Juan Ayuso conquista el Tridente de la Tirreno Adriático
- El ciclista español culmina su semana grande en la que ganó en la etapa reina, la sexta
- La jornada final se resolvió al sprint tras un intento infructuoso de Mathieu Van der Poel


El ciclista español Juan Ayuso (UAE Team) se proclamó este domingo campeón de la Tirreno Adriático tras una semana en la que rubricó la gran victoria en la sexta etapa, la reina, y en la que aguantó el liderato en la última disputada este domingo. El italiano Jonathan Milan (Lidl-Trk) se impuso al sprint y el campeón resistió los ataques sin éxito del neerlandés Mathieu Van der Poel en solitario.
Ayuso, que el año pasado finalizó segundo en esta competición, ganó esta 60ª edición de la 'Carrera de los dos mares' haciendo bueno su papel de favorito y superando en la general al italiano Filippo Ganna (INEOS), a 36 segundos.
Es el quinto español en ganar esta carrera, después de los éxitos de Herminio Díaz Zabala, Abraham Olano, Óscar Freire y Alberto Contador.
Ayuso, el diamante del ciclismo español, ganador también este año en la Drome Classic y el Trofeo Laigueglia, no permitió que nada le apartara del Tridente de Neptuno que acredita al campeón y, pese al intento de sorpresa del neerlandés Mathieu Van der Poel (Alpecin-Deceuninck), mantuvo la 'Maglia Azzurra' en el día señalado, agrandando su espectacular 2025.
El del UAE, ya consagrado como una realidad del circuito profesional y líder indiscutible en su equipo, sumó su segunda vuelta de máxima categoría después de la conseguida el año pasado en Itzulia, firmando una etapa para el recuerdo en Frontignano.
Van der Poel probó la gesta, pero la gloria fue de Ayuso
Apostó por una fuga temprana Van der Poel, con apenas 20 kilómetros recorridos y 127 por visitar con el único puerto de la jornada. Se sumaron junto al campeón neerlandés Kévin Vauquelin (Arkéa-B&B Hotels), Lucas Hamilton (Ineos Grenadiers), Bjoern Koerdt (Team Picnic PostNL) y Manuele Tarozzi (VF Group-Bardiani CSF-Faizanè).
Con el pelotón pisando los talones, a apenas 20 segundos, Van der Poel intentó espolear a la fuga sin éxito con todavía 97 kilómetros a meta. La diferencia era ya insalvable, cuestión de tiempo, pero no quiso renunciar en ese momento el neerlandés, autor de un ataque desesperado en solitario que, como esperado, murió tras solo 3 kilómetros, en plena subida.
Aplacada la rebeldía de Van der Poel en el ascenso a Ripatransone, el pelotón cerró filas con 92 km por delante y aumentó la velocidad tras coronar el único puerto del día, comenzando el descenso que subió la velocidad de una carrera desde ese momento llana, con el sprint final previsto.