Vinicios Angelo (2), Hackbarth (6, 5p), Santista (1), Acacio Marques (1) y Dupoux (-)
Marcador cada cinco minutos:
1-2, 3-4, 4-8, 6-9, 10-11 y 13-14 (Descanso)
15-15, 17-18, 18-21, 22-22, 22-24 y 25-26 (Final)
La selección española masculina de balonmano no ha podido sumar su primera victoria en la segunda fase del Mundial de balonmano 2025, que se disputa en Dinamarca, Noruega y Croacia, en el último partido. Los Hispanos han caído ante Brasil, combinado que certificó el viernes la eliminación matemática de los españoles al ganar a Suecia.
Con un equipo plagado de jóvenes, España se despide del campeonato con el lamento de no ganar en la Main Round, pero con la esperanza de un futuro prometedor.
Ribera da minutos a los menos habituales
Eliminado de la competición, el conjunto español afrontaba el compromiso con las asignaturas pendientes de afinar la portería y de defender como lo ha hecho en anteriores competiciones. Desde el inicio, no se consiguió corregir esas carencias. Tan sólo cuatro tantos de los Hispanos tras dieciséis minutos de juego, que permitieron a Brasil situarse con una más que inquietante ventaja de cinco tantos (4-9).
Una circunstancia que llevó al preparador español a olvidarse de cualquier tipo de prudencia y dar todo el protagonismo a jóvenes como los hermanos Petar y Djordje Cikusa, Jan Gurri o el pivote Víctor Romero, que disputó sus primeros minutos en el torneo.
Confianza a la que los jóvenes internacionales respondieron con una dosis extra de energía, ilusión y, sobre todo, de talento que permitió a España llegar al descanso tan solo un tanto por detrás en el marcador (13-14).
El desparpajo de los jóvenes acerca el resultado
Todas las dudas ofensivas que había mostrado el conjunto español en el primer cuarto de hora de juego desaparecieron con el desparpajo de los mellizos Cikusa, de tan sólo 19 años, que otorgaron a los Hispanos una velocidad más.
Al igual que Víctor Romero, de 20, que demostró que el conjunto español tiene una auténtica joya en los seis metros, capaz de atacar y de defender al más alto nivel.
Efervescencia juvenil que permitió a los de Jordi Ribera completar la remontada y situarse a los seis minutos del segundo tiempo por primera vez en todo el encuentro con ventaja en el marcador (16-15) con un gol de contraataque, precisamente, del joven Romero.
Una dinámica positiva con la que se encargó de acabar el portero brasileño Mateus Cristian que con tras intervenciones casi consecutivas frenó en secó al conjunto español.
Problemas ofensivos a los que sumar la irrupción en el ataque del equipo brasileño del lateral Bryan Monte, un cañonero sensacional, que con sus imponentes latigazos disparó la renta de los de Marcus Tatá hasta unos peligrosos cuatro tantos (18-22)
Toda una prueba de madurez para los jóvenes internacionales españoles que de la mano del eléctrico Perar Cikusa no sólo no se derrumbaron, sino que lograron igualar la contienda (22-22) a diez minutos para la conclusión.
Un tiempo en el que España, en un pecado de juventud, incurrió en más precipitaciones de las debidas, con algún que otro forzado lanzamiento que permitieron a Brasil con un ventaja de dos goles (23-25) a poco más de tres minutos para el final del encuentro.
Diferencia que España, a base de fe y de carácter, algo que no ha perdido el equipo pese a los adversos resultados, estuvo a punto de enjugar, tras disponer de un último balón que Ian Barrufet no pudo aprovechar, condenando a España a la derrota final (25-26).